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NOTICIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO.

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10 de marzo de 2020
 
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. ©

LA INMOBILIARIA PATRIMONIALISTA ES UN COLCHÓN EN TIEMPOS DE CRISIS. 
¿Qué guía práctica soluciona este tipo de casos? Convertir conocimiento en valor añadido > Herramienta práctica >Guías prácticas
¿Qué debe saber un profesional en un caso práctico como el de la noticia?
  • Una inmobiliaria es patrimonialista cuando promueve e invierte en inmuebles y obtiene beneficios no de su venta inmediata, sino de su alquiler. 
Actualmente, varias promotoras están analizando la viabilidad de transformar parte de su negocio tradicional como inmobiliaria en inmobiliaria patrimonialista tradicional o SOCIMI. Las SOCIMI las tratamos en una guía práctica específica. El problema es la rentabilidad porque según la fase del ciclo económico es preferible permanecer como inmobiliaria tradicional en lugar de convertirse en inmobiliaria patrimonialista. Sin embargo, muchas promotoras inmobiliarias temen un cambio brusco de ciclo y la actividad patrimonialista es un colchón. Tradicionalmente las dos actividades a la vez no han casado bien, o se es inmobiliaria tradicional vendiendo lo que se produce o se es patrimonialista (normalmente SOCIMI). Una solución intermedia es buscar acuerdos con SOCIMIS para poder destinar parte del suelo residencial de su cartera a levantar viviendas llave en mano destinadas al alquiler. Existe una oportunidad en el sector de desarrollar un mercado de alquiler institucional pero es complicado que se ajuste a los parámetros de exigencia de retorno y rentabilidad y que genere valor para la inmobiliaria. En las inversiones en inmuebles nuevos destinados a renta, los flujos de fondos periódicos derivados de los cobros por alquileres menos los pagos de explotación, se fijan en función de la ubicación física de los inmuebles y de las superficies útiles destinadas al alquiler. La mayor incertidumbre para las inmobiliarias patrimonialistas la constituye los denominados coeficientes de ocupación, que pueden variar según la coyuntura económica. Esta cuestión es muy relevante en la adquisición de inmuebles en proyecto o en construcción, motivado por la diferencia en el tiempo entre el momento en el que se toma la decisión y comienza la inversión y el momento en que los inmuebles están preparados para su ocupación. Otra incertidumbre es el valor residual de la inversión al final del periodo. Como norma general, el valor residual del inmueble depende de la coyuntura económica. El negocio está en lo que se gana por alquilar y lo que se revaloriza el inmueble. 

 
INMOBILIARIAS PATRIMONIALISTAS

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Una inmobiliaria es patrimonialista cuando promueve e invierte en inmuebles y obtiene beneficios no de su venta inmediata, sino de su alquiler. 

Actualmente, varias promotoras están analizando la viabilidad de transformar parte de su negocio tradicional como inmobiliaria en inmobiliaria patrimonialista tradicional o SOCIMI. Las SOCIMI las tratamos en una guía práctica específica.

El problema es la rentabilidad porque según la fase del ciclo económico es preferible permanecer como inmobiliaria tradicional en lugar de convertirse en inmobiliaria patrimonialista. 

Sin embargo, muchas promotoras inmobiliarias temen un cambio brusco de ciclo y la actividad patrimonialista es un colchón. 

Tradicionalmente las dos actividades a la vez no han casado bien, o se es inmobiliaria tradicional vendiendo lo que se produce o se es patrimonialista (normalmente SOCIMI). 

Una solución intermedia es buscar acuerdos con SOCIMIS para poder destinar parte del suelo residencial de su cartera a levantar viviendas llave en mano destinadas al alquiler. Existe una oportunidad en el sector de desarrollar un mercado de alquiler institucional pero es complicado que se ajuste a los parámetros de exigencia de retorno y rentabilidad y que genere valor para la inmobiliaria.

En las inversiones en inmuebles nuevos destinados a renta, los flujos de fondos periódicos derivados de los cobros por alquileres menos los pagos de explotación, se fijan en función de la ubicación física de los inmuebles y de las superficies útiles destinadas al alquiler. 

La mayor incertidumbre para las inmobiliarias patrimonialistas la constituye los denominados coeficientes de ocupación, que pueden variar según la coyuntura económica. 

Esta cuestión es muy relevante en la adquisición de inmuebles en proyecto o en construcción, motivado por la diferencia en el tiempo entre el momento en el que se toma la decisión y comienza la inversión y el momento en que los inmuebles están preparados para su ocupación. 

Otra incertidumbre es el valor residual de la inversión al final del periodo. Como norma general, el valor residual del inmueble depende de la coyuntura económica. El negocio está en lo que se gana por alquilar y lo que se revaloriza el inmueble.

De estas cuestiones tratamos desde una perspectiva práctica y profesional en la guía de la inmobiliaria patrimonialista.

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