La renuncia
al proyecto hotelero supone que la inversión será menor,
aunque la firma no la cuantifica. Las plusvalías urbanísticas
previstas inicialmente en el documento presentado por KKH, fijadas en torno
a los 27 millones de euros, serán inferiores. Sobre todo porque
el edificio mantendrá su superficie actual de 14.000 metros cuadrados
y no ganará los 5.000 metros que anhelaba el fondo de inversión.
Pero el grupo también se librará del coste de derribar el
inmueble y levantar uno nuevo. Se limitará a rehabilitarlo, encargo
que recaerá sobre el arquitecto Carlos Ferrater.
Además,
el plan presentado a finales del año pasado tendrá consecuencias
para las dos entidades a quienes pensaba comprar derechos de edificabilidad
para crecer en altura: Lluïsos de Gràcia y la fundación
Pere Relats. El fondo no ejercerá la opción de compra que
tenía sobre dos espacios de ambas instituciones.
KKH compró
el codiciado edificio en julio de 2014 por 90 millones de euros. A finales
de ese año plantearon al Ayuntamiento ganar hasta 5.000 metros cuadrados
para sumar plantas al edificio, que crecería entre 71 y 98 metros.
Para ganar este espacio, la operación pasaba por comprar derechos
de edificabilidad a dos entidades que no la pensaban utilizar: Lluïsos
de Gràcia (un millón de euros) y la Fundació Pere
Relats, propietaria del antiguo taller de la familia Masriera, un palacete
de la calle de Bailén (10 millones). El plan fue aprobado inicialmente
en enero con los votos de CiU y PP, que lo defendieron con el argumento
de que facilitaba una inyección de dinero a las entidades. Pero
durante el periodo de exposición pública, los vecinos de
Gràcia presentaron una batería de alegaciones al proyecto.
Pero en el
último pleno de la legislatura el alcalde, Xavier Trias, aparcó
el aumento de edificabilidad, a pesar de que KKH había comprado
los metros necesarios para hacer la permuta, en una operación en
la que el consistorio iba a ganar 9,5 millones de euros. ¿La razón?
Las inminentes elecciones. Ada Colau anunció que paralizará
no solo el aumento de edificabilidad sino también los permisos para
convertir en hotel un edificio de oficinas
ANTECEDENTES
JULIO 2014
El edificio
de Passeig de Gràcia, 111, popularmente conocido como la Torre Deutsche
de Barcelona, ha sido comprada por KKH Property Investors para convertirla
en un hotel de lujo. El edificio, situado en la esquina de paseo de Gràcia
con la Diagonal, un emplazamiento de gran atractivo turístico, era
propiedad de las familias andorranas Reig, Cerqueda y Ribes, y ha recibido
hasta diez ofertas de compra, la mayoría cadenas hoteleras internacionales,
en un proceso de negociación que se ha desarrollado en los últimos
meses. Todavía no se sabe qué cadena operará el hotel.
El importe de la operación no se ha hecho público pero fuentes
del sector estiman que se ha situado por encima de los 90 millones de euros.
KKH Property
Investors, es una sociedad inversora participada por KKH Capital Group
y el fondo neoyorkino Perella Weinberg Real Estate Fund II LP, con aproximadamente
200 millones de euros de fondos propios comprometidos y una capacidad de
inversión inicial de aproximadamente 500 millones de euros. KKH
Property Investors ya ha adquirido también un edificio de oficinas
de 8.000 metros cuadrados cerca de la Catedral de Barcelona, que también
convertirá en hotel.
KKH Capital
Group es un grupo inversor privado con base en Luxemburgo, fundado en el
2007 por Josep-Maria Farré (ex consejero delegado de Renta Corporación),
junto a Eduard Alié y Jordi Bono.
El edificio
Deutsche está ocupado en un 60% del espacio por el bufete de abogados
Cuatrecasas, que lo dejará libre en 2017 para trasladarse a su nueva
sede en el 22@. También hay oficinas, el consulado alemán,
y una sucursal del Deutsche Bank.
Se trata
de un edificio de 17.000 metros cuadrados, de los que 15.000 son sobre
rasante, repartidos en 20 plantas. La actuales familias propietarias del
edificio del Deutsche lo adquirieron en el 2002 por unos 80 millones de
euros.
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