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NOTICIAS DE LA CONSTRUCCIÓN, URBANISMO E INMOBILIARIO.

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19 de julio de 2017
 
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. ©

VÍDEO DE LAS CLAVES DE LA OPERACIÓN CHAMARTÍN: REDUCCIÓN DE LAS VIVIENDAS A EDIFICAR Y CONTROL MUNICIPAL. (AMPLIACIÓN)
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  • Los alumnos deberán remitir a su tutor un análisis sobre la necesaria modificación del plan parcial y el PGOU.
La Operación Chamartín, prevé reducir la edificabilidad un 36 por ciento con respecto al plan inicial de la época de Ana Botella, según el periódico 'El País'.   El área afectada sería de unos 2 millones de metros cuadrados, frente a los 3,2 millones planteados inicialmente, y se distribuirían en cuatro ámbitos. Estas cuatro zonas responden a Fuencarral-Tres Olivos, Fuencarral Malmea, Las Tablas y el distrito de Negocios, que tendrían coeficientes de edificabilidad independientes. El uso residencial global también disminuiría, hasta un 36 por ciento, frente a la oferta de Distrito Castellana Norte, que hablaba de un 20 por ciento, debido a que se excluyen los terrenos de vías ferroviarias. Asimismo, la gestión del plan pasaría a manos del Ayuntamiento de Madrid, controlando tiempos y actuaciones --los técnicos municipales son los que se encargarían de la reforma a través de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)--, han señalado las mismas fuentes. La estación de Chamartín se convertiría en el centro del nuevo barrio de servicios. Para compensar a los operadores privados de la reducción de sus plusvalías, el Ayuntamiento de Madrid asumiría el coste de las infraestructuras viarias previstas.


Los actores involucrados en la Operación Chamartín (Fomento, Comunidad, Consistorio y Distrito Castellana Norte, sociedad formada por el BBVA y la constructora San José) tienen sobre la mesa un borrador de acuerdo, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que podría firmarse en los próximos días. El nuevo proyecto reduciría en un 36% la edificabilidad global con respecto al diseño anterior. El uso residencial global también disminuiría, hasta un 36% (muy por debajo de la última oferta de DCN, que proponía un 20%), gracias a que se excluyen los terrenos de vías ferroviarias, que no se transforman.

El área afectada llegaría así a los 2 millones de metros cuadrados —el anterior era de 3,2— y se distribuiría en cuatro ámbitos con desarrollos distintos y equilibrados a cada necesidad. La densidad de las viviendas y del uso terciario se moldearía según cada barrio: más residencial al norte de la M-30 y menos al sur. Los cuatro ámbitos (Fuencarral-Tres Olivos; Fuencarral Malmea; Las Tablas y el distrito de Negocios) tendrían coeficientes de edificabilidad independientes.

UN PROYECTO DE FUTURO EN LA CAPITAL

Estación y comercios. Chamartín se convierte en el corazón del proyecto, pasando de ser un lugar de paso a un lugar de encuentro. Tendrá dos vestíbulos (norte y sur) que contarán con áreas comerciales y accesos para usuarios.

Zona verde. La prolongación de la Castellana generará un eje verde que pretende unir El Prado con El Pardo. Se dará la prioridad al peatón.

Edificabilidad. La superficie total se reduce un 36%, pasando de los 3,1 millones de metros cuadrados del anterior plan a los 2 millones actuales.

Viviendas. También las viviendas caerán un 39%, hasta las 10.860. En el anterior proyecto, el uso residencial alcanzaba las 17.740 viviendas.

Cuatro ámbitos. La actuación se desarrollará en cuatro ámbitos independientes: Fuencarral-Tres Olivos; Fuencarral Malmea; Las Tablas y el Distrito de Negocios. Se asigna un coeficiente de edificabilidad propio a cada uno de los cuatro ámbitos previstos.

En cuanto a la iniciativa del proyecto, la gestión del plan pasaría de manos privadas a públicas, permitiendo al Ayuntamiento decidir los tiempos y las prioridades en cada actuación.

Este punto fue defendido por el gobierno local, cuyos técnicos se encargarían de la reforma a través de una modificación del Plan General y ordenaciones concretas.  

De cerrarse el acuerdo, la estación de Chamartín se convertiría en el centro neurálgico de la zona. Su remodelación transformaría la terminal, que tendrá dos vestíbulos (norte y sur) y zonas comerciales, en uno de los nudos ferroaeroportuarios más importante de España. A 15 minutos del aeropuerto Madrid-Barajas, la nueva estación se ubicará en el corazón de un nuevo barrio de servicios.  

El nuevo distrito empresarial dispondrá de una superficie de 740.000 metros cuadrados, de los que un 80% será para uso público (dividido en 30% de zonas verdes; un 50% para equipamientos, y un 20% de suelo residencial y de ocio).

Eso tendría, además, efectos en el empleo. Las estimaciones hablan de unos 200.000 nuevos puestos de trabajo para la fase de construcción de toda la Operación Chamartín. Las infraestructuras, como por ejemplo el nudo norte, estarían a cargo del Ayuntamiento, mientras que otras obras, como las estaciones de metro, se financiarían a través de la inversión público-privada.

 
ANTECEDENTES 19 de junio de 2017 
 
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA EDUCATIVO inmoley.com DE FORMACIÓN CONTINUA PARA PROFESIONALES INMOBILIARIOS. ©
VÍDEO DE LAS CLAVES DE LA OPERACIÓN CHAMARTÍN: REDUCCIÓN DE LAS VIVIENDAS A EDIFICAR Y CONTROL MUNICIPAL. 
¿Qué aprendo?
Se analiza en la guía práctica inmoley.com de Urbanismo Madrid
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Los alumnos deberán remitir a su tutor un análisis sobre la necesaria modificación del plan parcial y el PGOU.
La edificabilidad del ámbito (metros cuadrados edificables respecto al bruto de metros cuadrados) se reduce de 1,05 m2 a 0,98 m2 y la mayor parte de las viviendas se situarán en la zona sur, en el área más cercana a la estación donde puede que haya torres de viviendas junto al centro de negocios (últimos flecos de la negociación ya que  DCN insiste en que esa zona de negocios debe ser de uso mixto, es decir, que incluya no solo torres de oficinas, sino un área con viviendas, restaurantes y tiendas, además de contar con grandes inmuebles que permitan albergar grandes sedes corporativas). Más al norte, se reduce la elevación de los edificios, que previsiblemente tendrán entre cinco y siete plantas. El acuerdo final incluye la rebaja en el número de viviendas inicialmente propuesto por la empresa, un 20% menor, lo que supondrán entre 13.000 y 14.000 viviendas. En el proyecto original para ese ámbito se preveían 17.000 casas y en el proyecto municipal Madrid Puerta propusieron 4.000 unidades. A pesar de que se reduce la edificabilidad se mantienen todas las infraestructuras previstas por DCN en el anterior proyecto, desde las estaciones de Metro (una condición básica para la Comunidad de Madrid) como carreteras, dotaciones o puentes y pasarelas entre el este y oeste de esa zona del norte. Con una excepción, el nudo Norte reducirá su capacidad por petición municipal.

Otro aspecto relacionado, pero que tampoco está cerrado, es la movilidad. Aunque está claro que se quiere reducir la necesidad del transporte privado, aún hay que desarrollar esta idea. El proyecto estipula amplias zonas verdes y peatonales, algo que también contenta al Gobierno porque se enmarca en su plan de una ciudad más accesible y sin coches.
 

Esta reforma requiere de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) debido a una rebaja de la edificabilidad prevista anteriormente y debido a que el nuevo proyecto pasará de ser una actuación privada, actualmente bajo el promotor DCN (Distrito Castellana Norte, controlada en un 75% por BBVA y en un 25% por Grupo San José), a la iniciativa pública. 

DCN cede la iniciativa al Ayuntamiento, que será a partir de ahora quien tenga que desarrollar el proyecto, con la base del diseño que termina de consensuar con el equipo de Simon Smithson, arquitecto británico en quien la empresa ha delegado la negociación.

Esta modificación legislativa puede dilatarse más de un año, ya que requiere modificar el PGOU y el plan parcial del proyecto, lo que conlleva el visto bueno de la Comunidad de Madrid.

La junta de Gobierno municipal debe dar una aprobación inicial del nuevo plan parcial, una decisión que se puede retrasar hasta diciembre. A partir de ahí, se prevé unos trámites de varios meses, ya que el Consistorio debe presentar antes numerosos informes favorables de distintos organismos, pasar el periodo público de alegaciones y el visto bueno de los partidos políticos en el Pleno municipal. Después se trasladaría para que el consejo de Gobierno de la Comunidad otorgue el permiso definitivo. 


 
 
 
 
 

 

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