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GRAN PRESA DEL RENACIMIENTO ETÍOPE (GERD): INGENIERÍA Y ENERGÍA EN ÁFRICA

10 de septiembre de 2025
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  • La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD), inaugurada en 2025 tras 14 años de construcción, es la mayor infraestructura hidroeléctrica de África y una de las más relevantes del mundo. Ubicada sobre el Nilo Azul, su capacidad instalada de 5.150 MW y un embalse de 74 km³ la convierten en un hito de la ingeniería civil. Más allá de la generación eléctrica, busca regular caudales, mitigar sequías e inundaciones y consolidar a Etiopía como potencia energética regional.
Este informe técnico ofrece un repaso exhaustivo de la GERD, desde su concepción en 2011 hasta su inauguración en 2025. El emplazamiento, en la región de Benishangul-Gumuz a pocos kilómetros de Sudán, fue seleccionado por su enorme potencial hidrográfico: el Nilo Azul aporta el 85% del caudal total del Nilo. La presa se concibió como una obra no consumptiva, destinada a turbinizar agua y devolverla al cauce, con financiación nacional en ausencia de apoyo internacional. En el plano estructural, la obra se compone de una presa de gravedad en hormigón compactado con rodillo (HCR) de 155 m de altura y 1.780 m de longitud, acompañada de un dique auxiliar de enrocado de 5 km y vertederos con capacidad de evacuar hasta 30.000 m³/s. El embalse cubre 1.874 km² y almacena un volumen equivalente a casi dos años del caudal del Nilo Azul. La central hidroeléctrica incorpora 13 turbinas Francis con una generación anual estimada de 15.000–16.000 GWh, suficiente para cubrir la demanda de más de 120 millones de etíopes y exportar excedentes a países vecinos. Técnicamente, la construcción utilizó tecnologías avanzadas de HCR, supervisión internacional y equipos electromecánicos de GE Renewable Energy y consorcios internacionales, con un coste aproximado de 4.800 millones USD. Más allá del orgullo nacional etíope, la GERD plantea retos estratégicos y ambientales: acuerdos hídricos con Egipto y Sudán, gestión de sedimentos para garantizar su vida útil y mitigación de los impactos sociales del embalse. Con una operación coordinada, la presa puede convertirse en un motor de desarrollo sostenible para África Oriental, integrando energía renovable y seguridad hídrica en la región. La GERD no solo multiplica por dos la capacidad eléctrica de Etiopía, sino que marca un antes y un después en la ingeniería de presas africana: 5.150 MW de potencia limpia, un embalse de escala continental y un reto de cooperación internacional en el Nilo.

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INGENIERÍA DE PRESAS Y TRASVASES. ¿SOLUCIÓN O PROBLEMA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO?

 
REACCIONES EN CONTRA

Egipto: considera la presa una amenaza existencial para su seguridad hídrica. Ha protestado cada fase de llenado unilateral y exige un acuerdo jurídicamente vinculante sobre llenado y operación que garantice caudales mínimos aguas abajo. Tras la inauguración de 2025, El Cairo volvió a denunciar el proyecto por agravar la presión sobre el Nilo, clave para su agricultura y consumo humano.

Sudán: ha oscilado entre ver oportunidades (control de crecidas y energía más barata) y expresar preocupaciones de seguridad. Pide coordinación estricta y datos en tiempo real porque el manejo no concertado de la GERD puede afectar a su presa de Roseires y aumentar riesgos de inundación o de suministro irregular.

Liga Árabe y socios regionales: varias resoluciones han respaldado la postura egipcia pidiendo que Etiopía no actúe de forma unilateral y que se alcance un acuerdo vinculante que proteja la seguridad hídrica de los países río abajo.

Naciones Unidas (CSNU): en 2021 el Consejo de Seguridad instó a Egipto, Sudán y Etiopía a retomar las negociaciones bajo el auspicio de la Unión Africana y a concluir “con prontitud” un acuerdo mutuamente aceptable sobre llenado y operación. 

Estados Unidos y otros socios: han reiterado que la solución debe llegar por la vía diplomática, con un acuerdo equilibrado y predecible que preserve el desarrollo eléctrico etíope sin mermar la seguridad hídrica río abajo. (Posturas recogidas en coberturas internacionales y notas de prensa tras las rondas de negociación y la inauguración).

Marco jurídico en disputa: Egipto y Sudán invocan acuerdos históricos (1929 y 1959) sobre reparto del caudal; Etiopía no los reconoce y remite a la Declaración de Principios de 2015 (no causar daño significativo, uso equitativo y razonable) como base para negociar reglas de llenado/operación.

Conclusiones operativas

La GERD representa la mayor obra hidráulica de África y una de las 20 más grandes del mundo.

Su construcción demostró la viabilidad del hormigón compactado con rodillo en proyectos de escala colosal.

Asegura a Etiopía independencia energética y capacidad exportadora, con ingresos recurrentes.

Los principales desafíos son hidropolítica regional, sedimentación y sostenibilidad ambiental.

Con gestión adecuada, puede convertirse en un referente de integración energética africana.

INFORME TÉCNICO: GRAN PRESA DEL RENACIMIENTO ETÍOPE (GERD)

Introducción

La Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés) es la mayor central hidroeléctrica de África y una de las más grandes del mundo. Construida sobre el río Nilo Azul, en la región noroeste de Etiopía cerca de la frontera con Sudán, esta presa constituye una obra de ingeniería monumental. Iniciada en 2011 e inaugurada oficialmente en 2025, la GERD tardó alrededor de 14 años en completarse y requirió una inversión aproximada de 4.800 millones de dólares. Su objetivo principal es proporcionar energía eléctrica a millones de etíopes –casi duplicando la capacidad de generación eléctrica del país– y exportar el excedente a las naciones vecinas. Además de generar electricidad, el proyecto busca regular el caudal del Nilo Azul para mitigar inundaciones y sequías en la región, convirtiéndose en un símbolo de orgullo nacional y desarrollo para Etiopía.

Ubicación y contexto

La presa se ubica en el curso del Nilo Azul, a unos 15-20 kilómetros al este de la frontera con Sudán, en la región de Benishangul-Gumuz. Este emplazamiento estratégico fue identificado décadas atrás por estudios hidrográficos debido a su potencial para almacenar grandes volúmenes de agua y generar energía. El Nilo Azul aporta cerca del 85% del caudal total del río Nilo, por lo que una infraestructura de esta magnitud tiene impacto regional. Desde el anuncio del proyecto en 2011, la GERD ha sido motivo de atención internacional tanto por sus beneficios económicos como por las controversias con los países río abajo (Sudán y especialmente Egipto) en torno al uso del agua del Nilo. Sin embargo, Etiopía impulsó la construcción con financiación propia (bonos nacionales y contribuciones ciudadanas) ante la falta de financiamiento externo, enfatizando que la presa es no consumptiva (el agua se turbiniza y sigue su curso) y que fue concebida para el desarrollo energético sin intenciones de perjudicar a sus vecinos. El contexto geográfico es una zona semiárida donde controlar el agua del Nilo Azul tiene ventajas significativas: la presa permite un almacenamiento multi-anual que puede asegurar suministro constante de agua río abajo en épocas de sequía y reducir crecidas dañinas en épocas de lluvias extremas.

Diseño estructural

La GERD está compuesta por dos estructuras principales: la presa principal en el cauce del río y un dique auxiliar que cierra una depresión adyacente al valle para conformar el gran embalse. A continuación se describen sus características:

Presa principal: Es una presa de gravedad construida con hormigón compactado con rodillo (HCR). Posee una altura cercana a 145 metros sobre el lecho del río (alcanzando aproximadamente 155 m de altura total desde cimientos) y una longitud de coronación de 1.780 metros. Esta longitud la convierte en una de las presas más largas de África. El volumen estimado de concreto empleado en el cuerpo principal supera los 10 millones de metros cúbicos, lo cual refleja la escala masiva de la obra. La coronación de la presa se sitúa a una cota de ~655 metros sobre el nivel del mar, con un ancho suficiente para albergar vías de servicio.

Dique auxiliar (saddle dam): Al sur de la presa principal se extiende un dique de enrocado con cara de hormigón de aproximadamente 5 kilómetros de longitud y 50 metros de altura máxima. Esta estructura auxiliar cierra el perímetro del embalse en una zona donde el terreno es más bajo, evitando que el agua se desborde fuera del valle principal. El dique tiene un volumen de relleno rocoso incluso mayor que el de la presa principal (en torno a un 50% más), ilustrando la magnitud de material movido para asegurar la contención del embalse. La cara de hormigón del dique garantiza su impermeabilidad pese a ser una estructura de núcleo de roca.

Aliviaderos (vertederos): Para el control de avenidas y la operación segura, la presa cuenta con tres sistemas de vertido de excesos de caudal:

Un aliviadero principal situado en la margen izquierda de la presa principal, equipado con seis compuertas radiales sectoriales. Este vertedero controlado tiene una capacidad de descarga del orden de 14.500 m³/s, permitiendo liberar grandes caudales de forma regulada.

Un vertedero auxiliar sin compuertas (tipo labio libre) ubicado aproximadamente al centro del cuerpo de la presa principal. Este vertedero de coronación fija, de unos 225 m de ancho, entra en funcionamiento sólo cuando el embalse alcanza su nivel máximo ordinario (cota ~640 m) y hay crecidas extraordinarias. Su capacidad adicional (~2.800 m³/s) sirve como respaldo cuando el principal ha llegado a su límite, previendo eventos muy poco frecuentes (diseñado para activarse en crecidas excepcionales de orden decenal).

Un vertedero de emergencia asociado al dique auxiliar, con una longitud de cresta de aproximadamente 1.200 m a cota ligeramente superior (~642 m). Este vertedero de emergencia está pensado para escenarios extremos (crecidas probables máximas), de modo que, combinándose con los anteriores, el conjunto de la infraestructura pueda evacuar hasta unos 30.000 m³/s en eventos de inundación catastróficos. El vertedero de emergencia descarga hacia un canal natural que conduce nuevamente al cauce del Nilo Azul.

Además de los vertederos, la presa principal incorpora desagües de fondo (conductos de salida de agua en la parte inferior) capaces de liberar caudales menores (del orden de 800 m³/s) para manejo de niveles en condiciones normales, requisitos ecológicos o descargas controladas en caso necesario. Todos estos sistemas garantizan la seguridad de la presa frente a crecidas, evitando que el agua sobrepase la coronación y erosione la estructura.

Capacidad del embalse y generación hidroeléctrica

El embalse creado por la presa del Renacimiento es descomunal en tamaño y capacidad de almacenamiento. A nivel de máximo embalse (Nivel de Pleno Almacenamiento, aproximadamente a 640 ), ocupa un área inundada de 1.874 km² (una superficie mayor a la de ciudades como Londres) y almacena un volumen de agua del orden de 74.000 millones de metros cúbicos (74 km³). Esta capacidad de embalse equivale aproximadamente a casi dos años del caudal medio anual del Nilo Azul en ese punto, otorgando a Etiopía la posibilidad de regular el flujo del río a largo plazo. Del volumen total, una porción (unos 14,8 km³) corresponde a volumen muerto o de sedimentación, estimado para retener unos 100 años de aportes de sedimentos sin comprometer la operatividad. El inmenso lago resultante no sólo servirá para la generación eléctrica, sino que también podría ser empleado para riego y control de sequías e inundaciones, al laminar crecidas y liberar agua sostenidamente en temporadas secas, beneficiando potencialmente a Sudán y Egipto con caudales más estables (si bien este aspecto es objeto de acuerdos y coordinación regional).

En cuanto a la capacidad de generación eléctrica, la GERD está equipada con una central hidroeléctrica de última generación. Existen dos casas de máquinas adosadas al pie de la presa (una en cada margen del río, flanqueando el vertedero auxiliar central). En total albergan 13 turbinas Francis de gran tamaño, accionadas por la caída de agua del embalse. Estas turbinas suman una potencia instalada de aproximadamente 5.150 MW (megavatios). La configuración final adoptada incluye 11 turbinas de ~400 MW y 2 turbinas de ~375 MW, diseñadas para aprovechar el salto de unos 140 metros de altura desde el nivel máximo del embalse hasta el nivel de los conductos de salida. Con esta potencia, la presa se convierte en la central hidroeléctrica más potente de África (superando ampliamente a la presa de Asuán en Egipto) y se sitúa entre las 20 mayores del mundo. A modo de comparación, su capacidad equivale a cerca de una cuarta parte de la gigantesca presa de Tres Gargantas en China. En términos de producción, se estima que podrá generar en torno a 15.000–16.000 GWh (gigavatios-hora) por año, energía suficiente para satisfacer gran parte de la demanda eléctrica de Etiopía (120+ millones de habitantes) y permitir exportar electricidad a países vecinos como Sudán, Kenia, Djibouti o Tanzania, fomentando la integración eléctrica regional.

La operación de la central se planifica de forma escalonada: las primeras turbinas comenzaron a funcionar en 2022 durante fases intermedias de llenado, y progresivamente se alcanzó la plena capacidad para 2025. El embalse fue llenado en varias etapas anuales para garantizar la seguridad y mitigar impactos aguas abajo. Con todas las unidades generadoras en marcha, la GERD no sólo proveerá energía más barata y confiable para Etiopía (acercando la electrificación al ámbito rural que históricamente carecía de suministro), sino que también convertirá al país en un exportador neto de energía hidroeléctrica, generando ingresos por venta de electricidad.

Tecnologías de construcción y equipamiento

El logro de construir una infraestructura de esta envergadura requirió la aplicación de avanzadas técnicas de ingeniería y la colaboración de empresas especializadas internacionales, integradas con un enorme esfuerzo local. A continuación se destacan los aspectos tecnológicos y constructivos más relevantes:

Construcción con hormigón compactado con rodillo (HCR): La elección del HCR para la presa principal fue clave para acelerar la construcción y reducir costes sin comprometer la resistencia. Esta técnica consiste en emplear un concreto seco de bajo contenido de agua, que se extiende en capas delgadas y se compacta con rodillos vibrantes, similar al proceso de terraplenado. Gracias a ello, se pudo colocar un volumen gigantesco de concreto en tiempo récord en comparación con el método tradicional en masa. Se implementaron plantas de producción de hormigón en el propio sitio de la obra, incluyendo una planta de trituración de roca cercana para obtener áridos del entorno. De hecho, dada la ubicación remota, se construyó también una pista de aterrizaje provisional para el transporte ágil de personal y equipos durante los años de trabajo. En total, decenas de miles de trabajadores participaron en la ejecución, enfrentando desafíos logísticos y climáticos considerables.

Diseño y supervisión internacional: La GERD fue diseñada por expertos en grandes presas. Destacó la participación de la firma italiana Studio Pietrangeli, responsable del diseño principal de la presa y que actuó además como representante del propietario (el Estado etíope) para supervisión técnica. Los estudios geológicos y geotécnicos detallados corrieron a cargo de especialistas (como la empresa Geodata Engineering S.p.A.), asegurando que la fundación en el lecho basáltico del Nilo Azul soportara la enorme presión del muro de hormigón. El diseño tuvo que modificarse ligeramente con el tiempo para optimizar prestaciones: por ejemplo, inicialmente se planearon 15 turbinas (5250 MW) luego 16 turbinas (6000 MW), y finalmente se decidió instalar 13 unidades más potentes para alcanzar 5150 MW, equilibrando la producción con la hidrología disponible. También se elevó la altura de la presa unos metros adicionales durante el proceso de diseño para incrementar la capacidad de embalse y prever eventuales crecidas extremas. Cada componente estructural –desde la pantalla de concreto del dique de enrocamiento hasta las cavernas y conductos que alojan las turbinas– fue proyectado siguiendo estándares internacionales de seguridad (incluyendo resistencia a sismos, pues la región tiene alguna actividad sísmica moderada).

Equipos electromecánicos de generación: La central hidroeléctrica está equipada con turbinas y generadores de última tecnología. Las turbinas Francis de gran tamaño (de eje vertical) fueron suministradas por el fabricante GE Renewable Energy (General Electric), mientras que la instalación de todos los componentes electromecánicos (turbinas, generadores, transformadores, compuertas y válvulas) fue realizada con asistencia de empresas internacionales especializadas, incluyendo consorcios de origen chino. De hecho, parte de la financiación para estos equipos (alrededor de 1.000 millones de USD) provino de créditos exteriores, como el banco Ex-Im de China, lo que facilitó la adquisición de tecnología de punta. Cada turbina está acoplada a un generador trifásico de alta capacidad, y la central en conjunto eleva la tensión mediante transformadores para transmitir la energía a larga distancia. Se construyeron nuevas líneas de transmisión de alta tensión desde la presa hacia los principales centros de consumo en Etiopía y conexiones fronterizas, de modo que la electricidad pueda integrarse en la red regional. La automatización y sistemas de control de la presa permiten operarla de forma segura, regulando caudales turbinados y vertidos mediante compuertas motorizadas y monitoreando continuamente la estructura con instrumentación (piezómetros, pendículos, medidores de deformación) para garantizar su integridad.

Gestión de sedimentos y vida útil: Uno de los retos técnicos de una presa de esta naturaleza es la sedimentación a largo plazo, dado que el Nilo Azul arrastra gran cantidad de sedimentos desde las tierras altas etíopes. El diseño del embalse prevé un volumen muerto suficiente para acumular sedimentos durante al menos un siglo. Adicionalmente, se han implementado medidas de manejo de cuenca arriba (proyectos de reforestación y conservación de suelos) para reducir la erosión y por ende la carga de sedimentos que llega al embalse. La presa cuenta con desaguaderos inferiores que podrían usarse para purgas de sedimentos mediante corrientes densas si fuese necesario, aunque su efectividad es limitada debido al gran tamaño del embalse. La sostenibilidad a largo plazo de la presa dependerá en parte de estas estrategias de mitigación de sedimentos y de una operación cuidadosa que balancee la generación eléctrica con descargas controladas en temporadas oportunas.

Conclusiones

La Gran Presa del Renacimiento Etíope representa un hito de la ingeniería civil en el continente africano. Por sus dimensiones colosales y la capacidad tecnológica involucrada, la GERD ha demostrado la habilidad de Etiopía para ejecutar un megaproyecto de infraestructura prácticamente con recursos propios y dirección técnica internacional, sentando un precedente en la región. Desde el punto de vista de la construcción, combina métodos modernos (como el hormigón compactado con rodillo) con soluciones ingeniosas (dique auxiliar de enrocamiento, múltiples vertederos de seguridad) para lograr una obra eficiente y segura. En operación, aportará 5.150 MW de energía limpia y regulará el río más importante de África, con impactos potencialmente positivos en el control de inundaciones y disponibilidad de agua en épocas secas.

No obstante, junto con los logros técnicos, la presa conlleva desafíos que deberán gestionarse cuidadosamente: asegurar acuerdos de cooperación hídrica con los países vecinos para un manejo equitativo del Nilo, vigilar la seguridad estructural y sísmica de la presa a lo largo del tiempo, y minimizar los impactos ambientales y sociales asociados a un embalse de tal escala (reubicación de poblaciones, cambios en ecosistemas aguas arriba y abajo, etc.). Con una operación adecuada y colaboración regional, la GERD puede convertirse en un motor de desarrollo, proporcionando electricidad a millones de personas y fomentando la integración energética en África Oriental. En suma, esta presa es un logro de ingeniería notable que combina tamaño, innovación tecnológica y relevancia estratégica, posicionándose como uno de los proyectos hidroeléctricos más importantes de la década en el mundo de la construcción.

Autoría: Ing. Carlos Fernández – Ingeniero civil especializado en infraestructuras hidráulicas internacionales, con experiencia en proyectos hidroeléctricos en África y América Latina.

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