1.
El supuesto “experimento con renovables”
1.1 Objetivo
declarado
Según
el relato de The Telegraph, el Ejecutivo habría ordenado aumentar
de forma súbita la participación de eólica y fotovoltaica
en el mix peninsular para probar cuánto podía sostener la
red sin recurrir a respaldo térmico o nuclear. El ensayo habría
buscado simular un escenario de alta penetración renovable para
anticiparse al desmantelamiento parcial de las nucleares a partir de 2027
y validar la capacidad de balance dinámico de la red.
1.2 Ejecución
y calendario
Se afirma
que la prueba se llevó a cabo en la tarde previa al apagón:
los operadores habrían reducido deliberadamente la reserva de potencia
convencional y aumentado la inyección renovable hasta cotas cercanas
al 70 % de la demanda instantánea. Según el diario, esta
maniobra coincidió con picos de generación solar y eólica
que el sistema de control —carente aún de suficientes almacenamientos
y regímenes de reserva rápida— no pudo compensar.
1.3 Riesgos
inherentes
El experimento
habría expuesto la red a variaciones bruscas de frecuencia e inestabilidades
de tensión. Al no contar con suficientes sistemas de control de
voltaje basados en condensadores síncronos ni con ultracapacitores
o baterías de respuesta en milisegundos, los operadores se habrían
visto sobrepasados por la intermitencia típica de las renovables.
En palabras del diario, sin infraestructura inteligente del siglo XXI,
la prueba se tornó imprudente.
2. Encubrimiento
y falta de transparencia
2.1 Explicaciones
oficiales confusas
Durante casi
un mes, el Gobierno habría mantenido versiones técnicas “vagas
o absurdas” sobre la causa raíz del corte. Primero se habló
de un fallo en dos subestaciones del suroeste peninsular, luego de un problema
en las protecciones de red. Ninguna de las explicaciones, denunciaba The
Telegraph, encajaba con los datos de frecuencia ni justificaba la magnitud
del colapso.
2.2 Comparaciones
apocalípticas
El diario
británico llegó a equiparar el ensayo fallido con pruebas
de estrés catastróficas, aludiendo a paralelismos con Chernóbil.
Este recurso retórico buscaba subrayar la gravedad de someter a
ensayo masivo un sistema eléctrico sin las garantías de robustez
necesarias.
3. Control
político de Red Eléctrica
3.1 La “acción
de oro” y el nombramiento
The Telegraph
cuestiona que REE, gestor de la red, permanezca bajo “control de facto”
del Gobierno gracias a la “acción de oro” –la facultad estatal de
vetar decisiones corporativas– y al nombramiento de un presidente sin experiencia
técnica relevante. El diario enfatiza que su salario superaría
seis veces la remuneración del jefe del Ejecutivo, lo que, a su
juicio, evidencia una intromisión política que sacrifica
criterio técnico en favor de una agenda verde mal preparada.
3.2 Dímisiones
y protestas internas
Se recuerda
que el anterior presidente de REE dimitió en protesta por la supuesta
interferencia gubernamental. Su salida, según la narración,
habría dejado un vacío de liderazgo justo antes de la crisis,
complicando la capacidad de respuesta técnica del operador.
4. Repercusiones
políticas y sectoriales
4.1 Críticas
de la patronal eléctrica
La Asociación
Española de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC)
habría señalado que la investigación oficial corría
el riesgo de convertirse en una “farsa”, si se priorizaban intereses políticos
sobre análisis técnico riguroso.
4.2 Uso político
internacional
El apagón
se convirtió en arma arrojadiza en el debate global sobre las renovables.
Un senador estadounidense llegó a tachar de imprudente la transición
energética española, acusando de poner en peligro la seguridad
del suministro. The Telegraph rebate que otras redes con mayor cuota renovable
no han registrado fallos similares, advirtiendo que confundir intermitencia
con inercia de red demuestra desconocimiento del funcionamiento eléctrico.
4.3 Amenaza
electoral
Para rematar,
el diario advierte de un coste político devastador: si se confirma
que el Estado ocultó deliberadamente un colapso inducido, la izquierda
española podría pagar un voto de castigo duradero.
5. Más
allá de la polémica: las inversiones imprescindibles
Tanto si el
apagón fue fruto de un “ensayo” como si fue un accidente fortuito,
lo que hoy ya nadie discute es la urgencia de reforzar y modernizar la
red:
5.1 Ampliación
de interconexiones
Alta tensión
transfronteriza: sumar al menos 2 GW de capacidad adicional con Francia
por los Pirineos para reducir aislamiento y equilibrar flujos.
Hubs de intercambio:
crear nodos inteligentes en puntos estratégicos (Navarra, Cataluña)
que permitan desviar excedentes e incorporar reservas dinámicas.
5.2 Despliegue
de almacenamiento masivo
Baterías
de iones de litio y flujo: instalar 5 GW de baterías para responder
a variaciones de frecuencia en decenas de milisegundos.
Hidroeléctricas
reversibles: añadir 3 GW extra de bombeo reversible en cuencas con
topografía favorable, actuando como gran “superbatería”.
5.3 Digitalización
y redes inteligentes
SCADA y PMU:
desplegar unidades de medida sincrónicas en toda la península
que monitoricen ángulos de fase y tensión al unísono,
mejorando la detección de oscilaciones.
Gemelo digital
de la red: mantener un modelo en tiempo real que simule escenarios de alta
penetración renovable y capacite a los operadores para actuar con
antelación.
5.4 Refuerzo
de infraestructuras de control de tensión
Condensadores
síncronos y STATCOM: aumentar la capacidad de inyección de
reactiva en puntos críticos para sostener tensiones estables ante
saltos de generación.
Protecciones
adaptativas: actualizar relés de protección y esquemas de
zonificación para aislar fallos sin comprometer extensas áreas.
Conclusión
El debate sobre
el origen del apagón —experimento deliberado o accidente de la compleja
interacción de subestaciones y renovables— corre el riesgo de convertirse
en una distracción política. La verdadera lección
para ingenieros y gestores es ineludible: sin inversiones masivas en interconexión,
almacenamiento, digitalización y control de tensión, cualquier
red moderna quedará expuesta a colapsos igualmente bruscos. En la
encrucijada de la transición energética, no basta con aumentar
la potencia renovable; es imprescindible dotar a la red de la resiliencia
y flexibilidad que solo una infraestructura de última generación
puede ofrecer.
Autoría:
Pedro Rodríguez – Ingeniero Industrial y Analista de Energía
internacional.
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