Por su interés
didáctico, recogemos el artículo de opinión publicado
en el periódico el País por Elena G. Sevillano
La crisis dejó
temblando la construcción de vivienda protegida en España.
Si entre los años 2000 y 2008 se iniciaron, de media, 72.673 inmuebles
al año, en el periodo 2009-2017 ese promedio bajó hasta los
24.761. Es decir, la recesión y los recortes presupuestarios acabaron
con dos tercios del esfuerzo de creación de nuevos pisos sociales.
La recuperación no ha tenido efecto en este sector: el año
pasado se entregaron las llaves de 4.938 viviendas, la cifra más
baja en 30 años.
“Mientras
no se recupere la capacidad presupuestaria, la situación no va a
mejorar”, asegura Mario Yoldi, director de Planificación y procesos
operativos de vivienda del Gobierno Vasco y coautor de un análisis
histórico de evaluación de las políticas de vivienda
recién publicado por el Observatorio Vasco de la Vivienda. Este
trabajo, que compara la situación de la edificación y la
rehabilitación de vivienda protegida en todas las comunidades, destaca
que las consecuencias del boom inmobiliario continúan presentes
tras casi una década del comienzo de la recesión de 2008.
El informe
hace un repaso de los últimos 30 años de políticas
públicas de vivienda a partir de las cifras oficiales. En la última
década del siglo pasado había una gran actividad de construcción
de vivienda protegida, con promedios anuales superiores a 61.000 pisos
terminados. En cambio, en la primera década del siglo XXI el ritmo
empezó a caer, aunque de forma moderada, un 10%. Hasta que llegó
2008. "La vivienda de protección ha caído en picado durante
la fase de crisis (2009-2017) en consonancia con la caída general
de la edificación residencial", explica Carme Trilla, economista
y exsecretaria de Vivienda de Cataluña.
“En los años
del boom inmobiliario las viviendas libres eran una alternativa quizá
más rentable que las protegidas. Los inversores privados abandonaron
la construcción de este tipo de pisos y se fueron a la vivienda
libre. A partir del año 2008 es cuando se produce una reducción
dramática y la vivienda protegida prácticamente desaparece.
En Euskadi hemos sido como el tuerto en el país de los ciegos, porque
nuestra producción cayó, pero menos, sobre todo por la apuesta
por el alquiler. Y tenemos una particularidad, que es que la vivienda protegida
cuesta la mitad que la libre, cuando en otras ciudades ese diferencial
es muy pequeño”, afirma Yoldi.
Ahora, pasados
10 años, las cifras no muestran mejoría. “La vivienda protegida
no se está recuperando”, afirma tajante Yoldi. Y no repuntará,
añade, hasta que las comunidades recuperen capacidad presupuestaria,
muy mermada desde la aplicación de las restricciones del Pacto de
Estabilidad. “Si no hay dinero, no hay política”, resume. Pone el
ejemplo de la vivienda protegida de alquiler, quizá la más
costosa de todas: “No la hace ningún promotor privado porque no
es rentable. Así que la tenemos que construir las administraciones.
Pero nuestro presupuesto de vivienda, al menos en el País Vasco,
ha caído a la mitad”.
El informe
señala que la apuesta por la vivienda protegida en alquiler ha sido
poco significativa “tanto en los ciclos expansivos de la economía
como en los periodos de crisis”. Entre 2012 y 2016 se iniciaron apenas
898 viviendas protegidas en alquiler en toda España cada año,
frente a las más de 15.000 entre 2005 y 2011, lo que supone una
caída del 94%. Ocho de cada diez viviendas promovidas en España
entre 2005 y 2016 fueron en régimen de compra. Por comunidades,
Baleares, Cataluña y Canarias fueron las que más porcentaje
de pisos de alquiler construyeron con respecto al total en esa etapa. Las
que menos, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja.
A la crisis
se ha sumado el hecho de que han ido expirando los plazos de calificación
de las viviendas de compra que se iniciaron 20 o 30 años antes,
apunta Trilla, que hace unos meses publicó un estudio sobre el parque
de vivienda pública junto con el arquitecto Jordi Bosch para la
Fundación Alternativas y Fundipax. "En algunos casos, como en la
Comunidad de Madrid, también han expirado o están a punto
de hacerlo viviendas protegidas de alquiler iniciadas apenas 10 años
antes", añade. Durante los años de la burbuja ese fue el
plazo del alquiler al que se calificaron. "Esto explica que esta comunidad
tuviera más viviendas calificadas anualmente que la mayoría:
porque fueron concebidas para el muy corto plazo. Y esto también
explica el interés y la facilidad de los fondos internacionales
por comprar estas viviendas", resalta.
“La única
forma de revertir la situación es que las calificaciones de las
viviendas protegidas que se produzcan con subvenciones públicas
o sobre suelos de reserva para la protección oficial se califiquen
indefinidamente; es decir, que no se conviertan en viviendas libres a corto
o medio plazo que es lo que ha ocurrido en España durante los últimos
sesenta años”, asegura Trilla.
Hace 15 años
que la vivienda protegida en el País Vasco lo es para siempre. Esta
comunidad implantó la calificación permanente en 2003, para
garantizar que esos pisos pasen a estar disponibles para generaciones futuras
sin fugas al mercado libre. También intentó sacar al mercado
las viviendas vacías, con una normativa que preveía, en primer
lugar, fomentar que los propietarios quisieran alquilar sus pisos —entre
otras cosas, con préstamos sin interés para rehabilitar viviendas
en malas condiciones—, y en segunda instancia, con medidas punitivas, como
el pago de un canon. Aquella legislación también preveía
el alquiler forzoso, pero fue recurrida en el Tribunal Constitucional por
el Gobierno de Mariano Rajoy y actualmente se encuentra suspendida.
“Nos suena
muy bien lo que está proponiendo el Gobierno de Sánchez con
respecto a las políticas de vivienda”, asegura. “Algunas cosas se
parecen a lo que intentamos hacer aquí, que ya nos gustaría
poder aplicarlo”, añade. Sobre las 20.000 viviendas en alquiler
que ha prometido el Ejecutivo, asegura que en el País Vasco ya estarían
cumpliendo su parte, porque actualmente tienen 2.000 en construcción.
LAS AYUDAS
A LA REHABILITACIÓN SIGUEN SIN RECUPERARSE
El informe
del Observatorio Vasco de la Vivienda destaca que el “giro radical” que
supuso la práctica eliminación de las ayudas a la rehabilitación
en España se produjo a partir de 2012. En apenas tres años,
según los datos oficiales, el número de viviendas que recibieron
estas ayudas en toda España cayó un 75%. Por ejemplo, en
2011 se beneficiaron de estas cantidades 109.148 viviendas, mientras que
en 2014 solo fueron 26.326.
En este apartado
el País Vasco destaca sobre el resto de comunidades autónomas.
Según los datos que recoge el estudio, entre 2001 y 2017 recibieron
una subvención para rehabilitación 96 viviendas de cada 1.000.
Es decir, cerca de un 10% del parque total, lo que deja a esta comunidad
muy por encima del resto. Navarra es la segunda autonomía que más
esfuerzo ha hecho, con 88 viviendas subvencionadas por cada 1.000. Le sigue
Cantabria, con 59.
Los autores
del estudio aseguran que solo el País Vasco y Andalucía mantuvieron
un apoyo presupuestario significativo a la rehabilitación de viviendas
durante los años más duros de la crisis, entre 2012 y 2015.
Ya con el inicio de la recuperación, en 2016, otras comunidades
recuperaron parcialmente estas ayudas, según los datos del Ministerio
de Fomento. Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cantabria
y Murcia empezaron a destinar fondos de sus presupuestos. A pesar de ello,
en 2016 y 2017 “en importantes comunidades no se han retomado las líneas
de subvención que existían a comienzo de la década”,
añade.
Fuente: https://elpais.com/economia/2018/09/18/actualidad/1537296380_348253.html
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