NOTICIAS INMOBILIARIAS PROFESIONALES.
NOTICIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO.

NOTICIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO.

NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. ©
CONTRATO DE GESTIÓN HOTELERA: CÓMO SUMA VALOR AL PROPIETARIO Y AL GESTOR

21 de noviembre de 2025
¿Qué guía práctica soluciona este tipo de casos?
¿Qué debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia?
  • El contrato de gestión hotelera ha dejado de ser una figura reservada a grandes resorts y cadenas internacionales para convertirse en una herramienta central en la estrategia de propietarios e inversores hoteleros, también en España y Latinoamérica. Frente al arrendamiento clásico o la explotación directa, el Hotel Management Agreement (HMA) permite separar claramente el rol del dueño del ladrillo y el del gestor del negocio, alineando incentivos alrededor del GOP, el RevPAR y el valor del activo. Para el propietario, supone profesionalizar la explotación sin perder el control estratégico. Para el operador, asegura estabilidad, honorarios ligados al rendimiento y una plataforma para desplegar su marca y su sistema comercial.
El artículo analiza el contrato de gestión hotelera (Hotel Management Agreement, HMA) como herramienta clave para alinear intereses entre propietarios de hoteles y operadores en España y Latinoamérica. Explica que el hotel debe entenderse como doble realidad —activo inmobiliario y negocio operativo— y cómo el HMA permite al propietario profesionalizar la explotación sin perder el control estratégico del activo, mejorando rentabilidad, transparencia y acceso a financiación bancaria y de fondos. Para el operador, el modelo facilita una expansión “asset light”, ingresos mediante honorarios ligados al rendimiento (base fee e incentive fee) y una plataforma estable para desplegar marca, sistemas comerciales y programas de fidelización. El artículo detalla las ventajas frente al arrendamiento y otros modelos (mayor participación en el valor creado, pruebas de rendimiento, comités mixtos y gobierno compartido) y señala en qué casos tiene más sentido recurrir a un HMA: reposicionamiento, activos complejos, resorts y hoteles en edificios singulares. Concluye que el contrato de gestión bien negociado es una pieza central para competir en un entorno hotelero global, financieramente exigente y cada vez más condicionado por criterios ESG.

Copyright © inmoley.com

 
GESTOR DE HOTELES Y CONTRATO DE GESTIÓN HOTELERA.

 
1. El hotel ya no es solo “un edificio”: activo inmobiliario + negocio vivo

Uno de los grandes cambios de la última década es la forma de mirar al hotel: ya no se ve solo como un inmueble en propiedad, sino como un activo operativo que respira a diario con ocupación, tarifas, reputación online, costes de personal y CAPEX recurrente.

El contrato de gestión hotelera reconoce esta doble dimensión:

Para el propietario

El hotel sigue siendo parte de su cartera inmobiliaria (con impacto en yield, valor de salida y financiación).

Pero delega la explotación diaria en un gestor profesional con sistemas, marca y red comercial.

Para el operador

No inmoviliza capital en ladrillo.

Se centra en lo que sabe hacer mejor: vender habitaciones, maximizar el RevPAR, gestionar equipos y posicionar la marca.

Este reparto de papeles, bien plasmado en un HMA sólido, es la primera gran ventaja: cada parte se dedica a su negocio natural sin duplicar estructuras ni asumir riesgos que no domina.

2. Ventajas para el PROPIETARIO: control estratégico con gestión profesional
2.1. Gestionar riesgo sin renunciar a la revalorización del activo

A diferencia del arrendamiento, donde el propietario se conforma con una renta y poco más, en el contrato de gestión la rentabilidad depende del resultado operativo del hotel. Esto tiene dos implicaciones clave:

En momentos buenos, el propietario captura más upside porque el GOP crece y, con él, el valor del activo.

En momentos difíciles, tiene visibilidad total del negocio y puede reaccionar ajustando CAPEX, reposicionando marca o, llegado el caso, cambiando de operador.

El HMA permite diseñar pruebas de rendimiento (performance tests) y mecanismos de terminación que protegen al propietario frente a una gestión deficiente, algo imposible en un arrendamiento tradicional salvo impago.

2.2. Acceso a marca, distribución y revenue management de primer nivel

Para un propietario independiente, competir en un mercado dominado por cadenas y OTAs es cada vez más complejo. El contrato de gestión aporta:

Marca reconocida que mejora el posicionamiento del hotel en el segmento elegido (urbano business, resort vacacional, lujo, select service…).

Sistemas de distribución y reservas centrales que alimentan el canal directo y mejoran el mix frente a OTA y turoperadores.

Herramientas de revenue management y cuadros de mando comerciales que un propietario individual rara vez podría desplegar por sí solo.

La ventaja no es solo de reputación: se traduce en más ocupación, mejor tarifa media y mayor RevPAR, lo que incrementa tanto el cash flow como el valor de tasación del activo.

2.3. Mejor relación con bancos y fondos

La banca y los inversores institucionales analizan el hotel como garantía, pero miran con lupa quién lo explota y bajo qué modelo contractual:

Un HMA bien estructurado, con operador solvente y pruebas de rendimiento claras, da confianza al financiador.

Facilita condiciones de financiación más competitivas (LTV, tipo de interés, covenants) que un escenario de explotación amateur y volatilidad operativa.

Ordena la relación propietario–operador–banco mediante acuerdos de no perturbación y coordinación de garantías.

En la práctica, un buen contrato de gestión puede ser la diferencia entre conseguir financiación para un proyecto de reposicionamiento o quedarse bloqueado en la fase de estudio.

2.4. Gobierno y transparencia: el propietario no “pierde la llave”

Una de las grandes reticencias de los propietarios frente al HMA es el miedo a “perder el control” del negocio. Sin embargo, cuando el contrato está bien trabajado, ocurre justo lo contrario:

El propietario participa en presupuestos anuales, aprueba planes de CAPEX y conoce el detalle de los KPI.

Se crean comités mixtos propietario–operador con reuniones periódicas, actas y seguimiento de acuerdos.

Dispone de derechos de información y auditoría sobre contabilidad, reservas, reputación online y estándares de marca.

En resumen: el operador gestiona, pero el propietario gobierna el activo a medio y largo plazo.

3. Ventajas para el OPERADOR: expansión “asset light” y fees alineados con el éxito
3.1. Crecer sin comprar edificios

Para el gestor hotelero, el contrato de gestión es la columna vertebral de la estrategia asset light:

Amplía su red de hoteles con inversión inmobiliaria a cargo de terceros.

Refuerza su presencia de marca en mercados clave (España, Caribe, ciudades latinoamericanas) sin saturar su balance de CAPEX.

Aprovecha economías de escala en compras, marketing y sistemas, con impacto positivo en sus márgenes.

Cada HMA firmado es una pieza adicional en un puzzle de expansión global, sin la rigidez de la propiedad en balance.

3.2. Honorarios vinculados al rendimiento

Frente al modelo de franquicia pura, donde los ingresos del franquiciador son menos sensibles al resultado del hotel, el contrato de gestión hotelera suele estructurar:

Fee base sobre ingresos (asegura un mínimo de ingresos recurrentes al operador).

Incentive fee vinculado al GOP o a otros indicadores de rendimiento (alineando su interés con el del propietario).

Este esquema incentiva al operador a optimizar ingresos y costes, porque su retribución crece cuando crece el beneficio operativo.

3.3. Estabilidad a largo plazo y protección de marca

Los HMA suelen tener duraciones medias y largas, con periodos iniciales de 10–15 años y posibles prórrogas. Para el operador, esto supone:

Horizonte estable para amortizar el despliegue de la marca, la formación del personal y la implantación de sistemas.

Mayor facilidad para invertir en posicionamiento, programas de fidelización y tecnología, sabiendo que podrá capturar el retorno.

Cláusulas que protegen su marca frente a usos inadecuados del activo, cambios de propietario no autorizados o incumplimientos de CAPEX.

En términos estratégicos, cada contrato de gestión es una concesión de explotación de marca con capacidad real de construir valor a largo plazo.

4. Donde ambos ganan: alineamiento de intereses y creación de valor conjunto

La gran virtud del contrato de gestión hotelera, cuando se diseña con rigor, es que evita el juego de suma cero. No se trata de que uno gane a costa del otro, sino de:

Compartir riesgo, pero con mecanismos claros de reparto (owners priority, mínimos de rentabilidad, performance tests).

Participar juntos en el valor creado por un buen reposicionamiento, un CAPEX bien planificado o una mejora de la reputación online.

Ordenar el conflicto antes de que estalle, a través de comités, escalados, mediación y, solo al final, arbitraje o jurisdicción.

Propietario y operador descubren que su verdadero adversario no es la otra parte, sino:

la obsolescencia del producto,

los cambios de demanda,

los canales de distribución que se comen el margen,

y, cada vez más, los requisitos ESG y de sostenibilidad que condicionan financiación e inversión.
 
El contrato de gestión hotelera no es solo un “papel” entre propietario y operador. Es un marco de alianzas a largo plazo que puede convertir un edificio cualquiera en un activo hotelero competitivo, financiable y adaptado a los nuevos criterios ESG que exigen bancos, fondos e invitados.

5. Cuándo tiene sentido plantear un contrato de gestión hotelera

No todos los hoteles ni todos los propietarios necesitan un HMA. Pero hay situaciones donde el modelo encaja especialmente bien:

Propietarios patrimonialistas (familias, socimis, fondos core) que priorizan estabilidad, preservación del valor del activo y visibilidad del cash flow.

Activos que requieren reposicionamiento (reformas profundas, cambio de segmento, nueva marca) donde el know-how del operador es crítico.

Hoteles en edificios singulares o monumentos, donde la rehabilitación, el CAPEX y la normativa obligan a una gestión muy profesionalizada.

Resorts vacacionales y complejos con F&B, spa y ocio, donde la complejidad operativa supera la capacidad de un propietario sin estructura hotelera propia.

Para los operadores, es especialmente atractivo cuando el activo encaja en su arquitectura de marca y en su estrategia de expansión geográfica. Un mal encaje de marca puede convertir un HMA en una fuente de conflictos.

6. Claves prácticas para sacar el máximo partido al HMA
Para el PROPIETARIO

Preparar la casa antes de negociar: análisis de mercado, plan de negocio preliminar y evaluación del potencial del activo (urbano, vacacional, MICE, etc.).

Comparar ofertas de varios operadores: no solo por fees, sino por marca, estándares, equipo, área de protección, compromiso con ESG y capacidad de generar demanda.

Cuidar especialmente CAPEX, FF&E y pruebas de rendimiento: son las palancas que marcan la rentabilidad en el tiempo y la posibilidad de sustituir al operador si el hotel no rinde.

Alinear el HMA con la financiación: coordinar desde el inicio a banco/fondo, operador y propietario para evitar cláusulas incompatibles.

Para el OPERADOR

Elegir bien los activos: decir “no” a hoteles que no encajan en su marca o que arrastran riesgos normativos, urbanísticos o de CAPEX inasumibles.

Ser transparente con el plan de negocio: mejor prometer menos y cumplir, que sobreprometer y vivir bajo amenaza constante de performance test.

Invertir en relación con el propietario: comités fluidos, reporting claro, escucha activa frente a preocupaciones sobre coste, inversión y resultados.

Incorporar ESG y sostenibilidad al discurso: cada vez más propietarios e inversores miran la gestión hotelera con lentes verdes y sociales.

Conclusiones operativas

El contrato de gestión hotelera alinea, no enfrenta. Cuando se diseña con rigor, convierte al propietario y al operador en socios naturales, no en adversarios.

Para el propietario, la ventaja está en la profesionalización sin perder control, mejor acceso a financiación y mayor potencial de revalorización del activo.

Para el operador, el HMA es la palanca de crecimiento “asset light”, con honorarios vinculados al éxito y protección de su modelo de marca.

El valor del contrato está en los detalles: fees, CAPEX, performance tests, duración, salida por bajo rendimiento, ESG, relación con el banco… No hay plantillas mágicas.

El futuro será de hoteles gestionados con lógica de “asset management”, donde propietarios, operadores, bancos y fondos compartan lenguaje financiero, objetivos de rentabilidad y criterios de sostenibilidad.

Ignorar el contrato de gestión hotelera es renunciar a una herramienta central para competir en un mercado donde la gestión especializada vale tanto como el propio ladrillo.

Autoría
Por Pedro Solana — asesor en inversión y gestión de activos hoteleros internacionales.

CTA
Si eres propietario, gestor hotelero o inversor y estás valorando un contrato de gestión hotelera para tu activo, comparte este artículo en LinkedIn o X y cuéntanos tu experiencia. Los próximos desarrollos, rehabilitaciones y reposicionamientos hoteleros se jugarán, en gran parte, en la mesa donde se negocie el HMA.
 

inmoley.com en Google News
inmoley.com en LinkedIn
inmoley.com en Youtube
Contacto con inmoley.com

Copyright © inmoley.com Todos los derechos reservados. El uso anagramas, símobolos o información sin autorización expresa de inmoley.com y al margen de las condiciones generales de contratación de inmoley.com, será perseguido judicialmente.

ir a inicio de página
 
Volver a la página anterior