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NOTICIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO.

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  • 1ª Revista Iberoamericana de construcción, urbanismo e inmobiliario. 

17 de diciembre de 2021
 
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. ©

INGENIERÍA DE ENERGÍAS RENOVABLES. HOJA DE RUTA DE LA EÓLICA MARINA EN ESPAÑA
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¿Qué debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia?
  • La energía de origen marino, la denominada “Energía Azul”, es una de las palancas para la transformación energética a medio y largo plazo a nivel nacional, europeo y global, a la vez que una oportunidad industrial, económica y social compatible con la protección de los valores ambientales y el resto de usos y actividades del entorno marino.
La Eólica Marina está acelerando su desarrollo tecnológico e industrial, haciendo viable su implantación en España gracias a los conceptos asociados a la eólica marina flotante que permiten su despliegue en aguas profundas. Debido a sus elevados factores de capacidad, la eólica marina puede generar electricidad de manera estable y predecible, incrementando su producción en las estaciones de otoño e invierno, de menor radiación solar y mayor consumo. Presenta por tanto una elevada complementariedad con otras energías renovables, contribuyendo a la seguridad de suministro, aportando valor añadido a las necesidades del sistema energético y permitiendo un mayor aprovechamiento de los recursos endógenos disponibles. España es el segundo país europeo y el quinto país del mundo por potencia eólica instalada, tras China, Estados Unidos, Alemania e India, y forma parte de los tres países europeos con mayores capacidades industriales eólicas e inversión en I+D+i en el sector. Por otra, España goza de una industria de construcción naval (astilleros), un sector marítimo-portuario, capacidades de ingeniería civil, y un ecosistema industrial de materiales y equipamientos que pueden dar servicio al desarrollo de las renovables marinas.
De hecho, las industrias eólica, siderúrgica y naval española, así como los promotores y suministradores de bienes y servicios nacionales, ya han contribuido con un papel protagonista en la puesta en marcha, así como en la operación de numerosos parques eólicos marinos en el mundo. 
 

 
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Se prevé que en los próximos años se produzca a nivel global un incremento importante en el despliegue de las energías renovables marinas.

Según las previsiones de IRENA para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, la potencia total de Eólica Marina necesaria a nivel mundial deberá ser de 228 GW en 2030 y de 1.000 GW en 2050. Según la Agencia Internacional de la
Energía (AIE), la eólica marina supondrá la mitad de la generación eólica en Europa en 2040.

Por su parte, la ”Estrategia sobre las Energías Renovables Marinas” de la Comisión Europea prevé un despliegue desde los 12 GW de Eólica Marina y 13 MW de Energías del Mar, actualmente instaladas, hasta al menos 60 GW de Eólica Marina y 1 GW de Energías del Mar en 2030, con vistas a alcanzar los 300 GW y 40 GW, respectivamente, en 2050.

En cuanto a la aportación energética en España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 prevé una capacidad de 50 GW de potencia eólica instalada en 2030 teniendo en cuenta tanto eólica terrestre como marina.
Esta cifra, representa casi duplicar los 25,7 GW eólicos actuales, para lo que será necesario movilizar inversiones estimadas superiores a los 30.000 millones de euros en el periodo 2021-2030, además de las asociadas a la repotenciación de los parques eólicos existentes.

En relación con las Energías del Mar, según la visión de Ocean Energy Systems de la Agencia Internacional de la Energía (OES-IEA), en el mundo existe el potencial para desarrollar 300 GW de energía de las olas y de corrientes para el año 2050.

La Unión Europea, por su parte, ha establecido un ambicioso objetivo de alcanzar los 40 GW de capacidad instalada en energía de las corrientes y undimotriz para 2050. Para ello, la evolución necesaria de la potencia instalada acumulada debería ser 1 GW en 2025 y 10 GW al 2030 para poder alcanzar en 2050 los 40 GW en Europa. El objetivo que se establece en el PNIEC para otras tecnologías renovables, entre las que se encuentran las energías del mar, es de 80 MW para el año 2030, pudiendo variar esta horquilla en función del desarrollo tecnológico como se ha mencionado anteriormente.

En relación con la protección ambiental del medio marino, el Gobierno ha establecido como una prioridad alcanzar el objetivo del 30% de superficie marina protegida en 2030 en línea con la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea. 

Actualmente, España cuenta con poco más del 12% de su superficie marina protegida, por lo que es imprescindible seguir reforzando este marco de protección, continuando con el desarrollo y aplicación de los planes de gestión correspondientes a las áreas protegidas, y asegurando que el conjunto de actividades y usos del medio marino se desarrollan de modo compatible con este objetivo.

En España, todo desarrollo energético en aguas territoriales requiere, además de las autorizaciones sustantivas preceptivas, de los correspondientes títulos de ocupación de un ámbito espacial de elevado carácter estratégico como es el dominio público marítimo-terrestre. La Administración tiene la obligación de asegurar la integridad y adecuada conservación de este espacio, así como un uso ordenado y racional del mismo, por lo que el desarrollo de las energías renovables en el entorno marítimo deberá desarrollarse de acuerdo con la planificación y ordenación de los espacios marinos, teniendo en cuenta la compatibilidad de los distintos usos, así como los objetivos y compromisos en materia de protección del mar y de la biodiversidad.

El Gobierno español ha aprobado una Hoja de ruta eólica marina que tiene como objetivo instalar hasta 3 GW de energía eólica marina flotante en aguas españolas para 2030. Para ayudar a lograrlo, el Gobierno español se ha comprometido a invertir al menos 200 millones de euros en investigación e innovación. La hoja de ruta también tiene como objetivo mejorar aún más la circularidad de la energía eólica marina y hacerla más compatible con otras actividades marítimas.

Potenciará el liderazgo industrial español en las energías renovables, con vistas a generar empleo estable, sostenible y de calidad

Fija un objetivo de 3 GW de eólica flotante en 2030, el 40% de la meta europea de disponer de 7 GW instalados de esta tecnología renovable

Cuenta ya con una primera dotación de 200 millones para reforzar las plataformas de ensayo y ofrecer los mejores bancos de pruebas de nuevas tecnologías

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha aprobado la Hoja de ruta para el Desarrollo de la Eólica marina y de las energías del mar en España, una estrategia para potenciar el liderazgo español en el desarrollo tecnológico y de la I+D de las distintas fuentes limpias que aprovechan los recursos naturales marinos, con especial atención a la eólica. También garantiza el despliegue ordenado de las instalaciones en las aguas territoriales, de modo que sea respetuoso con el medio ambiente, compatible con otros usos y actividades y se aproveche para mejorar el conocimiento del medio marino.

La Estrategia contiene 20 líneas de actuación con el objetivo de alcanzar entre 1 y 3 GW de potencia de eólica marina flotante en 2030 –hasta el 40% del objetivo de la UE para el final de la década– y hasta 60 MW de otras energías del mar en fase precomercial, como las de las olas o las mareas. Entre otras medidas, se habilitarán al menos 200 millones de euros hasta 2023 y se evaluarán las necesidades de la infraestructura portuaria, donde se deben invertir de 500 a 1.000 millones para cubrir las nuevas necesidades logísticas.

España es una potencia eólica, tanto en fabricación de equipos –dispone del 90% de la cadena de valor– como en producción de electricidad –este año es la primera fuente de generación–, pero la eólica marina apenas se ha desarrollado por la elevada profundidad de las aguas territoriales para proyectos con cimentación fija, inviable a partir de 50 metros de profundidad.

Sin embargo, España es líder en soluciones flotantes para los aerogeneradores: de las 27 identificadas a escala global, siete son españolas. También es el socio europeo con más instalaciones de I+D para eólica flotante y las otras energías del mar, como la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) y la Plataforma de Energía Marina de Vizcaya (BiMEP) o la Zona experimental de aprovechamiento de energías marinas de Punta Langosteira (A Coruña), el segundo banco de pruebas del mundo para la energía de las olas. 

CUATRO GRANDES OBJETIVOS

Partiendo de esta fortaleza industrial y tecnológica, la Hoja de ruta persigue cuatro grandes objetivos con vistas a 2030:

1.- Establecerse como polo de referencia europeo de I+D para el diseño, escalado y demostración de nuevas tecnologías, reforzando las plataformas de ensayo y ofreciendo el mejor entorno y el más rápido para probar nuevos prototipos. A tal fin se activarán al menos 200 millones de fondos públicos hasta 2023 para I+D en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

2.- Ser referente internacional en capacidades industriales, generando cadena de valor y empleo de calidad en todo el ciclo de vida de las tecnologías, optimizando las condiciones logísticas y acompañando a la iniciativa empresarial, siempre con una perspectiva de economía circular. Se incidirá en las sinergias con sectores ya punteros en nuestro país, como el naval, el siderúrgico o la experiencia en la energía eólica terrestre.

3.- Integrar la sostenibilidad como pilar central del desarrollo de las energías renovables en el mar. Además de un despliegue ordenado gracias a los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, ahora en información pública, se aprovechará el despliegue de estas tecnologías para incorporar sistemas de monitorización del medio marino, facilitando su conservación y mejorando el conocimiento de las interacciones y afecciones de las distintas actividades.

4.- Desplegar de un modo ordenado las instalaciones, eólicas en particular, con una regulación clara y previsible, sobre tres elementos clave: ordenación espacial, conexión a red y modelo de negocio, que adquieren especial relevancia por la ubicación de las plantas en dominio público, la gran inversión inicial que precisan y su elevada generación eléctrica.

OTROS MECANISMO DE APOYO

Para facilitar la aplicación de la Hoja de Ruta, además de los citados 200 millones para I+D, hay numerosos programas de financiación, tanto europeos como nacionales. Entre los segundos destacan los instrumentos gestionados por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), pudiendo incorporarse otros, como la emisión de bonos verdes.

La Hoja de Ruta aprovecha la Agenda Sectorial de la Industria Eólica, que forma parte de la Estrategia de Política Industrial de España 2030 y se incardina en el Componente 7 del PRTR, dedicado al despliegue e integración de las energías renovables.

EL CONTEXTO DE LA UNIÓN EUROPEA

Ya en 2012, la Comisión Europea adoptó la Estrategia de Crecimiento Azul, que abarcaba todas las actividades económicas que dependen del mar y reconocía la importancia de los mares y océanos como motores de la economía europea, por su gran potencial para la innovación, el crecimiento, y la utilización sostenible de los recursos marinos. Esta estrategia consideraba la energía de origen marino (la denominada “Energía Azul”) como uno de los ámbitos prioritarios para proporcionar un crecimiento sostenible, apuntando que en 2030 la energía eólica marina podría suministrar el 14% de la demanda eléctrica en la Unión Europea, superando a la eólica terrestre en capacidad de instalación anual y estimando un potencial de 300.000 puestos de trabajo asociados en la UE para 2030.

El Pacto Verde Europeo contiene la visión estratégica europea a largo plazo con el objetivo de alcanzar una economía competitiva, inclusiva y climáticamente neutra en 2050 y reconoce que “la economía azul sostenible tendrá que desempeñar un papel crucial” para lograr este objetivo. Incluye en sus previsiones de desarrollo que “será fundamental aumentar la producción de energía eólica marina”, y que deberán desarrollarse medidas que permitan “gestionar de forma más sostenible el espacio marítimo, especialmente para facilitar el acceso al creciente potencial de las energías renovables marinas”.

Entre los principales elementos de la estrategia europea se encuentra el fomento de los mecanismos de cooperación regional, incluyendo la promoción de una cadena de suministro paneuropea y la mejora de la ordenación del espacio marítimo para un despliegue a gran escala de las energías renovables marinas y para el uso sostenible del espacio marino europeo y sus recursos. Además, la estrategia contempla que “será necesario integrar los objetivos de desarrollo de las energías renovables marinas en los planes nacionales de ordenación del espacio marítimo” y que la Comisión propondrá un marco en relación con el Reglamento (UE) n.º 347/2013 relativo a las infraestructuras energéticas transeuropeas (Reglamento RTE-E) revisado para la planificación de la red marítima a largo plazo.

En esta estrategia, la Comisión estima que se requerirá una inversión de casi 800.000 millones de euros de aquí a 2050 para alcanzar los objetivos propuestos. A fin de contribuir a generar y liberar tal inversión, se establece la necesidad de proporcionar un marco jurídico claro y de apoyo a nivel europeo, así como de movilizar todos los fondos necesarios para fomentar el desarrollo del sector. Asimismo, la estrategia anima a los Estados Miembros a aprovechar las distintas líneas de financiación disponibles para mantener y desarrollar el liderazgo europeo en tecnología e innovación, así como para garantizar una cadena de suministro reforzada, subrayando la necesidad de mejorar la capacidad de fabricación y las infraestructuras portuarias.

La estrategia europea da continuidad y concreta los escenarios contenidos en la visión estratégica a largo plazo que expuso la Comisión Europea en su Comunicación de noviembre de 2018 titulada «Un planeta limpio para todos», que preveían un aumento en la potencia en servicio de energía eólica marina en Europa de los 22 GW a finales de 2018 a alrededor de 240-440 GW en 2050. Esta Comunicación también identificaba que las restantes energías renovables marinas podrían igualmente desempeñar un papel relevante, en función de su senda de evolución tecnológica.

Para el aprovechamiento de este potencial, el marco europeo contiene diversos instrumentos imprescindibles:

La Directiva 2018/2001/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables, establece el marco común para el aumento del consumo de energía renovable, contemplando un marco normativo facilitador y una serie de buenas prácticas que deberán desplegar los Estados Miembros y que se consideran muy positivas para la evolución del sector.

Por otra parte, la Directiva 2014/89/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de julio de 2014, por la que se establece un marco para la ordenación del espacio marítimo, con vistas a fomentar el crecimiento sostenible de las economías marítimas, el desarrollo sostenible de los espacios marinos y el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos, entre los que se encuentran la Eólica Marina y las Energías del Mar, de forma coherente con la protección de los valores ambientales del entorno marino. La Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar forma parte de la Agenda 2030 y se enmarca dentro del objetivo 7 ODS de garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna.

En cuanto a los mecanismos para impulsar la innovación y desarrollo tecnológico, claves en un sector como éste, destaca el vigente Plan Estratégico Europeo en Tecnologías Energéticas (SET Plan), que contempla el objetivo de consolidar el liderazgo global de la UE en energía eólica marina, identificando el desarrollo de la eólica flotante como una de las acciones prioritarias para alcanzar dicho objetivo estratégico. El Anexo I de esta Hoja de Ruta detalla otros instrumentos adicionales de impulso de la innovación relevantes en el marco europeo.

MARCO DE LA HOJA DE RUTA

  • Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030.
  • Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050.
  • Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
  • Estrategia de Transición Justa.
  • Estrategia Pobreza Energética.
El Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 prevé una penetración de renovables de al menos el 42% sobre el consumo de energía final, llegando al 74% en el caso del sector eléctrico. Para ello, establece objetivos de eficiencia energética y una senda de despliegue de unos 59 GW adicionales de generación renovable eléctrica durante la década, de los que se prevé un incremento de 25,7 GW de potencia eólica y 80 MW de otras tecnologías, entre las que se incluyen las energías marinas. En función del desarrollo tecnológico y la evolución de costes de las distintas tecnologías, así como su viabilidad y flexibilidad de implantación, el peso relativo de estas tecnologías en el ‘mix’ español podría ser incluso superior.

Adicionalmente, el PNIEC plantea la transición energética en general y el despliegue de renovables en particular como una oportunidad para el refuerzo de la cadena de valor industrial y el desarrollo tecnológico nacional.

Asimismo, en el caso de la eólica marina, destaca que la reducción de sus costes de generación muestra ya un elevado potencial en España con tecnología flotante en el horizonte 2030, por lo que los mecanismos de impulso se deberán ir adaptando a sus niveles de competitividad crecientes, con especial atención a su contribución a la consolidación y competitividad del tejido industrial y a sus sinergias con otros sectores estratégicos (construcción naval, astilleros, ingeniería civil e industrias electrointensivas, entre otros).

Para ello, el PNIEC contempla el desarrollo de una “Estrategia española para el desarrollo de la eólica marina y las energías del mar”, coordinada y alineada con los Planes de Ordenación del Espacio Marino, cuyas conclusiones y objetivos podrán incorporarse en las revisiones periódicas de este Plan.

La Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050, dibuja la trayectoria de transformación del sistema energético para los años 2030 a 2050, trazando la evolución del país hacia la neutralidad climática antes de mediados de siglo. Para ello, la electrificación, la eficiencia energética y el despliegue de energías renovables permitirán reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 90%. Para lograrlo serán necesarias transformaciones profundas de la estructura del sistema energético, entre las que la Energía Eólica Marina y las Energías del Mar se presentan como una alternativa complementaria al desarrollo de las energías renovables terrestres.

La Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética establece el marco institucional, así como las señales regulatorias y económicas que proporcionen estabilidad y marquen la dirección hacia la neutralidad climática en España.

Esta norma da un impulso decidido al desarrollo de las energías renovables en España, introduciendo en el marco legislativo objetivos de penetración renovable, a la vez que establece un marco previsible para su despliegue mediante la convocatoria de subastas, en las que la variable sobre la que se oferta es el precio de retribución de la energía generada y, a su vez, admitiendo la distinción entre tecnologías, criterios de localización y de madurez tecnológica u otros acordes con la normativa comunitaria.

El primer ejemplo de este tipo de subastas ha tenido lugar con éxito en enero de 2021. Estas subastas se han anticipado a la aprobación de la ley de cambio climático y, dada su urgencia, han sido habilitadas por el Real Decreto-Ley 23/2020, de 23 de junio, por el que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica.

La Estrategia de Transición Justa tiene como objetivo primordial la optimización de la transición ecológica para la generación de empleo y para asegurar que personas y regiones implicadas puedan aprovechar y beneficiarse de las oportunidades que surgen con la transición, haciendo un esfuerzo especial para que nadie se quede atrás. La estrategia plantea medidas e instrumentos para alcanzar este objetivo a corto plazo como son los Convenios de Transición Justa cuyo objetivo prioritario es el mantenimiento de empleo y la creación de actividad en los territorios afectados mediante el acompañamiento a sectores y colectivos en riesgo, la fijación de población, y la promoción de una diversificación y especialización coherente con el contexto socioeconómico. 

La energía eólica marina y las energías renovables marinas son un importante activo para alcanzar los objetivos de esta estrategia, dado su potencial para la generación de empleo de calidad, la dinamización de industrias tradicionales en las regiones marítimas (industria naval, industria de producción y transformación del metal, industria de extracción y producción de materias primas e industria energética) y para el aprovechamiento de las infraestructuras y del conocimiento desarrollados tras años de experiencia en estos ámbitos.

La Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024 es un instrumento, dividido en cuatro ejes de actuación y 19 medidas, que ofrece por primera vez una definición oficial sobre la pobreza energética, establece indicadores para su seguimiento que determinan que, en la actualidad, existen entre 8,1, y 3,5 millones de personas que cumplen algunos de los criterios, y objetivos para su reducción a 2025: una meta del 50% y, al menos, una disminución del 25%.  

El marco estratégico de energía y clima prevé el cumplimiento de los objetivos energéticos y climáticos en plena consonancia con el resto de prioridades ambientales. En relación con la protección ambiental del medio marino, el Gobierno ha establecido como una prioridad en la Declaración de Emergencia Climática y Ambiental, alcanzar el objetivo del 30% de superficie marina protegida en 2030 mediante la planificación, declaración y gestión efectiva de áreas marinas protegidas, en línea con la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea, que también incorpora el objetivo de protección del 30% de la superficie marina para 2030.

España cuenta con poco más del 12% de su superficie marina protegida, convirtiéndose en uno de los países que ha superado el umbral de cobertura comprometido para 2020 con el Convenio de Diversidad Biológica (CBD), establecido en el 10%. A nivel global, la cobertura actual media es del 7,4% y presenta importantes vacíos de representatividad. Es imprescindible seguir reforzando este marco de protección hasta alcanzar el 30% en 2030, continuando con el desarrollo y aplicación de los planes de gestión correspondientes a las áreas protegidas.

España es uno de los países más ricos en biodiversidad marina de la UE y de los que más ha avanzado en su conocimiento, con más de 11.000 especies y una gran representación de hábitats marinos de interés comunitario. En este contexto, España quiere estar a la cabeza de los países que impulsen la protección y conservación del océano, razón por la que forma parte de los países adheridos a la Coalición de Alta Ambición y a la Alianza Global de los Océanos, que abogan y defienden la protección del 30% de la superficie marina mundial.

Con el objetivo de hacer compatibles los usos y actividades en el espacio marítimo entre sí y con los valores ambientales de este entorno, el Real Decreto 363/2017 de 8 de abril, por el que se establece un marco para la ordenación del espacio marítimo, supuso la transposición de la Directiva 2014/89/UE a la normativa nacional, contemplando la elaboración de cinco Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), uno para cada una de las cinco demarcaciones marinas10 (Figura 3), actualmente en elaboración y sometidos a consulta pública desde el 7 de junio de 2021 .

Más información en: https://www.miteco.gob.es/es/prensa/211210hreolicamarinayenergiasdelmarenespana_tcm30-533945.pdf
 
 

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