Los compromisos
ambientales suscritos por el Estado Español, en tanto que miembro
de la UE, que le exigen incrementar de forma muy significativa la eficiencia
energética de su parque edificado, multiplicando por diez los ritmos
de rehabilitación actuales.
La pobreza
energética, que se ha puesto de manifiesto especialmente a partir
de la reciente crisis económica. Las primeras aproximaciones realizadas
muestran que la mitad del parque edificado deja en un grado muy elevado
de vulnerabilidad a la pobreza energética a los hogares a los que
cobija.
Siendo la pobreza
energética un problema que se define a través de articular
tres variables -nivel de renta del hogar, precios de la energía,
eficiencia energética de la vivienda- no cabe duda de que la eficiencia
energética de la vivienda es el factor más estable y el que
puede, a largo plazo, disminuir de forma más económica el
riesgo frente a la pobreza energética.
El mantenimiento
de la calidad de los elementos constructivos e instalaciones de un parque
cuya antigüedad empieza a ser relevante y cuya calidad de servicio
puede estar a menudo en duda, tanto a causa del aumento de la exigencia
social como de un mantenimiento deficiente. Una consideración de
la calidad que además tiene reconocimiento legal en el deber de
conservación que compete a los propietarios de las viviendas.
La accesibilidad
-tanto urbana, como a las viviendas-, una verdadera urgencia en el marco
de una población cada vez más envejecida y de mayor edad.
La adecuación
de la vivienda a las necesidades de los nuevos hogares, donde el patrón
familiar estándar sobre el que se ha construido el parque va perdiendo
su tradicional preponderancia, y donde otras necesidades -como, por ejemplo
y de nuevo, las necesidades de la gente mayor- reclaman la adecuación
de las dimensiones y de los servicios que ofrece la vivienda.
Los procesos
de segregación urbana, verdadero círculo vicioso que afecta
a muchos entornos construidos y se retroalimenta del mal estado de las
viviendas más antiguas o de peor calidad constructiva.
Los instrumentos
de referencia, que sirven de base para apoyar las propuestas de este documento,
son:
»
Por lo que se refiere a la planificación municipal de la rehabilitación,
y promoción de la misma en entornos urbanos con fragilidades organizativas:
– ayudas a
la rehabilitación reembolsables, para determinados perfiles socio-económicos,
garantizados con la inscripción acordada de la carga en el Registro
de la Propiedad, como ha hecho Barcelona, o bien mediante créditos
personales avalados por el Ayuntamiento, como ha hecho Pamplona
– Incremento
de la escala de intervención y apoyo a la gestión, a través
de la declaración del interés público de la rehabilitación
e intervención pública en secciones censales completas, delimitando
Áreas de Conservación y Rehabilitación Energética
y de Accesibilidad, mecanismos equivalentes a los de la gestión
urbanística por cooperación, como el caso de Santa Coloma
de Gramenet.
» Por
lo que se refiere a la planificación municipal de la rehabilitación,
y promoción de la misma mediante subvenciones y apoyo a las comunidades
con capacidad de organización:
– la planificación
por sectores y acompañamiento social y administrativo a las comunidades
de propietarios, como el caso de Zaragoza, con un proceso de gestión
contrastado en los últimos años
– la delimitación
de Áreas Preferentes para la Intervención de Rehabilitación
Urbana (APIRUs), y todo el proceso de gestión seguido en 2016 para
su implementación, que es el caso de Madrid (Plan Mad-Re),
– Incremento
de la escala de intervención mediante Proyectos de Intervención
Global que priman con subvenciones adicionales a las comunidades que deciden
impulsar la rehabilitación conjuntamente, como el caso de Pamplona.
» Por
lo que se refiere al establecimiento de marcos autonómicos de colaboración
entre municipios:
– la implantación
de plataformas de encuentro y de colaboración entre municipios en
torno a la rehabilitación y regeneración urbanas, como la
experiencia valenciana con la red RENHATA.
SOLO SE
REHABILITAN ENERGÉTICAMENTE CADA AÑO EL 10% DE LAS VIVIENDAS
QUE DEBERÍAN HACERLO
El Grupo de
Trabajo por la Rehabilitación ha presentado en CONAMA su último
informe dedicado, en esta ocasión a las ciudades.
Los municipios,
pieza clave en un marco de cooperación institucional”, el informe
alerta del grave desfase entre los compromisos de rehabilitación
asumidos por España para luchar contra el cambio climático
y la realidad de la actividad rehabilitadora en nuestro país. Cada
año se deberían rehabilitar energéticamente 250.000
viviendas y apenas se llega a las 25.000.
Esta es solo
una de las conclusiones de este trabajo redactado por Xavier Casanovas,
Albert Cuchí, Jordi Mas Herrero y Juan Rubio del Vall y coordinado
por Fundación CONAMA y Green Building Council España (GBCe).
Además, GTR-Ciudades aporta soluciones y apunta seis propuestas
para un modelo apoyado en estrategias y planes locales de rehabilitación
y que tienen al municipio como base.
En el acto
de presentación celebrado en el marco del Congreso Nacional de Medioambiente,
CONAMA, los autores han adelantado que para dar un salto de escala que
permita abordar este reto con garantías, el informe propone que
el fomento de la Rehabilitación se convierta en una política
pública que ponga de acuerdo a las diferentes administraciones.
“Tenemos que reconocer que la rehabilitación de edificios en nuestro
país sigue siendo una asignatura pendiente. Desde el sector público
se ha considerado tradicionalmente que la rehabilitación es una
actividad de interés privado, derivada del deber de conservación
que la legislación vincula al de propiedad, y por el que se ha velado
muy tímidamente desde las administraciones. El resultado está
a la vista. El ritmo rehabilitador es muy escaso y de seguir así
no podremos cumplir con los compromisos adquiridos con Europa”, ha manifestado
Albert Cuchí, autor en colaboración con otros miembros de
GTR de este trabajo.
Además,
el documento propone una nueva Estrategia de Rehabilitación que
se impulse mediante un Plan Estatal de Rehabilitación dotado con
recursos procedentes de los Ministerios de Fomento y de Transición
Energética, con la participación de las CCAA y que tenga
como objeto principal empoderar a los municipios para que estos, desde
la proximidad y el conocimiento de la realidad urbana, impulsen procesos
de rehabilitación energética apoyando a las comunidades de
propietarios.
Singularmente
se propone incidir con más énfasis en los entornos más
vulnerables económicamente. De esta manera no solo se evitarán
emisiones de CO2, sino que además, se creará empleo en el
sector verde y se luchará a su vez contra la pobreza energética
y la segregación urbana. “La falta de diagnóstico, desde
el sector público, del estado del parque edificado, y de cómo
están evolucionando esconden una punzante realidad de segregación
urbana y un agravamiento del proceso de degradación de muchos barrios”,
ha declarado Jordi Mas, otro de los coautores del último trabajo
del GTR.
El texto también
sugiere que se supere la cultura de la subvención y que se impulsen
otros instrumentos de apoyo a las comunidades de propietarios con mayor
implicación del sector público en la planificación,
gestión y financiación de los procesos rehabilitadores.
Gracias a estas
y otras medidas, se posibilitará el cumplimiento de los Compromisos
Internacionales de lucha contra el cambio climático, la reducción
de las desigualdades urbanas, la mejora de la salud y de la calidad de
vida de la ciudadanía con viviendas más confortables y accesibles
y la creación de empleo en un sector intensivo en mano de obra e
imposible de deslocalizar.
Por último,
GTR-Ciudades defiende que la inversión pública arrastrará
un volumen de inversión privada suficiente para que los retornos
en forma de impuestos compensen el presupuesto público invertido
inicialmente.
El Informe
es de interés también para aquellos municipios que quieran
impulsar la rehabilitación energética de viviendas en el
marco de los objetivos de la nueva Agenda Urbana.
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