El proyecto
del Corredor Vasco del Hidrógeno, BH2C, supondrá la generación
de más de 1.340 puestos de trabajo directos y 6.700 indirectos tras
una inversión de más de 1.300 millones de euros hasta el
2026. Destacan los 650 millones previstos en la producción de hidrógeno
verde, 250 millones para el desarrollo tecnológico e industrial
en toda la cadena de valor y digitalización y 50 millones dedicados
a la investigación de aplicaciones del hidrógeno en movilidad,
sector residencial e industria. El proyecto cuenta con la participación
de 78 organizaciones: 8 instituciones, 12 centros de conocimiento y asociaciones
empresariales y 58 empresas y supondrá la producción anual
de 20.000 toneladas de hidrógeno y la reducción de más
de 1,5 millones toneladas al año de CO2.
Se ha formalizado
el consorcio del Corredor Vasco del Hidrógeno que cuenta con la
participación de 78 organizaciones entre las que se encuentran firmas
punteras de la industria vasca, el puerto de Bilbao o las administraciones
concernidas.
Los proyectos
que componen la iniciativa BH2C:
-
Producción
de hidrógeno renovable y combustibles sintéticos
-
Movilidad- Logística
de distribución
-
Descarbonización
de la Industria
-
Usos urbanos y
residenciales
-
Infraestructura
-
Desarrollo tecnológico
industrial
Este proyecto
se fundamenta en una estrategia integral, que incluye 34 proyectos de toda
la cadena de valor y pretende ser una palanca para transformar el tejido
productivo y conseguir mantener el peso de la industria en nuestra economía.
Entre ellos destacan proyectos que tienen que ver con el “corazón”
de la economía del hidrógeno, como la instalación
de una fábrica de electrolizadores, el desarrollo de la pila combustible,
el desarrollo de la hidrogenera (surtidor de hidrógeno) y con las
aplicaciones de movilidad desarrollo del autobús y el tren de hidrógeno.
El Corredor
Vasco del Hidrógeno se desarrollará en dos fases, la primera
de ellas ya está en marcha y culminará en el 2026. La inversión
prevista de 1.300 millones de euros se traducirá en la producción
de 20.000 toneladas de hidrógeno renovable al año y evitarán
la emisión de 1,5 millones de toneladas anuales de CO2.
La inversión
durante estos primeros años se destinará al desarrollo a
la producción de hidrógeno renovable, infraestructuras y
aplicaciones necesarias para el despliegue del Corredor Vasco del Hidrógeno.
Por un lado,
destaca la inversión de 650 millones de euros en producción
de hidrógeno renovable con una capacidad instalada de 112 Mw, para
lo que se construirán tres instalaciones. La primera de ellas de
Petronor, que estará en funcionamiento en el año 2022, tendrá
2 Mw de capacidad y servirá para alimentar el Parque Tecnológico
de Abanto. La segunda instalación de Petronor, EVE y Enagas, que
estará en funcionamiento en el año 2024 y ubicada en el puerto
de Bilbao, tendrá 10 Mw, y su producción estará destinada
a la planta de combustibles sintéticos. La tercera que será
para 2025, tendrá 100 Mw y servirá para descarbonizar el
proceso productivo de Petronor así como abastecer las necesidades
del propio Corredor. Además, se instalará una planta de fabricación
de biogás que, a partir de residuos sólidos urbanos, producirá
hidrogeno.
Asimismo, 250
millones de euros serán necesarios para alcanzar la madurez necesaria
en el desarrollo tecnológico e industrial a lo largo de la cadena
de valor y el desarrollo de los procesos de digitalización industriales
imprescindibles para el éxito del macroproyecto.
Además,
se destinarán 50 millones de euros a proyectos de investigación
relacionados con las aplicaciones del hidrógeno en movilidad: transporte
de pasajeros, mercancías de largo recorrido (tren, aviación,
naval); residencial: generación de calor y cogeneración para
cubrir las necesidades de edificios comerciales o residenciales; e industria
de difícil descarbonización.
Esta primera
etapa servirá, en definitiva, para sentar las bases de una economía
del hidrógeno y obtener los mecanismos tecnológico-industriales
que posibiliten su desarrollo; esto permitirá alcanzar el
objetivo de descarbonización del sector energético al tiempo
que genera creación de valor en el sector industrial.
El tejido industrial
vasco, caracterizado por la presencia de importantes compañías
cuya huella de carbono puede ser significativamente reducida con la introducción
del hidrógeno, es, por tanto, uno de los factores que hacen de Euskadi
un lugar privilegiado para el desarrollo de una economía del hidrógeno.
De hecho, el territorio cumple todos los requisitos para convertirse en
un referente internacional en hidrógeno.
Euskadi cuenta
con todos los elementos necesarios para desarrollar un ecosistema entorno
al hidrógeno. Por una parte tiene el puerto de Bilbao con experiencia
en GNL, y por otra parte, la refinería de Petronor que será
generador y consumidor de hidrógeno. Además cuenta con la
necesaria malla de gasoductos para el transporte del hidrógeno y
se encuentra en una ubicación inmejorable en una ruta de transporte
de mercancías de largo recorrido.
En un territorio
como Euskadi, donde el peso de la industria alcanza el 25% del PIB, la
creación de un ecosistema del hidrógeno representa una oportunidad
estratégica que permite basar el crecimiento económico en
una industria descarbonizada, algo especialmente relevante en un contexto
como el actual, marcado por la caída de actividad que ha provocado
la pandemia.
LA PLANTA DE
PIROLISIS CONTRIBUIRÁ A LA DESCARBONIZACIÓN DE LA REFINERÍA
La planta de
valorización de combustible sólido recuperado anunciada por
Repsol y Petronor el pasado permitirá la generación de gas
a partir de residuos urbanos. Este gas se empleará para sustituir
parte del consumo de combustibles tradicionales de la refinería.
El proceso
partirá de combustibles sólidos recuperados de los residuos
que actualmente van a vertedero y de los mismos se extraerá un combustible
que supla al gas natural utilizado en Petronor, contribuyendo a la descarbonización
de la refinería.
La tecnología
seleccionada para el tratamiento de esta planta es la pirolisis a alta
temperatura, y la inversión a realizar es de 21,3 millones de euros.
En una primera
fase, esta planta de pirolisis podrá procesar unas 10.000 toneladas
al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse
en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, aproximadamente:
el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.
Esta iniciativa
responde a la estrategia de Repsol y Petronor de impulsar la economía
circular, que se aplica en muchas de las fases del ciclo productivo de
la compañía a través de la tecnología y la
innovación. Repsol ya ha puesto en marcha más de 200 proyectos
en este ámbito, que ha establecido como una de las palancas clave
para lograr alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
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