Francia quiere
estudiar la construcción de un gasoducto desde la Península
Ibérica hasta el sur de Francia, que piden España y Alemania,
con el que abrir nuevas fuentes de energía cuando ya no haya gas
ruso disponible. "España y Alemania son dos de los socios cercanos
de Francia, y si hacen una propuesta, la examinaremos", dijo el martes
el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, en París.
Hasta ahora, Francia, que depende en gran medida de la energía nuclear,
se ha mostrado cautelosa sobre la reactivación del gasoducto de
gas natural Midcat, que se cerró en 2017 debido a la falta de rentabilidad.
El gasoducto
Midcat se extenderá desde Barcelona a través de los Pirineos
hasta la conexión a la red francesa en Barbairan, en el sur de Francia.
En España el tubo está completo hasta Hostalric, 106 kilómetros
al sur de la frontera, en Francia faltan unos 120 kilómetros.
El gas natural
que fluirá hacia el norte por el conducto podría obtenerse
de diferentes fuentes en España y Portugal, ya que ambos países
cuentan en conjunto con un total de siete terminales de gas licuado GNL.
También hay dos gasoductos al proveedor de gas Argelia en el norte
de África. Posteriormente, como parte de la transición energética,
también podría pasar el llamado hidrógeno verde, que
se genera con la ayuda del viento o el sol. Hasta el momento solo hay dos
gasoductos más pequeños desde España a través
de los Pirineos hacia el norte con capacidad limitada.
España
posee el 30% de los recursos gasistas de toda la Unión Europea.
Aunque el país no produce su propio gas, importa una cantidad importante
de Argelia. Una reserva que interesa al máximo a Alemania. Sin embargo,
España no puede transitar tanto gas como quisiera por falta de estructuras.
Todos los ojos
están puestos en el MidCat. Un primer tramo de 87 kilómetros
de este oleoducto salió a la luz en 2012 entre los municipios de
Martorell (provincia de Barcelona) y Hostalric (provincia de Girona). La
construcción se detuvo por la estimada falta de rentabilidad del
gasoducto y, ya, por las reticencias francesas. Pero ante la situación
geopolítica actual, Europa y Alemania están dispuestos a
financiar los trabajos del Midcat para que esté en pleno funcionamiento.
Problema: las
tuberías deben atravesar Francia y el gobierno de Emmanuel Macron
ha mostrado una fuerte oposición durante todo el verano. París
considera que este gasoducto no es una solución de futuro ya que
se trataría de seguir invirtiendo en combustibles fósiles
y que la obra podría causar daños ambientales. Todo ello
por gas del que no se beneficiará Francia, ya que el destino final
es Alemania.
Sin embargo,
este martes 30 de agosto la presión aumentó un escalón
para el Elíseo con un viaje a Berlín del presidente del Gobierno
español, Pedro Sánchez, para reunirse con su homólogo
alemán, Olaf Scholz. Los dos jefes de Gobierno insistieron con fuerza
en la necesidad de la apertura del gasoducto y la necesidad de financiación
desde Europa. De repente, el gobierno francés a través de
la voz de su ministro de Economía, Bruno Le Maire, garantizó
que Francia estudiaría el expediente.
En cualquier
caso, si este gasoducto puede ser parte de la solución para escapar
de la dependencia del gas ruso, no resolverá el problema de forma
inmediata. Se estima que se necesitarán al menos ocho meses para
completar los trabajos en el lado español.
EL ARGUMENTO
FRANCÉS
Los argumentos
del lado francés son variados. “Un proyecto así tardaría
en todo caso muchos años en estar operativo, siendo siempre el tiempo
de estudio y trabajo de este tipo de infraestructuras de varios años,
y por tanto no daría respuesta a la crisis actual”, se argumentaba
hace unos días en el Ministerio de Transición Energética.
Francia no
encontraría necesariamente su interés en la construcción
de un vasto gasoducto que permitiera a la Península Ibérica
vender su gas en Europa Central. Francia también dispone de una
terminal de regasificación en Fos-sur-Mer (Bouches-du-Rhône)
que le permite importar grandes cantidades de gas licuado GNL sin necesidad
de un nuevo gasoducto. Y el gobierno planea construir una cuarta terminal
de GNL en Le Havre.
FRANCIA, ARGELIA
Y ESPAÑA
La visita de
Emmanuel Macron a Argel es relevante y se ha producido justo antes del
cambio de criterio. La presencia de Catherine MacGregor, presidenta de
Engie, en la delegación francesa en Argel junto a Emmanuel Macron
suscita varios rumores. España importa el 33% de sus reservas de
gas de Argelia.
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