LA UBICACIÓN
DE CENTRALES NUCLEARES EN LA ESPAÑA AUTONÓMICA
El debate sobre
el futuro de la energía nuclear en España tiene dos partes
que pueden y deben abordarse por separado, aunque, obviamente, están
íntimamente relacionadas. Por un lado, está el debate sobre
si es necesario construir nuevas plantas en España. Hay sectores,
expertos e incluso partidos políticos que están a favor de
aumentar el parque de energía nuclear en España con nuevas
plantas.
Los argumentos
a favor de ampliar la capacidad de energía nuclear en el país
se basan en cómo la energía nuclear puede ayudar a reducir
más rápidamente las emisiones de CO 2 y gases de efecto invernadero,
y alcanzar la neutralidad en las emisiones para 2050, principal objetivo
de la lucha contra el cambio climático.
Si bien es
cierto que la energía nuclear es una tecnología de bajas
emisiones que puede ayudar a descarbonizar y alcanzar la neutralidad en
2050, la inversión necesaria y el CAPEX son muy altos y la construcción
de nuevas plantas es lenta. En comparación con las tecnologías
de energías renovables, como la eólica y la fotovoltaica,
el tiempo de construcción, así como el CAPEX y el OPEX de
la energía nuclear son mucho mayores.
Además,
decidir construir nuevas centrales nucleares ahora supondría tenerlas
a partir de 2035, 2040 o 2045. Con el ritmo de crecimiento de las energías
renovables hay dudas razonables.
Adicionalmente,
la construcción de nuevas centrales enfrentaría el problema
de dónde ubicarlas, ya que el sentimiento general de la población
es no querer centrales nucleares cerca de sus hogares. Asimismo, aunque
el almacenamiento de residuos nucleares de las centrales es un tema técnicamente
resuelto, existe un amplio rechazo social a la construcción de los
depósitos necesarios para ello. Un claro ejemplo es el proyecto
de depósito temporal centralizado (ATC) que actualmente se encuentra
paralizado.
La otra faceta
del debate es el cierre de las plantas actualmente en funcionamiento. España
tiene en funcionamiento siete reactores nucleares con una capacidad total
de algo más de 7 GW y que cubren en torno al 22% de la demanda de
la España peninsular. El cronograma de cierre actual, acordado con
las empresas propietarias, implica el cierre de las siete unidades entre
2027 y 2035.
El hecho de
cerrar una central nuclear supondrá, al menos temporalmente, un
aumento de las emisiones de CO 2 ya que las centrales de turbinas de gas
de ciclo combinado tendrán que cubrir el hueco que dejará
en el mix de producción. Cuánto aumentarán dependerá
de la capacidad de energía renovable disponible en ese momento y
de cómo evolucionen otros factores, como la demanda eléctrica
o la capacidad de las tecnologías de almacenamiento de energía.
El cierre de
las centrales nucleares también tendrá un impacto en el mercado
eléctrico y sus precios. Por eso es muy importante que el cierre
de las unidades sea progresivo y pactado con antelación.
El cierre de
centrales nucleares en algunos mercados europeos como España y Alemania
tendrá un impacto en los precios de los mercados eléctricos
europeos, al igual que las nuevas centrales que se construirán en
Francia y otros países.
ESPAÑA
VA CAMINO DE COMPLETAR LA ELIMINACIÓN DE LA ENERGÍA NUCLEAR
PARA 2035.
España
se quedará sin centrales nucleares en 2035. Así lo establece
el calendario de cierre de los reactores españoles que arrancará
en 2027 con el apagado de Almaraz y que concluye a mediados de la década
de los 30 con el cierre de Vandellós y Trillo
El Gobierno
pactó con las grandes eléctricas un calendario para el cierre
progresivo de todas las centrales españolas entre 2027 y 2035 que
conducirá al apagón nuclear total en el país. Los
planes del Gobierno son mantener el cierre gradual y escalonado de los
siete reactores españoles ahora operativos acordado en 2019 con
Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP, y que contempla que Almaraz I cerrará
en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030,
Ascó II en 2032, Vandellós II en 2035 y Trillo también
en 2035. El objetivo es empezar con los trabajos previos de clausura entre
tres y cinco años antes del cese de actividad de cada central, iniciar
las obras de desmantelamiento tres años después del cierre
y que se alarguen durante una década.
Aspectos técnicos
En el caso
de José Cabrera, arrancó con un proceso preparatorio que
consistió, entre otras cosas, en la extracción del combustible
gastado. Entre 2010 y 2011, se acometieron, ya bajo la batuta de Enresa,
tareas como la retirada de las torres de refrigeración.
Entre 2012
y 2015 se emprendieron los trabajos más complejos, los que "conllevan
un mayor riesgo radiológico, de desmontaje y de gestión de
materiales". Se retiraron los grandes componentes radiológicos,
"uno de los procesos más críticos", entre ellos el generador
de vapor y la vasija del reactor, segmentada bajo el agua mediante robots.
La última
fase fue la demolición los grandes edificios una vez vacíos
y descontaminados.
Es un proceso
industrial complejo, en el que la seguridad es primordial. El desmantelamiento
de cada central tiene su propio calendario y su propia programación.
Una vez realizados
determinados trabajos de desmontaje de sistemas y segmentación de
grandes componentes, sería inviable poder dar marcha atrás.
Se espera que
España vea una fuerte disminución en la capacidad de energía
nuclear y de carbón para 2030 en su giro hacia las fuentes de energía
renovables.
España
está en camino de completar la eliminación de la energía
nuclear para 2035. Se espera que la capacidad de energía nuclear
en el país disminuya drásticamente de 7,1 GW en 2020 a 3
GW en 2030. En agosto de 2021, el país tenía siete reactores
de energía nuclear operativos, la mayoría de los cuales son
propiedad y están gestionados por Iberdrola y Endesa. En el marco
de su Plan Nacional de Energía y Clima 2021-2030, el Gobierno español
tiene previsto desmantelar la capacidad de energía nuclear durante
el período 2027 a 2035. Para 2030, se espera que la capacidad de
energía nuclear disminuya a 3 GW antes de eliminarse por completo
para 2035.
España
también está eliminando gradualmente las centrales eléctricas
de carbón para 2025 y desmantelando gradualmente las centrales eléctricas
de petróleo para 2030 para cumplir con sus objetivos de reducción
de emisiones de carbono. En 2020, el país ya inició el proceso
de eliminación gradual de la energía del carbón al
desmantelar alrededor de siete centrales eléctricas de carbón
con una capacidad acumulada de 3,95 GW. La eliminación gradual de
las centrales eléctricas de carbón y nucleares y el desmantelamiento
gradual de las centrales de petróleo se compensarán con un
aumento simultáneo y gradual de la capacidad de energía renovable.
España
iniciará la eliminación de la energía nuclear en 2027.
De los siete reactores nucleares que tiene el país, está
previsto que cuatro se cierren en 2030, mientras que los otros tres reactores
nucleares dejarán de funcionar en 2035.
Aunque España
se está moviendo rápidamente hacia un futuro de energía
verde, la eliminación gradual de las centrales eléctricas
de carbón y nucleares en un corto período de tiempo puede
poner en peligro la seguridad de suministro del país. El país
ya es un importador neto de energía desde 2016 y sus importaciones
de energía aumentarán aún más si el vacío
de generación causado por la eliminación del carbón
y la energía nuclear no se llena con fuentes de energía renovables.
Debido a la naturaleza intermitente de las energías renovables,
el país tendrá que invertir significativamente en tecnologías
de almacenamiento de energía una vez que el carbón y la energía
nuclear abandonen la combinación de generación.
INDUSTRIA
La gran industria
española también ha reclamado replantear el apagón
nuclear, como parte de las medidas para combatir los altos precios de la
electricidad y el gas. En un comunicado conjunto, las patronales Anfac
(automoción), AOP (petroleras y refino), Aspapel (papel), Feique
(química y farmacia), Fiab (alimentación y bebidas), Oficemen
(cemento) y Unesid (siderurgia) se lanzaron a pedir una revisión
del calendario de cierre de las centrales nucleares en España.
PLAZO LÍMITE
Los planes
del Gobierno son mantener el cierre gradual y escalonado de los siete reactores
españoles ahora operativos acordado en 2019 con las grandes eléctricas,
y que contempla que Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028,
Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032, Vandellós
II en 2035 y Trillo también en 2035.
Desde Foro
Nuclear se advierte que los plazos no son ilimitados y que la posibilidad
de replantear el calendario de cierre de los reactores no puede esperar
demasiado, especialmente por la planificación de las inversiones
que deben acometer las compañías en el mantenimiento de las
centrales en función del tiempo previsto de funcionamiento. “Si
se quiere reabrir el debate, no se puede esperar mucho; habrá que
hacerlo en uno o dos años como máximo”, advierte Ignacio
Araluce, presidente de la patronal nuclear.
FISCALIDAD
DE LAS ELÉCTRICAS
Desde el sector
nuclear sí se lanza una queja expresa sobre la enorme carga fiscal
que soporta su actividad y las dificultades para seguir funcionando de
manera rentable, insistiendo en que las eléctricas tienen vendida
toda su producción a precios muy inferiores a los que marca el mercado
mayorista (de entre 60 y 67 euros por MWh). Por ello, aunque se subraya
que técnicamente las centrales pueden seguir funcionando más
allá de la fecha de cierre prevista, las nucleares avisan de que
“no pueden seguir en marcha si se funciona a pérdidas”.
EUROPA
En el Reino
Unido se ha abierto un importante debate sobre el cierre de la central
nuclear Hinkley Point B en Somerset a principios de esta semana. Antes
del cierre de Hinkley Point B, los parlamentarios británicos han
pedido un retraso en el desmantelamiento de las antiguas centrales nucleares
del Reino Unido para garantizar la seguridad energética y aliviar
el aumento de los precios de la energía.
Lo mismo ha
sucedido en Alemania. El canciller alemán, Olaf Sholz, dijo el miércoles
que podría ser necesario extender la vida útil de las tres
plantas nucleares restantes de Alemania, que actualmente se cerrarán
a fines de este año.
En el Reino
Unido se ha abierto un importante debate sobre el cierre de la central
nuclear Hinkley Point B en Somerset a principios de esta semana. Antes
del cierre de Hinkley Point B, los parlamentarios británicos han
pedido un retraso en el desmantelamiento de las antiguas centrales nucleares
del Reino Unido para garantizar la seguridad energética y aliviar
el aumento de los precios de la energía. La planta de energía
nuclear fue el primer reactor avanzado refrigerado por gas del Reino Unido
y, tras un período de construcción de nueve años,
ha estado en funcionamiento desde 1976. Durante los últimos 46 años,
ha contribuido con aproximadamente el 3 % de las necesidades energéticas
totales del Reino Unido, produciendo 311 TWh, suficiente para satisfacer
las necesidades de todos los hogares del Reino Unido durante casi tres
años
Su fecha de
cierre original fue planificada por el operador EDF para 2016, pero una
gestión cuidadosa permitió que funcionara de manera segura
hasta el lunes de esta semana.
Un cierre tan
importante crea una caída en la capacidad de energía nuclear
del Reino Unido y llega en un momento crítico para la seguridad
energética, con el aumento de los precios mundiales de la energía.
Ante esta situación,
el gobierno británico ha publicado una nueva Estrategia de Seguridad
Energética en abril, que establece planes para impulsar la energía
nuclear, al mismo tiempo que invierte en energía eólica,
solar e hidrógeno.
En general,
los planes establecidos en la Estrategia de Seguridad Energética
del gobierno, que se publicó en abril, contemplan una aceleración
significativa de la energía nuclear, con una ambición de
hasta 24 GW para 2050 provenientes de esta fuente de energía. En
total, esto representaría hasta alrededor del 25% de la demanda
de electricidad proyectada del Reino Unido.
Otra opción
podrían ser los reactores modulares pequeños (SMR), que son
potencialmente más rápidos de implementar que la energía
nuclear a gran escala.
LA SITUACIÓN
EN ALEMANIA
En realidad,
el capítulo "energía nuclear" en Alemania debería
cerrarse definitivamente con el año 2022 pero la actual crisis energética
ha alimentado el debate sobre la salida planificada de Alemania de la energía
nuclear. Actualmente, tres reactores siguen funcionando en Alemania: Emsland,
Isar 2 y Neckarwestheim 2. Su permiso para producir electricidad finaliza
el 31 de diciembre de 2022. Existe una discusión controvertida sobre
si se debe posponer el cierre de los reactores.
Union y FDP
están haciendo campaña por el plan de salida para permitir
que las pilas continúen operando al menos más allá
del cambio de año. Pero, ¿deberían seguir funcionando
las centrales nucleares? ¿Cuáles son los requisitos para
esto? ¿Y qué consecuencias tendría este paso para
el medio ambiente?
¿Por
qué Alemania quiere abandonar la energía nuclear?
Los desastres
nucleares como los de Chernobyl en 1986 y los de Fukushima, Japón
en 2011 tuvieron consecuencias devastadoras para el medio ambiente y para
millones de personas.
Después
de la catástrofe del reactor en Fukushima y numerosas protestas
de ciudadanos de todo el mundo, el entonces gobierno federal decidió
eliminar la energía nuclear por etapas para fines de 2022.
¿Por
qué se reaviva ahora el debate?
La crisis energética
está causando cada vez más dificultades a Alemania. Union
y FDP están haciendo campaña para suspender el plan de salida
y permitir al menos una operación continua limitada más allá
del cambio de año. Los reactores deben continuar generando electricidad
y así ahorrar el gas que se usa para generar electricidad. Los Verdes
ya no descartan una prórroga.
El líder
del grupo parlamentario del FDP, Christian Dürr, ve la ampliación
del mandato como una cuestión de solidaridad europea. “No solo Alemania
se enfrenta a una grave crisis energética, sino toda Europa”, dijo
Dürr a la Agencia de Prensa Alemana.
El ministro
de Finanzas, Christian Lindner, también espera que Alemania tenga
que recurrir a la energía nuclear durante mucho tiempo debido a
la crisis. "No se trata de muchos años, pero es posible que tengamos
que hacernos a la idea de que todavía necesitamos energía
nuclear en 2024", dijo el martes el político de FDP en RTL / ntv.
¿QUÉ
RIESGOS TIENE LA PRÓRROGA?
No solo existen
obstáculos puramente legales y políticos, sino también
técnicos y comerciales. Debido a la eliminación gradual de
la energía nuclear, los tres reactores restantes hasta ahora han
sido diseñados para funcionar hasta fin de año. Los operadores
tendrían que encontrar rápidamente el personal necesario
y suficiente combustible nuclear.
La cuestión
de las comprobaciones de seguridad periódicas que consumen mucho
tiempo también volvería a surgir en el caso de una prolongación
de la vida útil. Los operadores de las centrales nucleares restantes,
como la empresa energética RWE, expresaron recientemente su opinión
negativa.
Otro aspecto:
el uranio en las barras de combustible nuclear solo dura un tiempo determinado.
Según la Asociación Federal Alemana de la Industria de la
Energía Atómica, la vida útil de una carga suele ser
de cuatro años. La adquisición de reemplazos requiere una
cierta cantidad de notificación previa, por lo que la entrega de
nuevas barras de combustible solo sería posible el próximo
año. El Ministerio de Economía también asume que esto
llevaría más de un año.
Durante el
período de prórroga, el proceso, en el que la reacción
atómica en cadena en el núcleo de un reactor antiguo llega
lentamente a su fin al final de su vida útil debido a la falta de
uranio no utilizado, se prolonga artificialmente durante unos meses mediante
medidas de control de la planta.
Sin embargo,
el reactor pierde constantemente el 0,5 por ciento de su producción
por día.
Como parte
del debate sobre un mandato central más largo, el líder de
la CDU, Friedrich Merz, y el líder de la CSU, Markus Söder,
visitaron el jueves la planta de energía Isar 2 cerca de Landshut
en Baviera.
Inmediatamente
después de la visita, el líder de la CDU, Friedrich Merz,
en vista de la crisis energética que se avecinaba, pidió
una rápida resolución del Bundestag para extender la vida
útil de las centrales nucleares alemanas. La Unión está
expresamente lista para introducir rápidamente los cambios correspondientes
en la ley, dijo. “La operación de la central nuclear es técnica,
personal y legalmente posible”. Ahora hay que decidir si esto también
es políticamente posible.
Merz enfatizó
que la Unión también estaba lista para reunirse con poca
anticipación para una sesión especial del Bundestag para
tomar una decisión rápida. De lo contrario, solo habrá
otra sesión del Bundestag en unas cinco semanas. "Ahora, en este
momento, podríamos tomar decisiones" que permitirían la continuidad
del negocio más allá del cambio de año 2023/2024.
Desde el punto
de vista de Merz, el Bundestag debe aprobar los cambios necesarios en la
ley en agosto para una vida útil más larga de las centrales
nucleares. Dado el tiempo que lleva pedir nuevas barras de combustible,
que puede demorar hasta 15 meses, está claro por qué es tan
importante tomar decisiones en agosto, dijo. “Cuando estamos en septiembre
se vuelve crítico, cuando tenemos Navidad es imposible”.
No queremos
volver a la vieja central nuclear, pero dada la situación actual
es "nuestra responsabilidad", es importante no exacerbar los problemas,
dijo Merz.
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