20 de enero
de 2014
NOTICIA ADAPTADA AL SISTEMA
EDUCATIVO inmoley.com
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INGENIERÍA DE LA EDIFICACIÓN.
PROCESO GENERAL DE LA INSPECCIÓN INSPECCIÓN TÉCNICA
DE EDIFICIOS (ITE).
Convertir conocimiento en
valor añadido:
Guía práctica inmoley.com de la inspección técnica
de edificios (ITE). El objeto final de la Inspección Técnica
de los Edificios es la elaboración de un Informe donde quede
recogido el historial constructivo y patológico del edificio en
cada una de sus partes en que se entiende dividido el mismo para
su análisis, con la determinación de su
estado de conservación y, finalmente,
la emisión de un Dictamen en
el que, según la importancia de
los daños detectados, se evaluará
la intervención y se prescribirá
la necesidad de la misma. Así mismo, se informará sobre
las condiciones básicas de accesibilidad y estado de la eficiencia
energética del edificio, como de la posible mejora de las
mismas.
Herramienta práctica
> Guías prácticas:
Edificación.
Ingeniería.
1. Inspección. Evaluación
del estado de conservación del edificio.
1) La evaluación
del estado de conservación del edificio
para conocer los desperfectos y las deficiencias apreciadas
en dichos edificios, sus posibles causas y las medidas recomendadas
para asegurar la estabilidad, la seguridad, la estanqueidad y
su consolidación estructural, de manera
que sea posible el uso efectivo de
la edificación según el destino que le es propio.
a) La identificación
de los deterioros producidos por causas exteriores o interiores, vicios,
fallos o falta de mantenimiento.
b) Realizar una prediagnosis
correcta del estado de conservación del edificio.
c) Clasificar, por
orden de gravedad, los males producidos
adecuando las actuaciones.
d) Evaluar la
importancia del daño y dictaminar
sobre la necesidad de intervención. En la
ITE se analizarán los aspectos relativos a:
• Cubierta.
• Cimentación y estructura.
• Fachada.
• Redes de suministro y evacuación
de las aguas. Otras instalaciones (solo al efecto de toma de datos)
• I.T.E. Inspección Técnica
de Edificios
e) Determinar el grado de
intervención según:
Grado 1.– Inmediata
Intervención a adoptar en
un plazo máximo de 24 horas , acudiendo al servicio de extinción
de incendios si no se disponen de otros medios, en supuestos de confluencia
de deterioros extremos, con riesgo de colapso del elemento y con
riesgo inminente de daños a personas o bienes ajenos, y cuando
sea necesario adoptar medidas de seguridad
como apuntalar, desalojar, cerrar el acceso
a una zona del edificio, montar bandejas
de seguridad para evitar desprendimientos,
etc.
Grado 2.- Muy urgente
Intervención asociada a
daños importantes de las partes del edificio o de sus elementos,
que conllevan un riesgo a corto plazo
para personas o bienes ajenos, pero para los que
se considera que, por su estado de degradación, el plazo máximo
que se debe establecer para este tipo de actuación debe de
ser de tres meses , independientemente de
la necesidad o no de disponer de
medios auxiliares de seguridad.
Grado 3.- Urgente
intervención cuando
se detectan deficiencias graves , que puedan
llevar a la degradación del elemento o del sistema,
de forma progresiva. El plazo máximo que se debe establecer
para este tipo de actuación es de doce meses.
Grado 4.– Necesaria a medio plazo
Necesaria a medio plazo: a asociar
con deficiencias puntuales, que no afectan al funcionamiento
del sistema y que necesitan una actuación específica, ya
que si no se corrigen puede degenerar
en un proceso patológico de mayor
envergadura. En este caso se pueden considerar las actuaciones que pueden
aplazarse más de un año.
Grado 5.– De mantenimiento:
Cuando no se
han detectado lesiones , o cuando éstas
por su levedad no entrañan riesgo
aparentemente, ya que con un mantenimiento
apropiado se pueden subsanar o detener su progresión,
entendido este como el conjunto de operaciones y cuidados a
efectuar periódicamente para prevenir el deterioro de un edificio
y mantenerlo en buen estado.
2) La evaluación
de las condiciones básicas de accesibilidad
universal y no discriminación de las
personas con discapacidad par a el acceso
y utilización del edificio, de acuerdo con la
normativa vigente, estableciendo si el edificio es susceptible o
no de realizar ajustes razonables para satisfacerlas.
3) La certificación
de la eficiencia energética del edificio
, con el contenido y mediante el procedimiento
establecido para la misma por la normativa vigente.
El ITE realizado
por encargo de la comunidad o agrupación
de comunidades de propietarios que se
refieran a la totalidad de un edificio
o complejo inmobiliario extenderá su eficacia
a todos y cada uno de los locales y viviendas existentes. Partes
que deberán ser inspeccionadas en
su totalidad o quedar reflejado en
el informe la imposibilidad motivada de su no-inspección.
2. Proceso de inspección.
El Proceso de Inspección
propiamente dicho del edificio dará comienzo con la visita
del Técnico Inspector al edificio objeto de la ITE, en fecha
y hora consensuada con el representante de la Propiedad según
se recoge en el Plan de Visita, programado por el Inspector
Técnico y aceptado por el representante de la Propiedad.
Teniendo muy presente que la inspección
del edificio debe realizarse sin riesgos para el Inspector
ni terceras personas, la primera actuación
del Inspector en el inmueble será
comprobar que las partes del edificio
que inicialmente no disponían de accesibilidad
cuentan con las medidas de seguridad necesarias
para proceder a su inspección, en caso contrario
se reflejará en el informe final ITE, la imposibilidad de
inspección de esas partes. Bajo ningún
concepto se acometerá su inspección
si entraña el más mínimo riesgo.
A continuación
y a criterio del Técnico Inspector
en cuanto al orden a seguir en
la inspección de las partes, este
procederá a una recogida sistemática
de datos. La TOMA DE DATOS abarcará
dos frentes, se tomarán datos del
edificio propiamente dicho y de las manifestaciones de lesiones
y daños que inicialmente, de forma visual y por medios sencillos
, puedan ser observadas.
Para ello en esta guía, se
adjuntan a modo de Anexos el desarrollo de cuatro fichas, una
por cada una de las partes que
conforman la ITE, que servirán al
Técnico Inspector como directriz en
la inspección, a través de
una serie de puntos de inspección
ineludibles, sobre los cuales obligatoriamente
habrá de manifestarse, si bien cabe la justificación
argumentada de su imposibilidad de inspección.
Siguiendo esos puntos de Inspección,
que hemos articulado a través de las fichas y cuantos
otros considere oportuno, el Técnico
Inspector irá confeccionando el INFORME
de la inspección, en el que se recogerá el estado de conservación
en que se encuentra cada elemento inspeccionado, los síntomas
o lesiones que se detectan en ellos y una valoración de la
importancia del daño de los mismos.
Se recomienda reflejar
gráficamente, mediante esquemas y fotografías,
aquellos síntomas o daños observados, para facilitar
su identificación y localización.
También se recomienda tomar
fotos de los elementos en buen estado aparente, que aunque
no se incluyan en el informe de
ITE, pueden servir para evitar posibles
reclamaciones posteriores.
Este Informe como
ya se ha señalado más arriba,
se circunscribe a las partes comunes del
edificio. No obstante, a juicio del
Inspector Técnico, apoyado en la información
que los vecinos del inmueble, a través del representante de la Propiedad,
le hayan hecho llegar, podrá proceder
a la Inspección de las zonas
privativas, que estime conveniente siguiendo el mismo proceso,
siempre y cuando este hecho haya sido recogido en el plan de visita
y aceptado por las partes.
En determinados casos, la inspección
visual puede mostrar indicios de un problema, sin que
sea fácil determinar su identificación,
sobre el que su evaluación se
haga necesaria. Es entonces cuando se
puede proceder a la realización de
pruebas complementarias como catas o ensayos sencillos.
Para ello será necesario
solicitar la aprobación de la propiedad antes de acometer
su ejecución. Solicitud que se realizará por escrito,
y la comunidad de propietarios deberá dar su autorización
también por escrito. El coste de los trabajos, la duración
y el grado de afección a la habitabilidad serán evaluados
previamente y puestos en conocimiento de la propiedad
del inmueble, quien los aceptará con
anterioridad al inicio de las labores.
Es entonces cuando
estamos en disposición de dar las
órdenes oportunas, con el conocimiento y
consentimiento de la Propiedad, para que se realicen los desmontajes
o catas precisos para el acceso a
los elementos ocultos. En caso de negativa,
el Técnico deberá reflejar la
imposibilidad de realizar la inspección
de síntomas en el elemento en cuestión.
Una vez recabada
la información in situ, en disposición
del material gráfico, con los borradores
de las fichas cumplimentados en la
visita y junto con el Historial Constructivo
y Patológico, que el representante
de la propiedad haya aportado, se procederá
a la redacción, en el despacho u oficina, del DICTAMEN
de la Inspección. Dictamen que tratará de establecer
las posibles causas que han motivado la patología observada
y, junto con la evaluación de
la importancia de los daños señalados,
dictaminará sobre la evaluación de
la intervención y su necesidad justificada,
estableciendo el tipo de intervención
a acometer por parte de la comunidad
de propietarios.
Es probable que
durante la elaboración del Dictamen
el Técnico Inspector se vea abocado
a tener que realizar alguna nueva visita al inmueble, que no se deberá
eludir, ya que probablemente le aportará más claridad
a su diagnóstico.
Por otro lado,
aunque el alcance de la ITE se
circunscribe a las cuatro partes del
edificio señaladas, Cubierta, Estructura,
Fachadas e Instalaciones de Suministro y
Evacuación de Agua, durante la inspección
se pueden observar incidencias que
afecten a otros sistemas o elementos
no incluidos en los anteriores y que
puedan afectar a las partes fundamentales
del edificio o a la seguridad
de sus ocupantes. Estos temas se deben
reflejar en el apartado de “Otros aspectos
no incluidos en la ITE” , prestando atención
principal mente a la seguridad constructiva. Indicar además
que, dado que el encargo de la ITE tiene el carácter de dictamen,
el Técnico Inspector se implica con su opinión, debiendo
asegurarse muy bien de que lo señalado en su
prediagnósis no son conjeturas aventuradas,
sino opiniones bien fundamentadas, en lo observado, en
los datos y pruebas y en la propia experiencia del Técnico.
Para EVALUAR LA ACCESIBILIDAD
habrá que realizar los croquis y medidas del edificio tanto
en anchuras de paso, alturas y desniveles existentes en cuanto a sus
accesos desde la vía pública
al edificio, el acceso mismo y
el itinerario desde el acceso con las viviendas
y locales, así como con los anejos del edificio, además se
tendrá en cuenta la configuración del edificio para
poder realizar mejoras razonable de la accesibilidad.
Para la
realización del CERTIFICADO DE EFICIENCIA
ENERGETICA se estará a lo dispuesto en el procedimiento
Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, por el que se aprueba el procedimiento
básico para la certificación de la eficiencia energética
de los edificios. Requerirá la toma de datos de la envolvente
y de las instalaciones, tanto de viviendas como de locales.
3. Recopilación de documentación
existente
El Técnico Inspector
reunirá los documentos gráficos o
escritos existentes, como planos, escrituras,
etc., que pueda proporcionar la Comunidad
de Propietarios, para una mejor comprensión de
la unidad edificatoria construida. Estos datos se registrarán
en las fichas preparadas al efecto.
Así mismo se
recabará información sobre las actuaciones
de reparación o mantenimiento realizadas, con
fechas aproximadas, por la Comunidad de Propietarios en las diferentes
partes del edificio que deben ser revisadas con objeto de la ITE.
Esto posibilitará el conocimiento de
anteriores procesos patológicos, que
pueden estar corregidos o seguir latentes.
Se facilitará el trabajo
si previamente disponemos del cuestionario cumplimentado por los
usuarios y de la información de personas relacionadas con
el mantenimiento del edificio. En el Anexo 1, “Modelo de Ficha a
cumplimentar por los Usuarios del Edificio”, mediante un sencillo
cuestionario, se intenta conseguir información sobre las lesiones
y daños que son más evidentes en el edificio.
Al igual que con la documentación
gráfica, la información obtenida en las entrevistas /
cuestionario ha de utilizarse con cierta
precaución , porque puede no ser totalmente
fiable y no reflejar las modificaciones
por obras realizadas. Aún así,
puede proporcionar datos útiles sobre los que profundizar.
• Toma de datos iniciales y clasificatorios
del edificio
Se inicia la inspección
entrando a considerar los datos generales
referentes a su localización, propiedad
y tipo de edificio a efecto s administrativos.
A éstos datos seguirá la descripción
compositiva del edificio, especificando el número de plantas de
que consta y su utilización.
Se tomará nota de los datos
clasificatorios. Se entienden como tales aquellos que van a
ayudar al profesional a entender la
patología más frecuente en
el contexto de la edificación sobre la que
se está actuando. Estos son: fecha de construcción, grado
de exposición y tipología edificatoria.
Es importante conocer la edad del
edificio.
Definir la tipología y configuración
del edificio, en cuanto a si corresponde a vivienda unifamiliar
o colectiva con las diferentes variables (bloque aislado, entre medianeras,
en esquina, etc.), orientará la inspección
sobre la complejidad de los elementos
a considerar.
Finalmente, se analizará
la configuración de la unidad construida
en función de los elementos compartidos
con las edificaciones contiguas. Se tomarán
datos sobre los elementos estructurales,
fundamentales y de instalaciones, compartidos
con otras comunidades.
Aquellos datos no disponibles
serán obviados, justificando la ausencia
de respuesta. La documentación escrita se completará
con croquis y fotografías.
• Toma de datos constructivos
Los datos iniciales
del edificio se completarán definiendo
la composición de los sistemas constructivos.
El profesional deberá recoger la definición
concreta de cada una de las partes,
los materiales que las forman, el sistema
de implantación en el edificio, etc.
Se analizarán
los elementos constructivos que componen
los cuatro apartados del edificio objeto de la
ITE: Cubierta, Cimentación y Estructura, Fachadas e Instalaciones
de suministro y evacuación de aguas.
En el apartado
de Instalaciones de Suministro y Evacuación
de aguas, no deja de tener importancia la
descripción de los materiales y el conocimiento de su estado,
por los daños que pueda causar en la estabilidad del edificio,
entre otros, aunque se trata de un sistema de difícil acceso
por presentarse generalmente oculto.
NO SE DEBE OLVIDAR
en todos los apartados citados la observación
de cuantos elementos singulares forman parte de ellos.
Cuando los datos no estén
disponibles se recogerá esta circunstancia, justificando la
ausencia de respuesta. La documentación
escrita se completará con croquis
y fotografías.
Si no ha sido posible disponer de
suficiente documentación gráfica, de la que se pueda
deducir la definición concreta o el
funcionamiento del sistema de cada una
de las partes, será conveniente realizar
unos esquemas sencillos del edificio, fundamentalmente
de la estructura y de la cubierta, que ayudarán a entender
y situar el proceso patológico que
se pueda detectar durante la inspección
visual. Estos esquemas se podrán acompañar posteriormente
como documentación gráfica. De las fachadas,
principal y a espacio público, siempre
se podrá completar con la documentación
fotográfica normal.
En el momento de realizar la inspección
se definirán explícitamente las posibilidades de acceso
para la misma, de acuerdo con las facilidades que se presenten y el método
seguido. Con el objeto de definir con un lenguaje común el
grado de accesibilidad, se han diferenciado los siguientes criterios:
física y visual. Es necesario completar ambos y referirlos
a los elementos comunes del edificio.
Toma de datos de las lesiones aparentes
en el edificio
- Puntos de inspección
- Estado de conservación
Con la información
recogida en los apartados de cada elemento,
se analizará su estado de conservación,
particularizando en cada uno de ellos. Se ha establecido la siguiente
escala de valores:
• Aparentemente bueno.
Con los medios utilizados en la inspección,
no se sospechan lesiones.
• Deficiencias puntuales.
El elemento está en un buen
estado, aunque presenta problemas o lesiones
localizados. Habrá que diferenciar entre
deficiencias en el sistema estructural o en el material.
• Deterioro constructivo y deficiencias.
Su estado de conservación es malo y en un plazo medio de tiempo
llegará a un deterioro extremo.
• Deterioro extremo.
Su estado entraña peligro inminente
para el elemento afectado.
• Sin poder determinar.
Cuando no sea posible observar el estado
de conservación, habrá que reflejar los motivos que
lo han impedido.
- Síntomas y lesiones
Los síntomas y lesiones detectados
en la inspección se deben asociar al elemento en que
aparecen, según se desarrolla en el apartado D siguiente.
Se describirá e indicará su situación, forma,
aspecto y posición. Se recurrirá a gráficos, esquemas
y fotografías para situar las lesiones
y facilitar su definición. Una
vez numerados, quedarán reflejados junto a la
descripción literaria.
- Importancia del daño
El riesgo para la seguridad del
edificio y de sus ocupantes y el evitar daños a terceros,
constituyen los factores principales para definir el grado de importancia
de una lesión y por tanto la urgencia de la intervención.
Se han estipulado cuatro categorías
de importancia, que no son excluyentes entre sí. De
hecho, será frecuente encontrar lesiones en las que se deberán
utilizar más de una definición:
Sin riesgo aparente.
No se han detectado lesiones o éstas,
independientemente de la mayor o menor intensidad con la que se manifiesten,
no entrañan riesgo alguno para las
personas, para las propiedades ajenas o
para la integridad de otros elementos constructivos.
Riesgo a otros elementos constructivos.
La lesión en cuestión puede afectar a la integridad
de otros elementos constructivos.
Riesgo de deterioro
progresivo. Se prevé que la lesión
en su proceso degradador avanzará, pudiendo, en
caso de no intervenir, llegar a un colapso del elemento o material
que lo constituye.
Riesgo a terceros.
Indica que la lesión entraña
riesgo para las personas o propiedades ajenas.
Realizada la inspección
del edificio y analizada toda la documentación
de que disponemos, ya hemos podido realizar un estudio patológico
pormenorizado de cada parte del edificio, de sus elementos y de sus
puntos singulares, por lo que el siguiente paso debe de ser el de
dictaminar, estableciendo un prediagnóstico y proponiendo
las intervenciones que se consideren oportunas.
No obstante, antes
de dar este paso se debe analizar
la posible relación entre las lesiones
y los síntomas detectados de cada una de las partes del edificio
con otras, fundamentalmente las manifestadas en fachadas y cubiertas
(grietas, deformaciones o desprendimientos) con la
estructura, así como la falta de
estanqueidad en cualquier elemento (cubierta, fachada
o instalaciones) con las lesiones que se hallan detectado en el resto
de elementos o puntos singulares.
Para ello es importante
que el inspector conozca lo más
a fondo posible cómo está conformado
constructivamente el edificio. Esto será posible si partimos
de una buena base, y a ello nos ayudará
haber realizado previamente una correcta tipificación
del edificio y de los elementos que
lo componen, así como el conocimiento
de los sistemas de ejecución que se han podido usar
en la época de su construcción. También
será este el momento en el que
se podría apreciar la necesidad de
un estudio más profundo o exhaustivo de alguno de los daños
detectados para establecer un diagnóstico más
fundamentado, como pudieran ser catas, para
un mayor conocimiento de la lesión, o ensayos y pruebas
por procedimientos sencillos, si con los elementos o
herramientas que hemos dispuesto durante
la inspección visual, no hemos podido corroborar
los indicios de las lesiones observadas o definir las posibles causas
que las producen.
Actuaremos en este caso como se
indica en el siguiente apartado de “catas y pruebas complementarias”.
4. Catas y pruebas complementarias
En el caso de que se considere necesario
un estudio más profundo o exhaustivo de alguno
de los daños detectados, para establecer un diagnóstico más
fundamentado, se recomienda seguir las siguientes pautas:
Deberemos en primer lugar ser capaces
de discernir qué síntomas de los detectados necesitan
el apoyo complementario de catas, ensayos
o pruebas para realizar este prediagnóstico,
de aquello que puede quedar aplazad o
o formar parte del conocimiento más
profundo que necesitará el técnico
que vaya a desarrollar la intervención.
Para ello nos basaremos fundamentalmente en la importancia del daño
y dentro de ello en la existencia de riesgo material o personal a
terceros, así como de la inmediatez o no de la intervención
que se deba proponer.
Cuando estas pruebas
o ensayos, aunque nos puedan dar un
conocimiento más profundo y llevar
a un diagnóstico más fundamentado,
no vayan a implicar que lleguemos a
catalogar la importancia y el riesgo
de la lesión en cuestión
como de “daños a terceros”, es
más conveniente prescindir para la
ITE de estas pruebas complementarias. Se deberá
indicar en la propuesta de intervención la necesidad de estas
pruebas, o bien de proceder a realizar un estudio más detallado,
y además en este caso, al evaluar la intervención,
es conveniente reducir el plazo para acometer la misma.
En caso de necesitar catas se deberá
realizar previamente un estudio de las zonas, con indicación
del número y del tamaño, entregándolo a la propiedad
para evaluar los costes y los medios necesarios, y que ésta
pueda gestionar su ejecución.
La agilidad de
estas actuaciones, tanto en la apertura
como en el tapado, es importante para su
eficacia, no sólo por las molestias que se generan a los ocupantes,
si no que irá además en beneficio de la propia inspección.
En la apertura de las catas y en
la realización de las pruebas deberá estar presente
el inspector, ya que en ese momento puede ser necesario tomar decisiones
para ampliar el tamaño o el número de las catas, o
su reducción porque ya hayamos obtenido la información
que necesitábamos. También es aconsejable la presencia de
la propiedad o un representante en la ejecución de estas catas
y pruebas.
Se recomienda ser comedido en las
catas o pruebas ya que, independientemente de su coste
económico, si el edificio está
habitado con toda seguridad se estarán
produciendo molestias a sus moradores. Los puntos de inspección
han de ser claros y su ubicación se deberá
establecer en función de la información
que deseemos obtener, de las medidas de seguridad que implique
disponer y de que las molestias se atenúen en la medida de
lo posible.
5. Dictamen
Completado el estudio
patológico con las catas o pruebas
complementarias, que hayan sido necesarias,
y analizada la interrelación de las
lesiones o síntomas detectados en cada elemento
con el resto, se procederá a realizar el dictamen. Para
ello, en este apartado de esta guía,
se van a tratar de establecer unos
criterios generales que sirvan de ayuda al Inspector a la hora de
dictaminar, en los aspectos que se analizan a continuación.
Estos criterios generales
obedecen a un intento de homogeneización
a la hora de evaluar y realizar propuestas de intervención.
• Análisis de posibles causas:
Prediagnosis
En el siguiente
paso se tratará de establecer las
causas que han dado lugar a las
lesiones detectadas, ya que es fundamental
saber de donde procede el mal
para buscar soluciones. Aun cuando la
propuesta de solución técnica de
intervención no sea objeto específico de la ITE,
sí lo es el prediagnosticar, y para ello el estudio de causas
de una lesión nos puede conducir
a detectar otras lesiones de mayor
importancia.
Se ha intentado asociar cada síntoma
o lesión que s e pueda detectar con las posibles causas, por
cada parte del edificio y sus elementos singulares (ver apartado
D sobre Patología y Puntos de Inspección). Se han diferenciando
por un lado la patología de los sistemas y por otro la de
los materiales que los constituyen.
Es importante no
olvidar que la ITE se realizará
mediante inspección visual y con medios
sencillos de análisis. Por tanto, no conviene hacer interpretaciones
categóricas sobre causas basadas en
conjeturas del inspector. Si los síntomas
detectados son ambiguos, se deberá
remitir a un estudio exhaustivo posterior,
realizado por un experto en la materia.
• Evaluación y justificación
de la necesidad de intervención
El último paso
en la elaboración del dictamen será
el de realizar la propuesta de intervención.
Primero se realizará por cada parte del edificio, que se reflejará
en las fichas correspondientes de forma escueta,
según la escala que de forma resumida
hemos establecido en éstas, motivada
y con indicación de la necesidad
o no de medidas de seguridad. La
escala que se ha considerado y los
plazos para la intervención son los siguientes:
Inmediata. Son medidas a adoptar
en un plazo máximo de 24h, acudiendo al servicio de bomberos
si no se disponen de otros medios. A decidir solamente en supuestos
de confluencia de deterioros extremos,
con riesgos de colapso del elemento y con riesgo
inminente de daños a personas o bienes ajenos, y cuando
sea necesario adoptar medidas de seguridad
como apuntalar, desalojar, cerrar el acceso
a una zona del edificio, montar bandejas
de seguridad para evitar desprendimientos, etc.
Muy urgente. Intervención
asociada a daños importantes de las
partes del edificio o de sus elementos,
que no conllevan un riesgo inmediato
para personas o bienes ajenos. Habrá que determinar la necesidad
o no de disponer de medios auxiliares de seguridad y prescribir estas
medidas, aunque sea de forma escueta. Se considera que el plazo máximo
que se debe de establecer para este tipo
de actuación debe de ser de
tres mes es, tiempo mínimo necesario para
gestionar una actuación si concurren la necesidad de técnico,
empresa y licencias.
Urgente. Apropiado
para deficiencias graves, que puedan llevar
a la degradación del elemento o del sistema, de forma
progresiva pero lenta, y que aún con su
degradación total no se prevé
riesgo para personas o bienes ajenos. Se
considera que el plazo máximo que se debe de establecer para este
tipo de actuación debe de ser de un año, tiempo suficiente
en el caso de que para la actuación sea necesario desarrollar
un proyecto de ejecución y obtener licencias.
Necesario a medio
plazo. Se asocia con deficiencias puntuales,
que no afectan al funcionamiento del
sistema y que necesitan de algún
modo una actuación específica, ya que si no se
corrigen puede degenerar en un proceso patológico de
mayor envergadura. En este caso se
puede considerar que la actuación puede
aplazarse más de un año, pero sería conveniente
limitarla, y como máximo establecer dos años.
Mantenimiento. Cuando no se
han detectado lesiones, o cuando ésta s por su levedad
no entrañan riesgo aparentemente, ya
que con un mantenimiento apropiado se pueden subsanar
o detener su progresión.
• Tipo de intervención
Finalmente se realizará una
propuesta global de intervención, en la que se indicarán
los agentes a intervenir y se explicarán
las medidas de seguridad que se deban
adoptar, a juicio del inspector.
Se han estudiado
varias posibilidades de propuestas de
intervención global que, en base a las evaluaciones
parciales, parecen más lógicas. Estas son:
- Solicitar el
servicio de Bomberos urgentemente indicando
en forma resumida la actuación, indicando
el plazo (máximo 24 horas).
- Adoptar medidas
de seguridad inmediatas, explicando qué
medidas, de forma escueta pero suficientemente clara,
e indicando el plazo.
- Actuaciones de
reparación, sustitución, retirada de
elementos, etc. a realizar por personal cualificado
en el plazo a determinar por el técnico inspector.
- Contratar los servicios de un
técnico, indicando la titulación que debe disponer, para
realizar un proyecto o estudio, antes de acometer las obras que se
plantean.
- Realizar un mantenimiento adecuado
de las partes o elementos que se consideren por una empresa especializada.
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