REACCIONES
EN CONTRA
Egipto: considera
la presa una amenaza existencial para su seguridad hídrica. Ha protestado
cada fase de llenado unilateral y exige un acuerdo jurídicamente
vinculante sobre llenado y operación que garantice caudales mínimos
aguas abajo. Tras la inauguración de 2025, El Cairo volvió
a denunciar el proyecto por agravar la presión sobre el Nilo, clave
para su agricultura y consumo humano.
Sudán:
ha oscilado entre ver oportunidades (control de crecidas y energía
más barata) y expresar preocupaciones de seguridad. Pide coordinación
estricta y datos en tiempo real porque el manejo no concertado de la GERD
puede afectar a su presa de Roseires y aumentar riesgos de inundación
o de suministro irregular.
Liga Árabe
y socios regionales: varias resoluciones han respaldado la postura egipcia
pidiendo que Etiopía no actúe de forma unilateral y que se
alcance un acuerdo vinculante que proteja la seguridad hídrica de
los países río abajo.
Naciones Unidas
(CSNU): en 2021 el Consejo de Seguridad instó a Egipto, Sudán
y Etiopía a retomar las negociaciones bajo el auspicio de la Unión
Africana y a concluir “con prontitud” un acuerdo mutuamente aceptable sobre
llenado y operación.
Estados Unidos
y otros socios: han reiterado que la solución debe llegar por la
vía diplomática, con un acuerdo equilibrado y predecible
que preserve el desarrollo eléctrico etíope sin mermar la
seguridad hídrica río abajo. (Posturas recogidas en coberturas
internacionales y notas de prensa tras las rondas de negociación
y la inauguración).
Marco jurídico
en disputa: Egipto y Sudán invocan acuerdos históricos (1929
y 1959) sobre reparto del caudal; Etiopía no los reconoce y remite
a la Declaración de Principios de 2015 (no causar daño significativo,
uso equitativo y razonable) como base para negociar reglas de llenado/operación.
Conclusiones
operativas
La GERD representa
la mayor obra hidráulica de África y una de las 20 más
grandes del mundo.
Su construcción
demostró la viabilidad del hormigón compactado con rodillo
en proyectos de escala colosal.
Asegura a Etiopía
independencia energética y capacidad exportadora, con ingresos recurrentes.
Los principales
desafíos son hidropolítica regional, sedimentación
y sostenibilidad ambiental.
Con gestión
adecuada, puede convertirse en un referente de integración energética
africana.
INFORME TÉCNICO:
GRAN PRESA DEL RENACIMIENTO ETÍOPE (GERD)
Introducción
La Gran Presa
del Renacimiento Etíope (GERD, por sus siglas en inglés)
es la mayor central hidroeléctrica de África y una de las
más grandes del mundo. Construida sobre el río Nilo Azul,
en la región noroeste de Etiopía cerca de la frontera con
Sudán, esta presa constituye una obra de ingeniería monumental.
Iniciada en 2011 e inaugurada oficialmente en 2025, la GERD tardó
alrededor de 14 años en completarse y requirió una inversión
aproximada de 4.800 millones de dólares. Su objetivo principal es
proporcionar energía eléctrica a millones de etíopes
–casi duplicando la capacidad de generación eléctrica del
país– y exportar el excedente a las naciones vecinas. Además
de generar electricidad, el proyecto busca regular el caudal del Nilo Azul
para mitigar inundaciones y sequías en la región, convirtiéndose
en un símbolo de orgullo nacional y desarrollo para Etiopía.
Ubicación
y contexto
La presa se
ubica en el curso del Nilo Azul, a unos 15-20 kilómetros al este
de la frontera con Sudán, en la región de Benishangul-Gumuz.
Este emplazamiento estratégico fue identificado décadas atrás
por estudios hidrográficos debido a su potencial para almacenar
grandes volúmenes de agua y generar energía. El Nilo Azul
aporta cerca del 85% del caudal total del río Nilo, por lo que una
infraestructura de esta magnitud tiene impacto regional. Desde el anuncio
del proyecto en 2011, la GERD ha sido motivo de atención internacional
tanto por sus beneficios económicos como por las controversias con
los países río abajo (Sudán y especialmente Egipto)
en torno al uso del agua del Nilo. Sin embargo, Etiopía impulsó
la construcción con financiación propia (bonos nacionales
y contribuciones ciudadanas) ante la falta de financiamiento externo, enfatizando
que la presa es no consumptiva (el agua se turbiniza y sigue su curso)
y que fue concebida para el desarrollo energético sin intenciones
de perjudicar a sus vecinos. El contexto geográfico es una zona
semiárida donde controlar el agua del Nilo Azul tiene ventajas significativas:
la presa permite un almacenamiento multi-anual que puede asegurar suministro
constante de agua río abajo en épocas de sequía y
reducir crecidas dañinas en épocas de lluvias extremas.
Diseño
estructural
La GERD está
compuesta por dos estructuras principales: la presa principal en el cauce
del río y un dique auxiliar que cierra una depresión adyacente
al valle para conformar el gran embalse. A continuación se describen
sus características:
Presa principal:
Es una presa de gravedad construida con hormigón compactado con
rodillo (HCR). Posee una altura cercana a 145 metros sobre el lecho del
río (alcanzando aproximadamente 155 m de altura total desde cimientos)
y una longitud de coronación de 1.780 metros. Esta longitud la convierte
en una de las presas más largas de África. El volumen estimado
de concreto empleado en el cuerpo principal supera los 10 millones de metros
cúbicos, lo cual refleja la escala masiva de la obra. La coronación
de la presa se sitúa a una cota de ~655 metros sobre el nivel del
mar, con un ancho suficiente para albergar vías de servicio.
Dique auxiliar
(saddle dam): Al sur de la presa principal se extiende un dique de enrocado
con cara de hormigón de aproximadamente 5 kilómetros de longitud
y 50 metros de altura máxima. Esta estructura auxiliar cierra el
perímetro del embalse en una zona donde el terreno es más
bajo, evitando que el agua se desborde fuera del valle principal. El dique
tiene un volumen de relleno rocoso incluso mayor que el de la presa principal
(en torno a un 50% más), ilustrando la magnitud de material movido
para asegurar la contención del embalse. La cara de hormigón
del dique garantiza su impermeabilidad pese a ser una estructura de núcleo
de roca.
Aliviaderos
(vertederos): Para el control de avenidas y la operación segura,
la presa cuenta con tres sistemas de vertido de excesos de caudal:
Un aliviadero
principal situado en la margen izquierda de la presa principal, equipado
con seis compuertas radiales sectoriales. Este vertedero controlado tiene
una capacidad de descarga del orden de 14.500 m³/s, permitiendo liberar
grandes caudales de forma regulada.
Un vertedero
auxiliar sin compuertas (tipo labio libre) ubicado aproximadamente al centro
del cuerpo de la presa principal. Este vertedero de coronación fija,
de unos 225 m de ancho, entra en funcionamiento sólo cuando el embalse
alcanza su nivel máximo ordinario (cota ~640 m) y hay crecidas extraordinarias.
Su capacidad adicional (~2.800 m³/s) sirve como respaldo cuando el
principal ha llegado a su límite, previendo eventos muy poco frecuentes
(diseñado para activarse en crecidas excepcionales de orden decenal).
Un vertedero
de emergencia asociado al dique auxiliar, con una longitud de cresta de
aproximadamente 1.200 m a cota ligeramente superior (~642 m). Este vertedero
de emergencia está pensado para escenarios extremos (crecidas probables
máximas), de modo que, combinándose con los anteriores, el
conjunto de la infraestructura pueda evacuar hasta unos 30.000 m³/s
en eventos de inundación catastróficos. El vertedero de emergencia
descarga hacia un canal natural que conduce nuevamente al cauce del Nilo
Azul.
Además
de los vertederos, la presa principal incorpora desagües de fondo
(conductos de salida de agua en la parte inferior) capaces de liberar caudales
menores (del orden de 800 m³/s) para manejo de niveles en condiciones
normales, requisitos ecológicos o descargas controladas en caso
necesario. Todos estos sistemas garantizan la seguridad de la presa frente
a crecidas, evitando que el agua sobrepase la coronación y erosione
la estructura.
Capacidad del
embalse y generación hidroeléctrica
El embalse
creado por la presa del Renacimiento es descomunal en tamaño y capacidad
de almacenamiento. A nivel de máximo embalse (Nivel de Pleno Almacenamiento,
aproximadamente a 640 ), ocupa un área inundada de 1.874 km²
(una superficie mayor a la de ciudades como Londres) y almacena un volumen
de agua del orden de 74.000 millones de metros cúbicos (74 km³).
Esta capacidad de embalse equivale aproximadamente a casi dos años
del caudal medio anual del Nilo Azul en ese punto, otorgando a Etiopía
la posibilidad de regular el flujo del río a largo plazo. Del volumen
total, una porción (unos 14,8 km³) corresponde a volumen muerto
o de sedimentación, estimado para retener unos 100 años de
aportes de sedimentos sin comprometer la operatividad. El inmenso lago
resultante no sólo servirá para la generación eléctrica,
sino que también podría ser empleado para riego y control
de sequías e inundaciones, al laminar crecidas y liberar agua sostenidamente
en temporadas secas, beneficiando potencialmente a Sudán y Egipto
con caudales más estables (si bien este aspecto es objeto de acuerdos
y coordinación regional).
En cuanto a
la capacidad de generación eléctrica, la GERD está
equipada con una central hidroeléctrica de última generación.
Existen dos casas de máquinas adosadas al pie de la presa (una en
cada margen del río, flanqueando el vertedero auxiliar central).
En total albergan 13 turbinas Francis de gran tamaño, accionadas
por la caída de agua del embalse. Estas turbinas suman una potencia
instalada de aproximadamente 5.150 MW (megavatios). La configuración
final adoptada incluye 11 turbinas de ~400 MW y 2 turbinas de ~375 MW,
diseñadas para aprovechar el salto de unos 140 metros de altura
desde el nivel máximo del embalse hasta el nivel de los conductos
de salida. Con esta potencia, la presa se convierte en la central hidroeléctrica
más potente de África (superando ampliamente a la presa de
Asuán en Egipto) y se sitúa entre las 20 mayores del mundo.
A modo de comparación, su capacidad equivale a cerca de una cuarta
parte de la gigantesca presa de Tres Gargantas en China. En términos
de producción, se estima que podrá generar en torno a 15.000–16.000
GWh (gigavatios-hora) por año, energía suficiente para satisfacer
gran parte de la demanda eléctrica de Etiopía (120+ millones
de habitantes) y permitir exportar electricidad a países vecinos
como Sudán, Kenia, Djibouti o Tanzania, fomentando la integración
eléctrica regional.
La operación
de la central se planifica de forma escalonada: las primeras turbinas comenzaron
a funcionar en 2022 durante fases intermedias de llenado, y progresivamente
se alcanzó la plena capacidad para 2025. El embalse fue llenado
en varias etapas anuales para garantizar la seguridad y mitigar impactos
aguas abajo. Con todas las unidades generadoras en marcha, la GERD no sólo
proveerá energía más barata y confiable para Etiopía
(acercando la electrificación al ámbito rural que históricamente
carecía de suministro), sino que también convertirá
al país en un exportador neto de energía hidroeléctrica,
generando ingresos por venta de electricidad.
Tecnologías
de construcción y equipamiento
El logro de
construir una infraestructura de esta envergadura requirió la aplicación
de avanzadas técnicas de ingeniería y la colaboración
de empresas especializadas internacionales, integradas con un enorme esfuerzo
local. A continuación se destacan los aspectos tecnológicos
y constructivos más relevantes:
Construcción
con hormigón compactado con rodillo (HCR): La elección del
HCR para la presa principal fue clave para acelerar la construcción
y reducir costes sin comprometer la resistencia. Esta técnica consiste
en emplear un concreto seco de bajo contenido de agua, que se extiende
en capas delgadas y se compacta con rodillos vibrantes, similar al proceso
de terraplenado. Gracias a ello, se pudo colocar un volumen gigantesco
de concreto en tiempo récord en comparación con el método
tradicional en masa. Se implementaron plantas de producción de hormigón
en el propio sitio de la obra, incluyendo una planta de trituración
de roca cercana para obtener áridos del entorno. De hecho, dada
la ubicación remota, se construyó también una pista
de aterrizaje provisional para el transporte ágil de personal y
equipos durante los años de trabajo. En total, decenas de miles
de trabajadores participaron en la ejecución, enfrentando desafíos
logísticos y climáticos considerables.
Diseño
y supervisión internacional: La GERD fue diseñada por expertos
en grandes presas. Destacó la participación de la firma italiana
Studio Pietrangeli, responsable del diseño principal de la presa
y que actuó además como representante del propietario (el
Estado etíope) para supervisión técnica. Los estudios
geológicos y geotécnicos detallados corrieron a cargo de
especialistas (como la empresa Geodata Engineering S.p.A.), asegurando
que la fundación en el lecho basáltico del Nilo Azul soportara
la enorme presión del muro de hormigón. El diseño
tuvo que modificarse ligeramente con el tiempo para optimizar prestaciones:
por ejemplo, inicialmente se planearon 15 turbinas (5250 MW) luego 16 turbinas
(6000 MW), y finalmente se decidió instalar 13 unidades más
potentes para alcanzar 5150 MW, equilibrando la producción con la
hidrología disponible. También se elevó la altura
de la presa unos metros adicionales durante el proceso de diseño
para incrementar la capacidad de embalse y prever eventuales crecidas extremas.
Cada componente estructural –desde la pantalla de concreto del dique de
enrocamiento hasta las cavernas y conductos que alojan las turbinas– fue
proyectado siguiendo estándares internacionales de seguridad (incluyendo
resistencia a sismos, pues la región tiene alguna actividad sísmica
moderada).
Equipos electromecánicos
de generación: La central hidroeléctrica está equipada
con turbinas y generadores de última tecnología. Las turbinas
Francis de gran tamaño (de eje vertical) fueron suministradas por
el fabricante GE Renewable Energy (General Electric), mientras que la instalación
de todos los componentes electromecánicos (turbinas, generadores,
transformadores, compuertas y válvulas) fue realizada con asistencia
de empresas internacionales especializadas, incluyendo consorcios de origen
chino. De hecho, parte de la financiación para estos equipos (alrededor
de 1.000 millones de USD) provino de créditos exteriores, como el
banco Ex-Im de China, lo que facilitó la adquisición de tecnología
de punta. Cada turbina está acoplada a un generador trifásico
de alta capacidad, y la central en conjunto eleva la tensión mediante
transformadores para transmitir la energía a larga distancia. Se
construyeron nuevas líneas de transmisión de alta tensión
desde la presa hacia los principales centros de consumo en Etiopía
y conexiones fronterizas, de modo que la electricidad pueda integrarse
en la red regional. La automatización y sistemas de control de la
presa permiten operarla de forma segura, regulando caudales turbinados
y vertidos mediante compuertas motorizadas y monitoreando continuamente
la estructura con instrumentación (piezómetros, pendículos,
medidores de deformación) para garantizar su integridad.
Gestión
de sedimentos y vida útil: Uno de los retos técnicos de una
presa de esta naturaleza es la sedimentación a largo plazo, dado
que el Nilo Azul arrastra gran cantidad de sedimentos desde las tierras
altas etíopes. El diseño del embalse prevé un volumen
muerto suficiente para acumular sedimentos durante al menos un siglo. Adicionalmente,
se han implementado medidas de manejo de cuenca arriba (proyectos de reforestación
y conservación de suelos) para reducir la erosión y por ende
la carga de sedimentos que llega al embalse. La presa cuenta con desaguaderos
inferiores que podrían usarse para purgas de sedimentos mediante
corrientes densas si fuese necesario, aunque su efectividad es limitada
debido al gran tamaño del embalse. La sostenibilidad a largo plazo
de la presa dependerá en parte de estas estrategias de mitigación
de sedimentos y de una operación cuidadosa que balancee la generación
eléctrica con descargas controladas en temporadas oportunas.
Conclusiones
La Gran Presa
del Renacimiento Etíope representa un hito de la ingeniería
civil en el continente africano. Por sus dimensiones colosales y la capacidad
tecnológica involucrada, la GERD ha demostrado la habilidad de Etiopía
para ejecutar un megaproyecto de infraestructura prácticamente con
recursos propios y dirección técnica internacional, sentando
un precedente en la región. Desde el punto de vista de la construcción,
combina métodos modernos (como el hormigón compactado con
rodillo) con soluciones ingeniosas (dique auxiliar de enrocamiento, múltiples
vertederos de seguridad) para lograr una obra eficiente y segura. En operación,
aportará 5.150 MW de energía limpia y regulará el
río más importante de África, con impactos potencialmente
positivos en el control de inundaciones y disponibilidad de agua en épocas
secas.
No obstante,
junto con los logros técnicos, la presa conlleva desafíos
que deberán gestionarse cuidadosamente: asegurar acuerdos de cooperación
hídrica con los países vecinos para un manejo equitativo
del Nilo, vigilar la seguridad estructural y sísmica de la presa
a lo largo del tiempo, y minimizar los impactos ambientales y sociales
asociados a un embalse de tal escala (reubicación de poblaciones,
cambios en ecosistemas aguas arriba y abajo, etc.). Con una operación
adecuada y colaboración regional, la GERD puede convertirse en un
motor de desarrollo, proporcionando electricidad a millones de personas
y fomentando la integración energética en África Oriental.
En suma, esta presa es un logro de ingeniería notable que combina
tamaño, innovación tecnológica y relevancia estratégica,
posicionándose como uno de los proyectos hidroeléctricos
más importantes de la década en el mundo de la construcción.
Autoría:
Ing. Carlos Fernández – Ingeniero civil especializado en infraestructuras
hidráulicas internacionales, con experiencia en proyectos hidroeléctricos
en África y América Latina.
Invitación:
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y el impacto geopolítico de la Gran Presa del Renacimiento Etíope.
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