Introducción:
por qué la ciudad mira a la madera masiva
La ciudad busca
más vivienda y equipamientos con menos impacto. El CLT/GLULAM combina
industrialización —paneles y vigas mecanizadas CNC— con obra seca,
reduciendo tiempos de ocupación de la calle y emisiones en A1–A5.
En proyectos de media altura y módulos repetitivos, el plazo de
montaje por planta puede comprimirse frente a hormigón in situ,
y la percepción vecinal mejora por menor ruido y polvo. Para el
promotor, eso se traduce en menor coste financiero de obra (menos meses
pagando intereses), mejor relación con el municipio y una narrativa
ESG con trazabilidad (EPD, certificados forestales). Para el inversor,
la reducción de incertidumbre en plazos y la imagen de sostenibilidad
pueden sostener importes de alquiler y TIR atractivas.
No obstante,
la madera urbana no es una bala de plata. La altura está limitada
por normativa local; el aseguramiento exige evidencias de fuego y mantenimiento;
la acústica requiere diseño cuidadoso de flancos; y la logística
en calles estrechas condiciona la curva de caja. La decisión, por
tanto, no es ideológica: es técnico-económica y de
gestión de riesgos.
Ventajas materiales
y de proceso: dónde gana el CLT/GLULAM
La ventaja
de plazo se origina en la prefabricación y el DfMA: cuanto más
temprano se congela el diseño, más fiable es la fabricación
y más corta la estancia de grúas. En obras urbanas con restricciones
horarias, el ritmo de ciclos —izaje, atornillado, sellado, verificación—
reduce colas críticas y facilita encadenar envolvente y MEP. La
ligereza del material permite soluciones de sobre-elevación sobre
estructuras existentes con menor refuerzo de cimentación, un argumento
muy urbano. Además, la madera mantiene prestaciones térmicas
y posibilita acabados vistos de alto valor percibido.
Desde el coste,
la clave es la repetición. En tipologías con plantas tipo,
el coste por m² del paquete estructural puede competir cuando: 1)
hay lead times pactados con fábrica; 2) la logística de grúa
se optimiza (pocas reubicaciones); 3) el diseño reduce piezas singulares.
En ciudades con tipo de interés al alza, ahorrar 1–2 meses de obra
redunda en menor importe financiero y amortigua volatilidad de insumos.
Riesgos y límites:
dónde se complica en ciudad
El fuego es
el debate más sensible. La madera masiva se comporta de forma predecible
por carbonización, pero el diseño debe garantizar tiempos
de resistencia con encapsulados, protección de uniones y sectorización
coherente. En edificios con público concurrido, la validación
prestacional exige equipo competente y diálogo con la autoridad
competente.
La acústica
urbana suele penalizar al CLT si se “copia y pega” una solución
de catálogo: hay que diseñar suelos flotantes, evitar flancos,
sellar pasos MEP y controlar puentes en encuentros. Las vibraciones —gimnasios,
salas de máquinas, pasarelas— requieren masa adicional, amortiguamiento
o ajuste de luces y rigideces.
En logística,
el riesgo es doble: calles estrechas y ventanas cortas. Sin un plan de
just-in-time y zonas tampón, aumentan mermas, paradas de grúa
y coste indirecto. Finalmente, la humedad en montaje es crítica:
sin cubierta temporal y plan anti-lluvia, aparecen deformaciones y patologías
que derivan en retrabajos.
Materiales
y normas: qué pedirle a la fábrica y al papel
Un proyecto
urbano fiable parte de especificaciones claras: especie, clase resistente,
calidad visual, tolerancias, EPD y declaraciones de prestaciones. Los paneles
CLT deben venir con trazabilidad de lotes, humedad controlada y protección
en embalaje. En glulam, el control reológico y las flechas admisibles
son clave para grandes luces de vestíbulos o pasajes; las uniones
CNC reducen tiempo y ambigüedad en obra.
La compatibilidad
con otros materiales (hormigón, acero, fachadas ligeras) se resuelve
en detalle: barreras de vapor, sellados al fuego, conectores mixtos y protección
de encuentros. Documentalmente, el dossier de licencia debe incluir memoria
de fuego (prescriptivo o prestacional), acústica, vibraciones, cálculos,
ensayos y compromisos de mantenimiento; esto reduce incertidumbre de aseguradoras
y OCT y acelera la financiación.
Diseño
estructural urbano: estabilidad, diafragmas y compatibilidad MEP
En media altura,
el esquema eficiente combina muros portantes CLT con pórticos glulam
en luces mayores y diafragmas correctamente atornillados. Los núcleos
—de madera o híbridos— deben minimizar torsión y asegurar
transmisión de esfuerzos a forjados CLT. Las acciones urbanas —viento
canalizado, empujes de fachada, sobrecargas de uso— obligan a verificar
estabilidad global, pandeo de elementos esbeltos y servicio (flechas y
vibraciones).
Los diafragmas
bien conectados son la mitad del éxito: uniones panel–panel y panel–viga
con trayectorias de carga legibles, y conectores dimensionados a fatiga.
La coordinación MEP evita debilitamientos del panel: los huecos
grandes se diseñan con refuerzo local, y los pasos menores recurren
a collarines certificados. Cada decisión estructural debe cruzarse
con acústica y fuego para evitar re-trabajos.
Fuego, acústica
y vibraciones: de la teoría a la licencia
En fuego, el
proyecto define objetivos por sectores y tiempos, selecciona encapsulados,
protege uniones y planifica compatibilidad con SRI y rociadores. La documentación
debe ser trazable, con planos de detalle y ensayos aplicables. En acústica,
el enfoque masa–resorte–masa con suelos flotantes y desacoples perimetrales
preserva DnT,w; los flancos se combaten con interrupciones de rigidez y
sellados continuos. Las vibraciones se evalúan con modelos y, si
procede, ensayos; se aceptan con criterios claros y, en uso, se monitoriza.
Estos capítulos
“especiales” son donde se ganan o pierden semanas de plazo: la anticipación
reduce iteraciones con administración, aseguradora y propiedad.
Industrialización
y DfMA: cómo convertir el diseño en ritmo de obra
El DfMA funciona
si el diseño llega a fábrica “cerrado”: bibliotecas de uniones,
reglas de panelización, minimización de piezas singulares,
codificación y etiquetado inequívocos. La producción
exige tolerancias realistas y un plan de control metrológico. El
BIM debe contener solo los atributos esenciales (LOIN) y coordinar MEP
y fachada sin sobrecargar modelos; el CDE gestiona versiones y aprobaciones
para que lo fabricado sea lo aprobado.
En obra, el
plan logístico define ventanas, rutas, permisos y posicionamiento
de grúas. La secuencia por plantas encadena izado–atornillado–sellado–control
dimensional, con hitos de aceptación que liberan trades siguientes.
Un plan anti-lluvia con cubiertas temporales, drenajes y orden de acopios
evita humedades y paradas. La seguridad —trabajos en altura, maniobras—
se integra sin fricción porque el sistema es repetitivo y predecible.
Coste, financiación
y contratación: números que cierran
El coste del
paquete CLT/GLULAM se divide en material, herrajes, transporte, montaje
y medios auxiliares, más una contingencia de diseño y logística
urbana. Al ser un sistema de fabricación a medida, la curva de caja
empieza antes: suelen requerirse anticipos a fábrica y garantías
de avance. Con tipos de interés elevados, es vital sincronizar pagos
a fabricación con hitos de montaje, para que la financiación
no estrangule la obra. La planificación de grúa (radios,
reubicaciones mínimas) y de fachada/MEP en cola crítica condiciona
la TIR del promotor.
En contratación,
el paquete “diseño–suministro–montaje” funciona si se acotan responsabilidades,
interfaces y submittals. La especificación de calidad, penalizaciones
por no conformidad y repuestos de herrajes reduce sorpresas. Un open book
parcial (para fabricación) puede ayudar a compartir variaciones
de coste de madera o transporte, con caps/floors razonables para proteger
margen y importe final.
Ventajas y
riesgos, en una mirada
Ventajas clave
• Menor plazo
de montaje en ciudad y reducción de coste financiero.
• Obra más
limpia y silenciosa: mejor aceptación social y vecinal.
• Ligereza
idónea para sobre-elevación y rehabilitación.
• Narrativa
ESG con EPD y trazabilidad forestal.
Riesgos críticos
• Fuego: diseño
prestacional, protección de uniones y sectorización.
• Acústica:
flancos y pasos MEP; suelos flotantes obligados.
• Vibraciones:
confort en usos sensibles.
• Humedad
en montaje y logística urbana de grúas/ventanas.
• Aseguramiento
y licencias: requieren evidencia técnica temprana.
Casos de uso
urbanos: vivienda media altura y oficinas/sobreelevación
En vivienda
colectiva de 6–8 plantas, con plantas tipo repetitivas y núcleo
central, el CLT/GLULAM ofrece ritmo por planta que estabiliza la cadena
de oficios. La sectorización por viviendas y suelos flotantes resuelven
acústica si se diseñan desde el inicio. La grúa torre
o una móvil posicionada con radios optimizados evitan penalizaciones.
En coste, la clave es el control de desperdicio y la reducción de
piezas especiales; en plazo, se gana donde la licencia ha sido cuidada
con un dossier sólido de fuego y acústica.
En oficinas/dotacional
y sobre-elevaciones, la ligereza reduce refuerzos, y las grandes luces
con glulam habilitan espacios flexibles. El desafío es el confort
vibratorio por equipos y el mantenimiento de protección al fuego.
La obra convive con usuarios: se planifican ventanas nocturnas, plan anti-lluvia
y comunicación proactiva.
Qué
quieren ver el promotor, la constructora y el inversor
Promotor: un
business case que cuantifica reducción de plazo y su impacto en
financiación; una matriz de riesgos con propietarios claros; y un
plan de licencia/aseguradora sin puntos ciegos. Inversor: estabilidad de
importe y plazos, métricas ESG con evidencia y riesgos de OPEX acotados
(mantenimiento de acabados, humedad, revisiones de sellados). Constructora:
DfMA cerrado, tolerancias claras, logística viable, CDE con versiones
bloqueadas y un plan de QA/QC que anticipe no conformidades.
Si esas tres
perspectivas convergen, la madera masiva urbana no solo es construible:
es financiable.
Conclusiones
operativas: 6 pasos para una apuesta ganadora
Elegibilidad
urbana exigente. Antes de enamorarse del render, evalúe parcela,
accesos, radios de grúa, ventanas municipales y vecindad. Si la
logística cojea, el coste se dispara.
DfMA temprano
y cerrado. Panelice con reglas, minimice piezas singulares, bloquee uniones
y MEP. La fábrica necesita certezas; su financiación también.
Fuego/acústica/vibraciones
al frente. Aborde estos tres capítulos como críticos; documente
ensayos y detalles. Aseguradoras y licencias fluyen cuando hay evidencia.
Plan anti-lluvia
y QA/QC urbano. Cubiertas temporales, orden, sellados y control metrológico.
Paradas por humedad o tolerancias son el enemigo del plazo.
Contratos claros
y pagos sincronizados. Paquete “diseño–suministro–montaje”, open
book acotado para variaciones, caps/floors y pagos ligados a hitos de montaje.
Datos y CDE
para repetir. Registre costes, KPIs de ciclo y no conformidades. Transforme
el proyecto en benchmark para escalar tipologías y negociar mejor
financiación.
Autoría:
Silvia Rodríguez — Arquitecta y Project Manager con experiencia
en diseño y entrega de edificios de media y gran altura, especialista
en industrialización, BIM y paquetes de CLT/GLULAM en España
y Latinoamérica.
Invitación:
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en madera estructural: qué os ha funcionado, dónde han aparecido
los riesgos y cómo habéis protegido coste, plazo y calidad.
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