| POR
QUÉ LA PLANIFICACIÓN TRADICIONAL YA NO ES SUFICIENTE
Gantt, CPM/PERT
y hojas de cálculo han sido el estándar de la obra civil
durante décadas. Funcionan… hasta que el proyecto se complica: múltiples
frentes, interfaces con la explotación en servicio, suministros
ajustados y presión de plazo. Entonces aparecen los síntomas
conocidos:
Planificaciones
que “no bajan a la producción”: el jefe de producción se
organiza por su cuenta.
Curvas S que
nadie mira hasta que la desviación de coste es evidente.
Reuniones semanales
centradas en apagar fuegos, no en gestionar la producción.
La combinación
de BIM, Lean Construction e industrialización ha cambiado el tablero.
El modelo 3D deja de ser un “bonito dibujo” para convertirse en base de
datos geometría–tiempo–coste (4D/5D). Y la obra empieza a gestionarse
como una cadena de producción: ritmos, flujos, buffers, indicadores
de fiabilidad y decisiones diarias basadas en datos, no en intuiciones.
QUÉ
APORTA REALMENTE LA PLANIFICACIÓN 4D/5D
La 4D conecta
cada elemento del modelo con actividades y secuencias temporales: se puede
ver cuándo y cómo se construye un tramo, un viaducto o una
estación, y qué interferencias se generan. La 5D añade
mediciones, precios e importes, de modo que cada cambio de diseño
o de secuencia se traduce en impacto económico casi inmediato.
Para el negocio,
la ventaja es clara:
El promotor
ve de forma visual cómo afecta una variante de trazado al plazo
y al CAPEX.
La ingeniería
justifica sus propuestas de faseado con simulaciones 4D y curvas de coste
5D.
La constructora
detecta antes cuellos de botella y puede reequilibrar recursos en vez de
pagar sobrecostes de urgencia.
Si sobre esa
base añadimos línea de balance, Takt Planning, earned value
y tableros operativos, la planificación deja de ser un documento
contractual para convertirse en un sistema vivo de control de producción.
LÍNEA
DE BALANCE Y TAKT: DISEÑAR EL RITMO DE PRODUCCIÓN, NO SOLO
EL PLAZO
La mayoría
de obras civiles son, en el fondo, procesos repetitivos: tramos de carretera,
galerías, dovelas, módulos de drenaje, pilas y vanos. Sin
embargo, se siguen planificando como si todo fuera único.
La línea
de balance cambia la lógica:
El eje horizontal
es el tiempo, el vertical la distancia o los tramos.
Cada equipo
se representa como una línea con un ritmo de avance.
Si dos líneas
se cruzan o se separan en exceso, hay esperas, interferencias o recursos
infrautilizados.
En un contrato
de rehabilitación de 40 km de carretera, por ejemplo:
La planificación
clásica mostraba una desviación de +3 meses y un sobrecoste
del 6 % del importe de obra.
Tras rediseñar
con línea de balance, igualando rendimientos de fresado, extendido
y compactación, se redujo el plazo previsto en 7 semanas y se ajustó
el coste al presupuesto original, sin aumentar equipos, solo reordenando
frentes y ritmos.
El Takt Planning
lleva el concepto un paso más allá: se define un Takt time
(intervalo fijo) y la obra se divide en zonas donde los equipos se mueven
de forma sincronizada. El objetivo no es “terminar como sea”, sino lograr
un flujo estable y previsible, con menos picos y valles de recursos, menor
estrés y menos horas extra.
Para la constructora,
esto significa:
Menos coste
improductivo por tiempos muertos.
Mejor control
de subcontratas y suministros.
Argumentos
sólidos para defender su planificación ante el promotor y
la dirección facultativa.
Línea
de balance y Takt no son teorías japonesas de moda: son herramientas
muy concretas para que el jefe de obra vea, en una sola hoja, qué
equipo va por delante, quién va retrasado y qué decisiones
tomar hoy para no pagar el sobrecoste dentro de seis meses.
EARNED VALUE:
PONER NÚMERO A LAS DESVIACIONES ANTES DE QUE DUELAN
Gran parte
de las obras “que se han ido de las manos” tenían un denominador
común: nadie supo poner cifra al problema a tiempo. Se hablaba de
avances “aceptables” o “un poco por detrás”, pero sin métricas
claras.
El Earned Value
Management (EVM) aporta precisamente eso:
PV (Planned
Value): coste planificado de lo que deberíamos haber ejecutado.
EV (Earned
Value): valor ganado, es decir, coste planificado de lo realmente ejecutado.
AC (Actual
Cost): coste real gastado.
Con estos tres
datos se obtienen índices potentes:
SPI = EV/PV
(Schedule Performance Index): fiabilidad de plazo.
CPI = EV/AC
(Cost Performance Index): eficiencia de coste.
En un tramo
ferroviario de 120 millones de euros de importe, un SPI de 0,85 y un CPI
de 0,92 al mes 10 indican que:
se avanza al
85 % de la velocidad prevista,
y cada euro
de producción cuesta un 8 % más de lo programado.
Traducido a
negocio: si nadie corrige el rumbo, la obra terminará meses más
tarde y con un sobrecoste multimillonario, afectando a la TIR del promotor
y a la tesorería del contratista.
Cuando el EVM
se integra en la 5D (curvas S, cash-flow y control de certificaciones),
el director de proyecto puede anticipar necesidades de financiación,
negociar extensiones de plazo con datos y priorizar las medidas que mayor
impacto tienen en margen y plazo.
TABLEROS OPERATIVOS:
DONDE LA TEORÍA SE CONVIERTE EN DECISIÓN DIARIA
Sin un buen
sistema de comunicación, la mejor planificación 4D/5D se
queda en un ordenador de la caseta. Ahí entran en juego los tableros
operativos y el enfoque Last Planner System:
Tableros de
planificación y producción con compromisos semanales por
cuadrilla.
Tableros de
restricciones, donde se visualiza qué falta para liberar trabajos
(permiso, plano, aprobación, suministro).
Tableros de
seguridad, calidad y medio ambiente, conectados con el 4D para explicar
fases críticas.
El indicador
PPC (Percent Plan Complete) —porcentaje de tareas comprometidas que realmente
se ejecutan— se convierte en un termómetro de la fiabilidad de la
planificación.
En una obra
lineal de 60 millones de euros, la implantación de tableros físicos
combinados con un modelo 4D sencillo permitió:
Subir el PPC
medio del 55 % al 78 % en tres meses.
Reducir las
horas extra mensuales en un 22 %.
Reconvertir
varios conflictos con subcontratas en reprogramaciones colaborativas, evitando
reclamaciones formales.
Para la dirección
y el promotor, esto se traduce en informes más creíbles,
menos sorpresas y una correlación clara entre decisiones semanales
y resultados económicos.
IMPACTO EN
COSTE, FINANCIACIÓN Y RIESGO DEL PROYECTO
La planificación
4D/5D y el control de producción no son solo herramientas técnicas:
tienen efectos directos en las variables que importan al inversor y al
financiador:
Coste y margen
Menos retrabajos,
menos penalizaciones, mejor aprovechamiento de recursos.
Mayor previsibilidad
de margen real frente al margen teórico de oferta.
Financiación
y tipo de interés
Curvas S realistas
y actualizadas mejoran la credibilidad ante bancos.
Un historial
de proyectos con desviaciones controladas reduce la percepción de
riesgo, lo que puede reflejarse en mejores condiciones de tipo de interés
y comisiones.
Riesgo contractual
y reputacional
Mayor trazabilidad
de decisiones (gracias al CDE, 4D/5D y registros EVM) fortalece la posición
de la empresa en reclamaciones y arbitrajes.
La capacidad
de demostrar control profesional de plazo y coste refuerza la imagen de
la empresa ante administraciones y clientes privados.
Valor de la
organización a medio plazo
La base de
datos de rendimientos, restricciones, secuencias 4D y KPIs EVM se convierte
en un activo estratégico.
La compañía
pasa de “hacer obras” a gestionar producción de infraestructuras,
algo mucho más valioso y diferenciado en el mercado.
CONCLUSIONES
OPERATIVAS PARA PROMOTORES, INGENIERÍAS Y CONSTRUCTORAS
Pensar la obra
como una fábrica temporal
Implantar
4D/5D, línea de balance, Takt y EVM obliga a diseñar la producción,
no solo el “proyecto”. Quien lo hace gana en estabilidad, reduce el coste
de la improvisación y protege el importe comprometido.
Exigir 4D/5D
y control de producción en las licitaciones
Los promotores
que incluyen requisitos claros de planificación avanzada y tableros
operativos obtienen mayor transparencia y reducen el riesgo de desviaciones
severas. No es un extra; es un criterio de selección de contratistas
serios.
Crear un sistema,
no un proyecto “estrella” aislado
Para la constructora,
pilotar 4D/5D en una obra es útil, pero el salto real llega cuando
se convierte en estándar: misma estructura WBS/CBS, mismos tableros,
misma lógica de EVM. Así se puede comparar proyectos, aprender
y mejorar la gestión de manera acumulativa.
Vincular tecnología
a indicadores de negocio
La inversión
en software, CDE, dispositivos de campo o formación solo se justifica
si se traduce en SPI, CPI, PPC y margen mejorados. Cada proyecto debería
cerrar con un pequeño “balance tecnológico”: qué ha
aportado en euros y días la planificación avanzada.
Formar a mandos
intermedios en producción, no solo en obra
El jefe de
obra y los encargados necesitan leer líneas de balance, entender
SPI/CPI y manejar tableros, igual que saben leer un plano o un replanteo.
Esa formación es, probablemente, la mejor inversión que puede
hacer una empresa si quiere competir en un mercado cada vez más
ajustado en precios.
Conectar planificación
avanzada con requisitos ESG y seguridad
Los modelos
4D/5D y los tableros integrados facilitan demostrar buena gestión
de seguridad, calidad y medio ambiente, algo cada vez más valorado
en licitaciones y financiación sostenible. El mismo sistema que
controla plazos y costes puede servir para reducir riesgos laborales y
ambientales.
Nota de complemento
Para profundizar
en metodologías y marcos de referencia, resulta útil revisar
normas y guías como ISO 21500/ISO 21502 (dirección de proyectos),
UNE-EN ISO 19650 (gestión de la información BIM) y documentos
de buenas prácticas de organismos europeos en contratación
y gestión de infraestructuras, junto con guías internas de
administraciones y grandes promotores de España y la Unión
Europea.
Por Juan Moreno
— Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, especializado en planificación
4D/5D y control de producción en infraestructuras, con experiencia
en proyectos de transporte y agua en España y Latinoamérica.
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experiencias y propuestas sobre planificación 4D/5D, línea
de balance, Takt y control de producción en obra civil.
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