Ismael Clemente,
ha explicado que la compañía tiene previsto recibir esta
semana las ofertas no vinculantes por su cartera residencial.
Entre los interesados
figuran operadores de vivienda españoles y fondos de inversión
con interés en establecer una gestión de vivienda de alquiler
en España.
"Las viviendas
no están en nuestro objeto social. No nos podemos dedicar a todo",
insiste Clemente. La mayor parte de estas viviendas son libres, tienen
una tasa de ocupación del 96 % y se incluyen en 11 activos en Madrid,
San Sebastián y Toledo.
Además,
Merlin ha iniciado un proceso interno para analizar el futuro de su cartera
hotelera para determinar si la mejor solución es venderla directamente,
esperar a generar más valor, traspasarla a una compañía
especializada ya existente o bien a una de nueva creación promovida
por ellos, como por ejemplo una socimi.
Aunque los
hoteles no son estratégicos para Merlin, en el largo plazo asegura
que hay que lograr que estos 11 activos tengan capacidad de captar dinero
en el mercado y si no se consigue venderlos.
Con respecto
al suelo, Merlin quiere aguantarlo en el balance para intentar movilizar
valor cuando mejore. Esta cartera está valorada en 270 millones
y comprende 360.000 m2 repartidos en Madrid, Zaragoza y la Costa Blanca.
La compañía
también sacará a la venta una residencia de ancianos en La
Coruña y en principio no piensa en desprenderse de ningún
activo de oficinas procedente de Testa aunque algunos podrían ir
rotando en los próximos años, fondos que se destinarían
a otras actuaciones como un plan de rehabilitación para 10 activos.
Es el caso
de la fachada de la actual sede de Sacyr en el Paseo de la Castellana,
una actuación que acometerá una vez que acabe el contrato
de alquiler con la constructora (2019).
"Sacyr tiene
voluntad de quedarse y si prefieren reunificarse en una sola sede intentaremos
darle una solución", señala.
Después
de entrar en Lisboa, Merlin mira más oportunidades en el país
vecino, fundamentalmente oficinas y logística y descarta buscar
negocio fuera de la Península Ibérica.
El objetivo
de inversión de la compañía se centrará en
los activos logísticos e industriales, donde esperan convertirse
en un referente en España y confían en cerrar compras por
30-40 millones en lo que queda de año.
En cuanto a
los centros comerciales, a largo plazo y aprovechando este ciclo y los
dos siguientes Merlin quiere conseguir masa crítica y si no desprenderse
de ellos.
Aunque considera
que ya ha tocado fondo y que está iniciando una fase de recuperación,
Ismael Clemente cree que el mercado inmobiliario vive un embalsamiento
a la espera de las próximas elecciones generales.
"Nuestro mayor
deseo es que, sea cual sea el resultado, resulte en un gobierno estable
y razonable. Si esto ocurre, tenemos un ciclo alcista por delante para
los próximos 3-7 años".
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