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CONTROL DE CALIDAD QA/QC EN OBRA: DEL PAPEL AL DATO

7 de noviembre de 2025
¿Qué guía práctica soluciona este tipo de casos?
¿Qué debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia?
  • En muchos proyectos de ingeniería, el control de calidad QA/QC sigue viéndose como un requisito burocrático que “hay que cumplir” para pasar auditorías y entregar dosieres. Sin embargo, detrás de un buen laboratorio de obra, de unos Planes de Inspección y Ensayo (ITP) bien armados, de los hold points y de un sistema serio de cierre de no conformidades, se juega algo mucho más tangible: el coste real de la obra, la estabilidad de la financiación, el riesgo para el inversor y la reputación del promotor. QA/QC es, en realidad, una herramienta de gestión que convierte el proyecto en dato trazable y defendible, y que separa a las constructoras que sobreviven de las que lideran.
Este artículo analiza el control de calidad QA/QC en ingeniería y construcción desde una óptica empresarial, no solo técnica. Explica cómo organizar el sistema de calidad en obra, con roles claros, laboratorio bien dimensionado y cultura de calidad que permita tomar decisiones a tiempo. Profundiza en la planificación mediante Planes de Inspección y Ensayo (ITP), la definición de hold points y la correcta gestión de ensayos y materiales en el laboratorio de obra. Aborda la trazabilidad técnica y documental como defensa frente a reclamaciones, retrasos y revisiones de importe, y detalla cómo gestionar no conformidades para que se conviertan en conocimiento y no en litigio. Finalmente, ofrece recomendaciones prácticas para promotores, constructoras e inversores que quieran utilizar el QA/QC como palanca de reducción de riesgos y mejora del coste de financiación en proyectos de edificación, obras lineales e infraestructuras industriales.

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CONTROL DE CALIDAD EN INGENIERÍA QA/QC: LABORATORIO DE OBRA, TRAZABILIDAD Y CONTROL DOCUMENTAL

 
QA/QC: del “papeleo obligatorio” al seguro operativo del proyecto

Buena parte de las desviaciones de coste, de plazo y de reputación en proyectos de construcción no vienen de grandes errores de diseño, sino de una suma de pequeñas decisiones de obra no controladas. Un hormigón sin trazar, un lote de firmes sin ensayos claros, un cambio de detalle sin registrar… todo ello crea un ruido que, al final, impacta en el importe total y en la confianza del cliente.

El aseguramiento de la calidad (QA) y el control de la calidad (QC) deberían ser el hilo conductor que une proyecto, obra y operación. QA define el sistema: procedimientos, Plan de Calidad, ITP, laboratorios, responsabilidades. QC baja al terreno: muestreo, ensayos, inspecciones in situ, registros. Cuando ambos funcionan, el promotor puede defender ante su entidad de financiación que el riesgo técnico está bajo control y que el proyecto no es una incógnita camuflada bajo un presupuesto.

Para constructoras e ingenierías, un QA/QC robusto no es solo un coste: es una póliza de seguro operativa que evita retrabajos, reclamaciones por siniestros y conflictos contractuales que erosionan el margen y encarecen futuros proyectos vía tipo de interés o mayores garantías.

Plan de Calidad e ITP: la calidad se decide antes de hormigonar

El primer error frecuente es empezar la obra sin haber “aterrizado” el sistema QA/QC en un Plan de Calidad de obra y en unos ITP realmente operativos. Sin esa traducción, los requisitos del contrato y de la normativa se quedan en generalidades.

El Plan de Calidad debería identificar, de forma simple y comprensible para producción, qué procesos son críticos (cimentaciones, estructuras, firmes, instalaciones clave), qué riesgos de calidad presentan y cómo se van a controlar. A partir de ahí se construyen los Planes de Inspección y Ensayo (ITP): matrices que cruzan actividades, criterios de aceptación, tipo de control (visual, ensayo, prueba funcional), frecuencia, responsable y registro asociado.

Un ITP bien diseñado tiene efectos muy concretos en el negocio:

Reduce la probabilidad de retrabajos masivos, que suelen disparar el coste directo y el coste indirecto (plazo, medios ociosos, reclamaciones).

Facilita justificar ante el cliente y el inversor que el proyecto está bajo control, lo que puede mejorar la percepción de riesgo y la financiación de futuras obras.

Permite priorizar recursos de QA/QC allí donde de verdad hay riesgo, en lugar de dispersar ensayos sin criterio.

Los hold points y witness points son la pieza clave. Poner un hold point antes de hormigonar una losa, de cerrar una zanja con servicios o de cargar un tramo de firmes implica que la obra no avanza sin una verificación formal y registrada. Puede parecer un freno, pero es justo lo contrario: evita tener que desandar cientos de metros o varias plantas de edificio cuando el problema ya es estructural.

Un buen hold point a tiempo puede ahorrar semanas de retraso, cientos de miles de euros en retrabajos y una discusión legal imposible de ganar sin trazabilidad.

Laboratorio de obra: de “caseta de ensayos” a generador de evidencia

Muchos proyectos siguen tratando el laboratorio de obra como una caseta auxiliar donde se envían probetas “porque lo pide el pliego”. El enfoque moderno lo ve como un centro de datos clave para la gestión del proyecto.

Un laboratorio bien organizado —propio, externo o mixto— aporta tres ventajas decisivas:

Rapidez en la toma de decisiones: si los ensayos de compactación, resistencia de hormigón, mezclas bituminosas o soldaduras se procesan de forma ágil y clara, la jefatura de obra puede ajustar producción casi en tiempo real.

Trazabilidad técnica y contractual: cada muestra, con su código, ubicación y ensayo asociado, se convierte en un “píxel” del as-built de calidad. Cuando surgen dudas, la pregunta deja de ser “¿qué pasó?” para convertirse en “veamos qué dicen los datos”.

Defensa frente a reclamaciones e incrementos de importe: ante un siniestro o una patología, poder mostrar registros completos y trazables refuerza la posición de la empresa frente al cliente, aseguradoras y terceros.

La inversión en sistemas LIMS, calibración de equipos, procedimientos de ensayo y formación del personal del laboratorio tiene un retorno claro: menos resultados dudosos, menos repeticiones innecesarias, menos conflictos entre dirección facultativa, promotor y constructor. Y, a escala corporativa, mejor reputación ante bancos e inversores institucionales, que cada vez miran con más lupa la gestión de la calidad como factor de riesgo.

Trazabilidad: sin dato, no hay defensa

La trazabilidad es el puente entre el mundo físico de la obra y el mundo contractual y financiero del proyecto. Sin trazabilidad, los datos del laboratorio y las inspecciones se convierten en anécdotas difícilmente explotables.

Un sistema maduro de QA/QC vincula:

Lote de material (árido, hormigón, acero, mezcla bituminosa, equipo).

Ensayo realizado (fecha, método, equipo, técnico, resultado).

Ubicación física (tramo, eje, cota, vivienda, estancia, elemento).

Registro documental (ITP, parte de inspección, croquis, fotos, modelos BIM).

Cuando esa cadena está clara, el promotor puede saber qué se puso, dónde, con qué resultado, quién lo aceptó y bajo qué criterio. Y la constructora puede demostrar que cumplió el contrato o, si no lo hizo, cuantificar y acotar el problema.

La trazabilidad documental cierra el círculo. Un sistema de control de versiones, con modelos claros de actas, fichas de inspección, NCR y certificados, evita que en una auditoría o en un arbitraje se discuta sobre qué plano estaba vigente o qué ensayo era el último. En proyectos complejos, esta diferencia se traduce en millones de euros de responsabilidad potencial.

No conformidades: problema técnico o oportunidad de mejora

El tratamiento de las no conformidades suele marcar la diferencia entre una cultura de calidad madura y un sistema meramente defensivo. Ocultar o minimizar NCR para “no molestar al cliente” es una tentación frecuente… y una fuente enorme de riesgo.

Un buen sistema QA/QC hace justo lo contrario:

Favorece la detección temprana: cualquier técnico puede levantar una no conformidad si detecta que se ha incumplido un criterio de aceptación, un ITP o una especificación.

Establece un procedimiento claro: se documenta el problema, se decide la contención inmediata (parar un frente, ampliar ensayos, proteger un elemento) y se define la solución técnica.

Analiza causas y costes: más allá de corregir el punto concreto, se investiga por qué ha ocurrido (formación, diseño, proceso, proveedor) y cuál ha sido el impacto real en importe y plazo.

Cierra el ciclo: la acción correctiva se verifica en el tiempo, se actualizan procedimientos o ITP y se comparten las lecciones aprendidas con otros proyectos.

Para el promotor y el inversor, un reporte honesto de no conformidades, con acciones y datos, es mucho más valioso que una obra aparentemente “limpia” pero sin registros. Permite estimar el coste de la no calidad, valorar si el proyecto está bajo control y ajustar futuros contratos y provisiones.

QA/QC por tipología: edificación, obras lineales e instalaciones

Aunque los principios son comunes, el modo de aplicar QA/QC cambia según el tipo de proyecto:

En edificación, los puntos críticos suelen estar en cimentaciones, estructura, envolvente y acabados. El control de hormigón y acero, la estanqueidad de fachadas y cubiertas, y la calidad percibida de revestimientos determinan la satisfacción del cliente final… y la aparición de reclamaciones años después. Un buen control documental y fotográfico, junto con ensayos de campo, facilita defender la calidad ejecutada cuando aparecen quejas o reclamaciones de comunidades.

En obras lineales y urbanas, la clave está en la geometría (trazado y niveles), explanadas, firmes y drenaje. La vida útil de la infraestructura se juega en ensayos de compactación, módulos de deformación, control de mezclas y ejecución de sistemas de drenaje. Aquí, la trazabilidad por tramos y el registro de liberaciones es esencial para relacionar futuros asientos, fisuras o baches con sus causas.

En instalaciones MEP e infraestructuras industriales, el foco pasa por materiales certificados, pruebas de presión, ensayos eléctricos, pruebas funcionales y commissioning integrado. El coste de un fallo tras la puesta en servicio es muy superior al coste de ensayar bien y documentar cada paso, especialmente cuando hay contratos de disponibilidad o penalizaciones ligadas a la continuidad de servicio.

En todos los casos, la conclusión para promotor, constructor e inversor es similar: el coste de un buen QA/QC es marginal frente al coste de un fallo relevante, tanto en términos de CAPEX adicional como de impacto en ingresos, reputación y refinanciaciones futuras.

Digitalización del QA/QC: del archivador al cuadro de mando

La digitalización ha dejado de ser un “extra” en el control de calidad. El uso de aplicaciones móviles para partes de inspección, plataformas en la nube para control documental, códigos QR para muestras y elementos, y la integración con BIM y modelos digitales permiten pasar de un enfoque reactivo a uno proactivo.

Para la dirección de la constructora y para la propiedad, disponer de cuadros de mando de calidad con indicadores como porcentaje de ensayos conformes, número de NCR por unidad de obra, tiempos de cierre de no conformidades o grado de ejecución de ITP permite tomar decisiones de gestión: reforzar un laboratorio, cambiar un proveedor, modificar un procedimiento o, simplemente, anticipar desviaciones antes de que exploten en forma de conflicto económico.

Desde el punto de vista de financiación y relación con inversores, poder mostrar sistemas de QA/QC digitalizados y auditables mejora la credibilidad de la organización. En un entorno donde los criterios ESG ganan peso y donde los riesgos técnicos se valoran explícitamente, la calidad bien gestionada se convierte en un argumento diferenciador frente a competidores con sistemas más débiles o menos transparentes.

Conclusiones operativas: cómo convertir QA/QC en ventaja competitiva

1. Para el promotor
Incorporar desde la licitación requisitos claros de Plan de Calidad, ITP, laboratorio de obra y trazabilidad, y exigir evidencias periódicas, reduce el riesgo técnico y mejora la posición frente a bancos e inversores. Un promotor que puede demostrar que gestiona su cartera con QA/QC sólido tiene más opciones de obtener financiación en mejores condiciones de tipo de interés y garantías.

2. Para la constructora
Pasar de ver el QA/QC como una carga a integrarlo como herramienta de producción es clave para proteger el margen. Invertir en personal de calidad competente, laboratorio bien equipado, sistemas digitales de trazabilidad y una gestión madura de no conformidades reduce retrabajos, reclamaciones y siniestros. Eso se traduce en menor coste de la no calidad y en mejores resultados en el cierre final de obra.

3. Para la ingeniería de proyecto y dirección facultativa
Participar activamente en la definición de ITP, hold points y matrices de trazabilidad permite alinear diseño y ejecución, reducir ambigüedades contractuales y reforzar su papel como asesor independiente. La ingeniería que domina QA/QC se convierte en socio estratégico del promotor, con capacidad de influir en la selección de constructoras y en la gestión de riesgos técnicos y económicos.

4. Para el inversor y la entidad de financiación
Exigir y revisar sistemas QA/QC robustos —Plan de Calidad, laboratorio, trazabilidad, auditorías— ayuda a discriminar proyectos y operadores. Invertir o financiar obras con baja madurez en calidad implica asumir un riesgo oculto que acabará reflejándose en el coste total, los plazos o incluso en litigios. Incorporar la calidad como variable en la evaluación de proyectos es una forma directa de proteger el capital.

5. Para el gestor de activos y explotación
Recibir un dossier de calidad ordenado, trazable y digitalizado —as-built, ensayos, certificados, NCR cerradas— facilita el mantenimiento, reduce incertidumbre y permite planificar intervenciones futuras con criterio. QA/QC no termina con el acta de recepción: su verdadero valor se despliega durante toda la vida útil del activo.

Autoría: Mariano Rodríguez – Ingeniero de Caminos, especialista en gestión de calidad y proyectos de infraestructuras y edificación, con experiencia en QA/QC, laboratorio de obra y control documental en España y Latinoamérica.

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