En primer
lugar, es fundamental contar con una estrategia interna para el desarrollo
de los recursos de hidrocarburos. Esta estrategia debe formar parte de
una política energética más amplia que abarque todas
las formas de energía disponibles en un territorio determinado.
Muchos estados africanos no tienen una estrategia adecuada para el desarrollo
de los recursos de hidrocarburos.
En segundo
lugar, la implementación de esta estrategia requiere un plan de
acción, cuyo componente clave es un régimen petrolero atractivo.
En tercer lugar,
la aplicación de esta estrategia requiere un equipo de implementación
de personas centradas en la implementación exitosa del plan de acción.
Aquí es donde la falta de las habilidades técnicas requeridas,
la interferencia política, el interés financiero a corto
plazo y la agenda política personal pueden interponerse.
Un ejemplo
de inestabilidad e inseguridad para el inversor es la advertencia de Argelia
a España con el fin de interrumpir el suministro de gas a España
si Madrid vendía gas argelino a otros países (Marruecos).
Argelia también decidió el año pasado no extender
un acuerdo para exportar gas a través de un gasoducto que atraviesa
Marruecos hacia España y que constituía casi todo el suministro
de gas de Marruecos. Está abasteciendo a España a través
de un oleoducto submarino directo y por barco.
Argelia vendió
a España combustibles fósiles —gas natural, petróleo
y otros derivados— por valor de 4.300 millones de euros. Solo el gas aportó
—entre lo enviado por gasoducto y por barco— 2.600 millones. Una cifra
que convierte a España en el segundo mayor comprador de este combustible
en Argelia, por detrás de Italia. En el caso del crudo, es el quinto,
tras Francia, Reino Unido, Países Bajos y Bélgica....
El proyecto
Medgaz, considerado por la Unión Europea como ‘Proyecto de Interés
Común’ por contribuir a la seguridad de suministro energético,
ha sido uno de los retos más importantes a los que nos hemos enfrentado
dentro del sector energético.
Con una longitud
de 210 km y una capacidad inicial de 8.000 millones de m3 al año,
se trata del primer gasoducto del Mediterráneo a más de 2.000
metros de profundidad. Además, con la construcción de este
gasoducto se consegue enviar gas natural desde África hasta Europa,
por primera vez directamente desde Argelia a España sin tránsito
por otro país.
Para su desarrollo
se invirtieron cerca de 900 millones de euros y participaron en su construcción
más de 2.000 personas. En abril de 2011, se inició el transporte
de gas, convirtiéndose así Medgaz en la vía más
eficiente para transportar gas de Argelia a España.
El gasoducto
Medgaz se ha consolidado como una de las entradas de gas más importantes
del sistema gasista español, siendo la vía más directa
y económica de aprovisionamiento de gas natural al sur de Europa.
Esta infraestructura es hoy clave para la seguridad de suministro en España
y para la exportación de gas de Argelia, reforzando el peso del
gas natural en el mix energético, con sus ventajas económicas
y medioambientales.
El gigante
energético estatal de Argelia, Sonatrach, suministró más
del 40 por ciento de las importaciones de gas natural de Madrid en 2021,
la mayor parte del cual se suministró directamente a través
del gasoducto de aguas profundas Medgaz de 750 kilómetros (465 millas).
Argelia, el
mayor exportador de gas de África, también suministró
gas anteriormente a través de un segundo gasoducto GME (Gaz Maghreb
Europe), que une España con Argelia a través de Marruecos.
La advertencia
de Argelia se produce cuando Europa busca desvincularse de la energía
rusa tras su invasión de Ucrania.
EUROPA Y LA
DEPENDENCIA DEL GAS
El gigante
energético estatal de Rusia, Gazprom, detuvo el miércoles
todos los suministros de gas a Polonia y a la altamente dependiente Bulgaria,
lo que generó el espectro de una escasez en la región y en
Europa en su conjunto.
El primer ministro
italiano, Mario Draghi, ya se apresuró a firmar acuerdos con Argelia,
Egipto y la República del Congo para frenar la dependencia de su
país de Moscú. Las vastas reservas de combustibles fósiles
de África, la proximidad a Europa y el creciente mercado de gas
natural licuado (GNL) pueden tentar a otros líderes. La política
inestable y la infraestructura limitada complican las cosas.
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