En cuanto
a la tipología de los activos, en 2017 la inversión en hoteles
vacacionales superó ampliamente al segmento urbano, (69% frente
a 31%) recuperándose la tendencia de 2014 y 2015, lo cual se explica
principalmente por la concentración de los principales portfolios
transaccionados en el segmento vacacional (86% del total de las habitaciones).
A nivel geográfico,
en 2017 se extiende la “mancha” de la inversión y se recuperan destinos
que habían permanecido poco activos tras la crisis. Málaga
se incorpora con fuerza a los destinos preferidos por los inversores, registrando
el 15% de la inversión total con 18 transacciones y 516 millones
de euros.
Canarias mantiene
su hegemonía como destino favorito de la inversión acumulando
939 millones de euros lo que supone el 27% del volumen total.
Madrid repite
como principal destino de inversión urbano con 637 millones de euros
(considerando hoteles existentes y adquisición de inmuebles para
su reconversión a hotel) por delante de Barcelona que ha registrado
422 millones. En este sentido, Miguel Vázquez confirma que “con
posterioridad al 1 de octubre no se ha cerrado ninguna transacción
hotelera en Cataluña, con lo que es palpable que la situación
política en esa comunidad está afectando negativamente al
mercado hotelero, especialmente en Barcelona”.
Algunas de
las operaciones relevantes realizadas durante 2017 han sido la compra por
parte de Blackstone de una cartera de 14 hoteles (3.546 habitaciones) a
HIP por 630 millones de euros; la adquisición del 24% de la
SOCIMI BAY por Hispania Activos Inmobiliarios por 230 millones de euros
(21 hoteles y 1.817 habitaciones, ponderadas por el porcentaje de adquisición).
También, la compra por parte de London & Regional de 4 hoteles
(2.049 habitaciones)a la joint venture Meliá-Starwood por otros
230 millones. A ellas se suman otras operaciones individuales, como la
venta del hotel Hilton Diagonal Mar en Barcelna a Axa REIM (433 habitaciones)
por 145 millones de euros; la adquisición del el 50% del Centro
Canalejas (Madrid) por parte de Mark Scheinberg (150 millones la parte
hotelera) y los aproximadamente 145 millones que suponen la parte hotelera
de la operación de compra del Edificio España en Madrid por
parte de Riu Hotels & Resorts (589 habitaciones).
Por lo que
se refiere a las transacciones de cartera, en 2017 ha aumentado de forma
significativa el número y volumen de este tipo de operaciones. El
año pasado se transaccionaron 12 carteras hoteleras (13.008 habitaciones)
entre las que destacan la compra de HI Partners por parte de Blackstone,
la compra de la participación de Barceló en la SOCIMI Bay
por parte de Hispania, así como la adquisición de una cartera
de 4 hoteles Sol por parte de London & Regional a Starwood Capital.
Destaca el predominio de inversores internacionales de tipo institucional
en este tipo de operaciones.
En cuanto al
origen y perfil del capital invertido, es especialmente relevante el papel
que han jugado los inversores internacionales desde el lado del comprador.
En 2017, más del 60% de la inversión fue internacional (2.379
millones de euros). Los fondos de inversión han aportado el 49%
de la inversión total de origen internacional mientras que los REITs
y SOCIMI han perdido peso en el mercado, anotando el 12% del volumen invertido
frente al 29% materializado en 2016.
Carteras de
deuda hotelera - 2017A los 3.907 millones de euros invertidos en hoteles
en 2017 se suma además el volumen de deuda hotelera transaccionada
con un nominal de 769 millones de euros. El año pasado se transaccionaron
tres carteras que incluían garantías hoteleras en forma de
124 hoteles (10.400 habitaciones).
“Al igual
que el 2017, el presente año comienza con una fuerte inercia de
operaciones en estado avanzado de negociación que, de materializarse,
podrían concentrar unos 600 millones de euros de inversión
en el primer trimestre de 2018 – señala el socio de la División
de Hoteles de irea– por tanto, consideramos que la actividad de inversión
hotelera seguirá siendo muy elevada en 2018, si bien el efecto de
la incertidumbre en Cataluña hará muy difícil reeditar
unos datos de inversión similares a los de 2017”.
Las buenas
perspectivas del mercado de inversión se asientan además
en otras variables como el atractivo del “destino España” para los
inversores internacionales, la abundante liquidez de los mercados de capitales
destinada a la inversión en inmobiliario o la fuerte presión
compradora que motivará a vender a los propietarios de activos hoteleros,
especialmente a grupos hoteleros de carácter familiar que se enfrenten
a situaciones de cambio generacional.
Con respecto
a la actividad de compra de deuda hotelera, Miguel Vázquez considera
“que en 2018 se producirá una ralentización en este tipo
de operaciones, si bien seguirán materializándose transacciones
con origen en las intensas compras de deuda hotelera realizadas en los
últimos años”
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