PROBLEMAS
DERIVADOS DE LA NUEVA REGULACIÓN Ley 9/2017
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La concesión
de obras y de servicios
-
La desaparición
de la garantía de la Administración como consecuencia inexcusable
de la exigencia de riesgo operacional – La Disposición Final 9ª
de la Ley 40/2015: del valor de la inversión al valor de la concesión
– La incorporación de ese principio a la Ley 9/2017
-
Efectos de la
resolución del contrato de concesión en caso de concurso,
insolvencia u otras causas no imputables a la Administración concedente
(artículos 280 y 295 Ley 9/2017)
“En
los supuestos de resolución por causa imputable a la Administración,
esta abonará en todo caso al concesionario el importe de las inversiones
realizadas por razón de la expropiación de terrenos, ejecución
de obras de construcción y adquisición de bienes que sean
necesarios para la explotación de la obra objeto de la concesión,
atendiendo a su grado de amortización. Al efecto, se aplicará
un criterio de amortización lineal. La cantidad resultante se fijará
dentro del plazo de tres meses, salvo que se estableciera otro en el pliego
de cláusulas administrativas particulares.
En los
casos en que la resolución se produzca por causas no imputables
a la Administración, el importe a abonar al concesionario por cualquiera
de las causas posibles será el que resulte de la valoración
de la concesión, determinado conforme lo dispuesto en el artículo
281.”
Según
el periódico Expansión, Fomento busca fórmulas para
vender las radiales y se plantea introducir obra nueva en el concurso al
no poder licitar una concesión de servicios a largo plazo, con la
que prevé captar hasta 1.000 millones.
Se trataría
de un pliego basado en una concesión de servicios (brownfield).
Los abogados del Estado han advertido al Gobierno de que no es posible
licitar esos peajes bajo esta fórmula, ya que no tiene encaje en
el sistema de contratación pública español con los
plazos de explotación que pretendía el Gobierno: dos lotes
con 25 y 22 años, respectivamente. El plazo máximo en los
contratos de servicios son cinco años.
Fomento analiza
ahora reformular la operación a través de un contrato de
concesión clásico (greenfield), introduciendo en los proyectos
obra nueva. El cambio de planes, además de retrasos en el calendario
previsto a comienzos de año, podría influir en las estimaciones
económicas de Fomento, que pretende captar ingresos de entre 700
millones y 1.000 millones por la venta de las ocho concesiones. "Si hay
que incorporar en la oferta inversión en construcción, los
planes económicos financieros se van a alterar; primero porque se
va a introducir riesgo de construcción y, probablemente, riesgo
expropiatorio. Además, va a alterar las estimaciones de gastos,
por lo que los múltiplos para calcular el valor de los activos van
a sufrir", aseguran desde uno de los consorcios interesados en participar
en la licitación. Los más escépticos creen que, tras
este revés, es probable que Fomento se replantee aplazar la licitación
a 2019 antes de forzar un concurso mal visto por los inversores interesados.
Grandes fondos de inversión y operadores de infraestructuras están
a la espera de conocer el pliego definitivo para decidir si participan
en la privatización más esperada este año.
Según
informa Expansión, desde Fomento indicaron que la agenda no se va
a alterar y que el plazo para relicitar es el mismo, es decir, adjudicar
los contratos a finales de año. Según las fuentes consultadas
por el mismo periódico, el error del ministerio es incomprensible,
teniendo en cuenta que se trata de una eventualidad que ya se había
anticipado hace años, cuando se empezó a barajar el rescate
de las autopistas en riesgo de quiebra, en los ministerios socialistas
de Magdalena Álvarez y José Blanco.
Según
los borradores de pliego a los que ha tenido acceso Expansión, Fomento
pretendía lanzar en junio un concurso de concesión de servicios
con procedimiento restringido, dividido en dos lotes. En el primer grupo,
el más importante, entrarían todos los corredores radiales
de Madrid (R-2, 3, 4, 5, M-12, AP-36 y AP-41). En el segundo entrarían
los tramos de peaje de la AP-7: Cartagena-Vera y Circunvalación
de Alicante. Los activos se ponen en el mercado sin deuda y, además,
Fomento se ha comprometido a retirar del balance de estas concesiones la
conservación y mantenimiento de tramos gratuitos como, por ejemplo,
la circunvalación madrileña M-50. En función de la
evolución de los tráficos, Fomento realizó unas estimaciones
de ingresos elevadas.
Según
las primeras estimaciones, esta privatización podría generar
entre 700 millones y 1.000 millones. En la última información
facilitada por Fomento, las ocho autopistas de peaje susceptibles de ser
vendidas van a generar en 2018 un ebitda de 49 millones de euros. Los cálculos
se han realizado con una previsión de crecimiento de tráfico
para 2018 de un 7,5% y una variación del IPC del 2%. La oferta vencedora
será aquélla con el canon inicial más elevado. El
movimiento del Gobierno se inscribe en su plan para reducir al máximo
la factura de las radiales. El proyecto consiste en hacer coincidir en
el mismo ejercicio fiscal (2018) las demandas de los accionistas por la
RPA con la reventa de los activos. El Ejecutivo ya ha reconocido a Bruselas
que el coste estimado de las radiales quebradas ronda los 2.000 millones,
de los que unos 600 millones corresponden a créditos participativos.
Teóricamente, los otros 1.400 millones corresponden a la RPA.
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