Actualmente
las constructoras están finalizando muchos proyectos que se vieron
demorados por distintos motivos los años anteriores. En relación
con lo anterior, hay coincidencia en el sector en que se han reducido los
márgenes de ganancia debido a los altos costos de construcción.
Con carácter general se han reducido los márgenes de todos
los participantes del sector, constructoras, subcontratas, promotores y
proveedores.
Este es un
efecto que se produce generalmente en supuestos de alta inflación,
como la ocurrida en Argentina, pero en España se ha ocasionado por
la escasez de mano de obra cualificada que ha aumentado los costes laborales.
Ante esta situación
se ha empezado a introducir prefabricado en la mayor parte de la obra (edificación
industrializada), pero en la mayoría de los casos la dependencia
de los constructores respecto a los costes laborales y de material es demasiado
importante respecto del escaso margen de beneficio.
Los constructores
se quejan de que falla el modelo de contrato llave en mano a precio cerrado,
ya que supone un gran riesgo comercial y constructor. Se dan casos de constructoras
con 300 millones de balance con beneficios de dos millones, cuando no pérdidas.
Esta situación se extiende a los subcontratistas, que invierten
grandes cantidades en material de construcción (hormigoneras, grúas,
etc.) y trabajan a unos márgenes muy bajos.
Gran parte
de los problemas de las constructoras se solucionarían con las plataformas
de compras (analizadas en la guía del Director de compras de una
constructora), pero que no son aplicables de momento a las pequeñas
y medianas constructoras que no unifican fuerzas. Por lo tanto, las plataformas
de compra y los planes de fidelización con los proveedores están
quedando exclusivamente para las grandes constructoras.
Sería
muy conveniente que las asociaciones de constructores concienciasen al
sector de la importancia de unificar fuerzas en un momento de transición
a los procesos de edificación industrializada (prefabricados).
Respecto a
la situación de las constructoras más afectadas, las fuentes
consultadas ponen el acento en las dificultades de cumplir con los plazos
de entrega de obra, lo que les supondrá indemnizaciones previstas
en los contratos de obra llave en mano, y las dificultades para poder atender
el pago de proveedores. Además de la queja unánime del escaso
margen de beneficio.
Como remedio
a esta situación muchas constructoras están dejando el residencial
y se están enfocando a construcciones industriales, en las que hay
un uso intensivo de prefabricados, menores costes de materiales, y se requiere
menor mano de obra que en la construcción residencial.
De confirmarse
esta tendencia se notará en los datos de contratación laboral
del sector.
La opinión
generalizada del sector es que hay que reconducir el modelo de construcción
hacia un modelo más industrial a base de prefabricados y mínima
mano de obra en los tajos.
Las grandes
constructoras se mantiene al margen porque tienen un capital que las respalda
y cuentan con planes de contingencia, pero las constructoras medianas,
a la que se encargan la mayor parte de la obra en España, no tienen
estas posibilidades y han negociado de modo arriesgado sus contratos de
obra llave en mano.
El resultado
es que ofertaron con una bajada del 20% del precio de mercado y están
atados por los contratos de obra llave en mano a concluir la obra pagando
un 20% de sobrecoste sobre el precio de mercado a fecha de contrato.
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