Además,
García-Mateo señala que el mercado inmobiliario no puede
seguir ignorando la consolidación del teletrabajo y la necesidad
de ofrecer viviendas en alquiler con servicios a los ciudadanos. Por esta
razón, insta a que esta transformación se lleve a cabo dentro
del casco urbano, no en las ciudades dormitorio, como ha sido la tendencia
hasta la fecha.
Para identificar
qué zonas son más propensas a la transformación, EY
ha realizado un análisis basándose en la renta media mensual
que presentan las distintas áreas de Madrid y Barcelona, comparándolas
con la renta media del residencial alternativo. También se ha calculado
el precio medio de venta según el uso residencial o de oficinas
de los inmuebles.
El estudio
muestra que en Madrid, la mayoría de los edificios del casco urbano
que no están en el eje Castellana, Azca o Cuatro Torres Business
Area ya son susceptibles de reconversión a residencial alternativo.
Este fenómeno se irá materializando de forma progresiva,
especialmente en los distritos de Chamartín, Salamanca, Chamberí,
Retiro e incluso en Manoteras. Esto supondría la eliminación
del 13% del inventario total de oficinas existente en la actualidad.
En la periferia,
zonas como Pozuelo de Alarcón, Aravaca, Arroyo de la Vega o Alcobendas
podrían acoger el uso residencial alternativo de forma creciente
como alternativa a sus oficinas con peor rendimiento. Se estima que hasta
20.000 nuevas unidades residenciales en alquiler o en venta podrían
llegar a sustituir un inventario de oficinas obsoleto y dinamizar una reubicación
de la centralidad de oficinas hacia Madrid Distrito Norte.
En Barcelona,
la tendencia es hacia la consolidación progresiva del 22@ como la
nueva centralidad de oficinas, al tiempo que se incorporan 8.000 unidades
residenciales en zonas del casco urbano y se destruye el 11% de su inventario
total de oficinas, donde el rendimiento del residencial es mucho más
elevado que el de los edificios de oficinas actuales.
DATOS
Las grandes
ciudades como Madrid y Barcelona están experimentando una notable
tendencia en el sector inmobiliario: la transformación de oficinas
en viviendas alternativas. Impulsada por una creciente demanda de viviendas
y una disminución en la contratación de oficinas, esta nueva
tendencia ofrece una oportunidad significativa de revalorización
para los propietarios de estos inmuebles.
Según
Javier García-Mateo, socio responsable del sector inmobiliario del
área de estrategia y transacciones de EY, este fenómeno no
solo podría mitigar la escasez actual de vivienda en estas ciudades,
sino también poner en valor un mercado de oficinas que actualmente
está sobre ofertado. La eliminación de una parte de su inventario
favorecería el aumento de los precios de alquiler de los edificios
que permanezcan, adaptándose a las nuevas demandas del mercado inmobiliario
que no pueden seguir obviando la consolidación del teletrabajo y
la necesidad de ofrecer viviendas en alquiler con servicios a los ciudadanos.
Además,
García-Mateo sostiene que esta transformación debe llevarse
a cabo dentro del casco urbano, no en las ciudades dormitorio como se ha
hecho hasta la fecha. Para identificar qué zonas son más
proclives a la transformación, EY ha realizado un análisis
basándose en la renta media mensual que presentan las distintas
áreas de Madrid y Barcelona, enfrentándolas a la renta media
del residencial alternativo. También se ha calculado el precio medio
de venta según el uso residencial o de oficinas de los inmuebles.
Los resultados
indican que en Madrid, la mayoría de los edificios del casco urbano
que no estén en el eje Castellana, Azca o Cuatro Torres Business
Area ya son susceptibles de reconversión a residencial alternativo.
Esta reconversión, que se llevará a cabo de forma progresiva,
eliminaría el 13% del inventario total de oficinas existente en
la actualidad, lo que potencialmente permitiría la creación
de hasta 20.000 nuevas unidades residenciales en alquiler o en venta.
En Barcelona,
la tendencia es similar, con el 22@ emergiendo como la nueva centralidad
de oficinas, al mismo tiempo que se incorporan 8.000 unidades residenciales
en zonas del casco urbano y se destruye el 11% de su inventario total de
oficinas. Esto sugiere una tendencia creciente hacia la recalificación
de espacios de oficinas en viviendas en las grandes capitales, lo que podría
reconfigurar significativamente el panorama inmobiliario de estas ciudades
en los años venideros.
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