El área
tiene 166.156 metros cuadrados de superficie. En principio, se iban a construir
allí 1.972 viviendas libres, que explotaría Dragados, y 850
pisos protegidos. La constructora debía desdoblar además
el paseo, de casi dos kilómetros y un carril por dirección,
para descongestionar el tráfico.
Se iniciaron
entonces las negociaciones para expropiar, con dinero municipal, los terrenos
sobre los que se iban a levantar los pisos una vez realojadas las familias.
El plazo de la concesión a Dragados era de seis años, con
una posibilidad de prórroga de 18 meses. Expiró en marzo
de y el ayuntamiento modificó el plan urbanístico para convertir
parte de la vivienda libre proyectada en protegida. Se estableció
entonces un nuevo plazo para que Dragados acabara las obras de urbanización
y entregara las viviendas de realojo para las familias cuyos terrenos fueron
expropiados. El nuevo plan prevé construir 47.500 metros cuadrados
de vivienda libre (unos 500 pisos) y 149.750 de vivienda protegida (unos
1.500 pisos; el 40% a precio básico y el resto a precio limitado).
El nuevo concejal
de Urbanismo ha asegurado que no se plantea firmar un nuevo convenio con
Dragados, a la que ha exigido pues el cumplimiento del actual acuerdo en
los 16 meses que quedan de vigencia. La constructora debe ejecutar un bloque
para realojar a las familias afectadas; el suelo ya está “preparado
a falta de un pequeño trámite burocrático”, y aunque
Dragados estima que las obras llevarán 18 meses, el Ayuntamiento
le ha exigido que “lo acelere” para que esté en los 16 meses que
quedan de convenio.
Además,
“se le ha pedido” a la empresa “que continúe con las obras de urbanización
de la zona”, ha añadido José Manuel Calvo. “Hemos comprobado
que hay tres fases muy avanzadas, otras dos que apenas han empezado, y
una, la más grande, que no ha comenzado porque está en ella
el poblado chabolista, a cuyos ocupantes hay que dar un alojamiento digno”,
ha añadido.
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