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COMPLIANCE EN SUBCONTRATAS: VENTAJA COMPETITIVA

8 de octubre de 2025
¿Qué guía práctica soluciona este tipo de casos?
¿Qué debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia?
  • En plena presión regulatoria y de mercado, la cadena de subcontratas se ha convertido en el corazón operativo del sector de la construcción. La due diligence —social y ambiental— ya no es un anexo legal, sino un sistema de gestión que protege el margen, estabiliza el plazo y mejora la calidad de las obras. Este artículo expone, con enfoque España–LatAm, por qué el compliance en subcontratas aporta una ventaja competitiva cuantificable: menos incidentes, menos no conformidades, menor riesgo reputacional y mejor acceso a financiación y licitaciones. Y lo hace con lenguaje de obra: coste, importes, KPIs y contratos.
La construcción convive con múltiples tiers de proveedores, rotación de cuadrillas y presión de plazos. En ese contexto, un programa de compliance y due diligence bien diseñado —políticas claras, onboarding KYS, auditorías selectivas, cláusulas en cascada y tecnología— reduce incidentes críticos (seguridad, laborales, ambientales), evita paradas, optimiza el cash flow y mejora el diálogo con promotores, inversores y aseguradoras. Este texto detalla las palancas de valor (gobernanza, mapa de riesgos, contratos, CAP, reporting), su impacto económico (CAPEX/OPEX, coste evitado, primas de seguro, acceso a tipo de interés competitivo) y ofrece un playbook de 90/180/365 días con KPIs para medir el retorno. Concluimos con recomendaciones accionables para promotor, constructor y gestor de activos.

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COMPLIANCE Y DUE DILIGENCE EN LA CADENA DE SUBCONTRATAS DE LA CONSTRUCCIÓN

 
Introducción: del “cumplir” al “ganar obra”

Si en algo coinciden promotores, constructoras e inversores es en que la incertidumbre de la obra vive en la cadena de subcontratas. Los riesgos de seguridad y salud, laborales, ambientales y documentales se materializan a pie de tajo, con consecuencias operativas que acaban en el margen del proyecto: desviaciones de coste, paradas, multas, pérdida de productividad o rechazo de certificaciones. Mientras tanto, el mercado financiero exige gobernanza: bancos, fondos e incluso clientes institucionales ponderan la due diligence para definir precio del dinero (tipo de interés), garantías y condiciones de financiación.

En España, el marco comunitario y la atención creciente a derechos humanos/ambientales empujan a integrar la due diligence en los contratos de obra; en Latinoamérica, la casuística de informalidad y disparidad normativa demanda proporcionalidad y enfoque basado en riesgo. En ambos contextos, el mensaje es idéntico: quien sistematiza el compliance en la cadena de subcontratas entrega mejor, antes y con menos sorpresas.

Por qué ahora: drivers de negocio y regulatorios

Tres fuerzas se combinan. Primero, exposición mediática y social a accidentes, trabajo precario o impactos ambientales: un incidente serio puede tumbar una licitación o encarecer el seguro. Segundo, exigencia contractual: cada vez más pliegos piden políticas, KPIs y derechos de auditoría. Tercero, financiación: los inversores valoran positivamente programas robustos porque reducen riesgo de flujo de caja; no es extraño ver spreads de financiación ajustarse cuando el constructor demuestra control de su cadena.

Los beneficios tangibles son medibles: menor tasa de incidentes críticos, menos no conformidades y retrabajos, certificaciones sin sobresaltos, y curvas S más estables. Traducido a euros, el coste evitado supera con frecuencia el OPEX del sistema de compliance: suspensión de obra no planificada, sanciones, penalidades contractuales (malus), reclamaciones o pérdidas por materiales mal gestionados.

Gobernanza eficaz: política, roles y RACI que funcionan

El punto de partida no es un manual, sino un modelo de gobierno. Una política de proveedores clara —derechos humanos, ambientales y subcontratación en cascada (flow-down)— con actualización anual, y un Comité de cadena donde Compras, Jurídico, EHS, Operaciones de Obra, Compliance y Finanzas se sientan juntos. En la práctica, la matriz RACI evita huecos: Compras lidera el onboarding KYS, EHS define estándares de campo, Juridico blinda cláusulas y penalizaciones, Obra valida la proporcionalidad en los pliegos, Compliance audita y coordina CAP (Corrective Action Plans), y Finanzas conecta todo con el ERP y el reporting de importes.

Esta gobernanza no “añade burocracia”; redistribuye responsabilidades con una métrica simple: % de proveedores críticos homologados, cobertura de auditorías por riesgo y lead time de cierre de no conformidades. Si además se ligan a los objetivos de jefes de obra y responsables de compras, la cultura cambia: cumplir deja de ser defensivo y pasa a ser productivo.

Mapa de riesgos: dónde mirar primero y cuánto cuesta no hacerlo

No hay dos carteras de subcontratas iguales. El valor está en transitar de listas genéricas a cartografía de riesgos por oficio, país y obra. En edificación urbana: acabados y MEP concentran mano de obra intensiva, con riesgos sociales (horas, subcontratación no autorizada, alojamientos) y de seguridad. En obra civil: movimiento de tierras, hormigón, asfalto y logística añaden exposición ambiental (vertidos, residuos, emisiones, ruido). La priorización cruza probabilidad, severidad y exposición (volumen de contrato), lo que da una matriz proveedor/categoría/país con umbrales para el plan anual de verificación.

Cuantificar el riesgo permite asignar contingencias: si un retraso ambiental medio por gestión deficiente de residuos supone 120 horas de parada y 14.400 € en equipos y cuadrillas, la inversión anual en formación y auditoría es casi siempre inferior al coste esperado del incidente. Así se gana tracción interna: con importes y plazos.

Onboarding KYS que no frena la obra

El Know Your Supplier debe ser estratificado: no es lo mismo una microempresa de pintura con bajo riesgo ambiental que un subcontratista de demoliciones con asbesto. El flujo eficaz combina declaraciones, evidencias y verificación por muestreo, con niveles (bronce/plata/oro) y plazos de mejora. Clave: condicionar la operación provisional a requisitos críticos (seguro, formación mínima, política de subcontratación en cascada, canal de quejas visible en obra) y bloquear en ERP a quien no cumple.

Acompañar al proveedor paga: plantillas de procedimientos, módulos de formación y asistencia técnica reducen rechazos y lead time. En Latinoamérica, donde la informalidad aún pesa, los pilotos por categorías críticas y el soporte local hacen la diferencia. La ecuación es simple: menos fricción + más trazabilidad = menor riesgo sistémico.

Contratos que alinean comportamientos: flow-down, auditorías y CAP

El contrato es el instrumento de gobernanza por excelencia. Tres cláusulas son decisivas:

Subcontratación en cascada (flow-down): el proveedor se compromete a trasladar las mismas obligaciones a sus subproveedores, con evidencia documental.

Derechos de auditoría (anunciadas y no anunciadas): acceso a instalaciones, personas y registros, toma de muestras y fotografías, preservando confidencialidad y protección del denunciante.

Planes de mejora vinculados a pagos: CAP con plazos, retenciones y bonos/malus en función de KPIs ESG (por ejemplo, tasa de incidentes, formación completada, residuos trazados).

La terminación responsable —cuando no hay mejora— protege a las personas afectadas y la continuidad operativa del proyecto: transición planificada, pagos debidos, reubicación si aplica. El objetivo no es rescindir; es corregir.

Auditorías que mejoran (no sólo que “cazan”)

Las mejores auditorías son predecibles en método e implacables en evidencia: checklists homogéneos, entrevistas confidenciales, muestreo razonable y clasificación de hallazgos (crítico, mayor, menor). La independencia es requisito: firmas externas o equipos internos con murallas chinas frente a Compras/Obra. El plan anual mezcla escritorio (documental) con campo (obra, campamentos, transporte, gestión de residuos), y reserva un cupo para auditorías ad hoc disparadas por canales de quejas o señales de riesgo.

La eficacia se mide en cierre de CAPs, reincidencia, tiempo medio de resolución y tendencias por categoría. Si los hallazgos críticos bajan trimestre a trimestre y el MTTR de no conformidades cae, el sistema funciona.

Tecnología y datos: del archivador al CDE/ERP con trazabilidad

Sin datos, el compliance se diluye en correos y hojas sueltas. La arquitectura eficaz integra CDE (documentos de proyecto), ERP (proveedores, pedidos, pagos), y plataforma de riesgo/auditoría con expediente único de proveedor y árbol de subcontratas. Tres automatismos rinden mucho por poco:

Reglas de negocio: bloqueo automático en el ERP de proveedores con documentos críticos vencidos; alertas por SLA no cumplidos en CAP.

Scoring dinámico: pondera riesgo intrínseco (oficio/país) y residual (hallazgos, quejas, desempeño).

Sellado temporal y georreferenciación de evidencias de obra: fotos de residuos, alojamientos, señalización, EPIs.

La inversión es modesta comparada con el coste total de un incidente crítico. Además, mejora el reporting a inversores y clientes, y soporta auditorías externas sin “carreras de última hora”.

Qué gana el constructor

• Margen protegido: menos paradas, menos sanciones, menos retrabajos.
• Plazo estable: menor variabilidad y mejor previsión de hitos.
• Financiación: mejor percepción de riesgo por bancos e inversores (tipo de interés y garantías).
• Competitividad: mejores puntuaciones técnicas en licitaciones y preferencia de promotores.
• Reputación: menos crisis públicas, más confianza de comunidades y autoridades.

Incidentes, quejas y remedios: la parte humana del sistema

Un canal de quejas accesible —multicanal, anónimo y sin represalias— es el acelerador del aprendizaje. Si se explica en jornadas de inducción, cartelería y nóminas, y se responde con tiempos y respeto, el sistema aflorará problemas reales: jornadas excesivas, subcontratación no declarada, alojamientos deficientes, residuos mal gestionados. Cada caso merece trámite con preservación de evidencias, comunicación con las partes y, cuando proceda, medidas cautelares.

El remedio no es cosmético: los CAP bien diseñados incluyen causa raíz, hitos y verificación independiente. Cuando hay víctimas, la reparación se orienta a compensación, restitución o rehabilitación, y a no repetición. La transparencia proporcional —informes a clientes y, a veces, al público— fortalece la credibilidad.

PYMES y Latinoamérica: proporcionalidad inteligente

En Latinoamérica y en redes de PYMES, exigir “todo para todos” bloquea. La estratificación por riesgo permite calendarios de adaptación y asistencia técnica para elevar capacidades. Los pilotos por categoría (por ejemplo, residuos o MEP) crean demostradores que convencen a obra. Aliados locales —cámaras, ONGs técnicas, universidades— facilitan las auditorías participativas y el desarrollo de proveedores. El resultado es acumulativo: cada proveedor que sube de “bronce” a “plata” reduce riesgo sistémico y mejora los KPIs de cartera.

Impacto económico: del Excel al comité de dirección

Hablemos de importe y retorno. Un programa robusto exige OPEX (equipo, auditorías, formación, plataforma) y algo de CAPEX tecnológico, pero devuelve por tres vías: coste evitado (sanciones, paradas, reclamaciones), ingreso protegido (cumplir hitos de certificación y cobro) y coste financiero inferior (mejor rating percibido por el inversor y la aseguradora). Además, reduce la prima de riesgo en licitaciones, mejora el pain/gain en contratos colaborativos y evita LDs por retrasos atribuibles a incidentes.

La fórmula interna es sencilla:
ROI ? (Incidencias evitadas × Importe medio) + (Días de plazo salvados × Coste diario) + (bps de financiación ahorrados × Deuda del proyecto) – Coste del programa.
Quien lleve esta cuenta mes a mes en el dashboard de dirección se convierte en aliado natural de Finanzas.

Cómo empezar: 90/180/365 días

0–90 días: política de proveedores, comité, mapa de riesgos inicial, cláusulas mínimas en nuevos contratos, KYS estratificado, canal de quejas operativo y piloto de auditoría.

90–180 días: homologación por niveles, CAP en proveedores críticos, integración básica ERP–CDE, KPIs y tablero ejecutivo.

180–365 días: ampliación de cobertura, verificación externa, formación en cascada, reporting a clientes y ajuste del roadmap tecnológico.

Casos prácticos: tres escenas reales

Edificación urbana: un contratista detecta subcontratación no declarada en acabados. El canal de quejas dispara auditoría; se regulariza el personal, se reordena el alojamiento y se vincula el pago a CAP. Resultado: -60% en incidentes de seguridad y cero retrasos por inspección.

Carretera interurbana: proveedor de asfalto con residuos mal etiquetados. Auditoría ambiental y CAP con formación y contenedores adecuados. Resultado: evita sanción y parada de 48 h, coste evitado superior al OPEX anual del programa.

Hospital: logística de materiales con turnos extendidos. Re-secuenciación de entregas, control de horas y KPIs de descanso. Resultado: mejora de productividad y reducción de no conformidades en recepción.

Conclusiones operativas

Hacedlo medible: definid 10 KPIs de proceso y resultado (cobertura de auditorías, cierre de CAPs, incidentes, lead time, scoring de proveedores, bps de financiación).

Contractualizad la cadena: cláusulas de flow-down, auditoría, CAP y terminación responsable; vinculad importes y plazos a desempeño ESG crítico.

Integrad tecnología ligera: expediente único, ERP–CDE conectados, reglas de bloqueo y sellado temporal; empezad por lo que reduce riesgo inmediato.

Capacitad y acompañad: formaciones cortas, plantillas y soporte a PYMES; el compliance que enseña ahorra más que el que castiga.

Escalad por valor: 90/180/365 días con pilotos; priorizad oficios y países de mayor exposición.

Contad la historia con euros: llevad el ROI al comité de dirección y al promotor; el inversor escucha cuando hay importes y tipo de interés sobre la mesa.

Autoría: Soledad Pérez – Abogada de Compliance / ESG Counsel de Constructoras internacionales

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